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lunes, 5 de noviembre de 2012

MARIHUANA: AVANZA EL PROCESO DE INSTRUMENTAR SU VENTA Y AUTOCULTIVO

Cuando el proyecto sobre cultivo y consumo de marihuana sea convertido en ley, el consumidor deberá tener una tarjeta innominada con código de barras para adquirir 40 gramos mensuales para el consumo personal. Además, deberá tener $ 700 para pagar esa cantidad de droga. El diario El País informó el domingo 28 de octubre que quienes quieran acceder a la marihuana estatal deberán tener un carné o licencia, aunque se evitará que ese registro sea ante el Estado para garantizar la protección de los datos. En entrevista con el diario La República, el secretario general de la Junta Nacional de Drogas (JND), Julio Calzada, dijo que la tarjeta no tendrá datos visibles sobre el propietario; solo el código de barras. 'Será un documento innominado, sin foto ni nombre del poseedor, que servirá para controlar el consumo al que él podrá acceder'. Pero el gobierno sí tendrá, como con cualquier otro documento, los datos básicos de la persona: nombre, cédula, edad, lugar de residencia, de nacimiento, ocupación y estado civil, por ejemplo. El valor de $ 700 por la cantidad mensual es el mismo que en el mercado negro, agrega la crónica de La República. Pero la diferencia radica en la calidad del producto, elemento con el que el gobierno pretende sacar del circuito ilegal al consumidor. Como recuerda la nota de El País, al estar en manos del Estado, se asegura que la sustancia será de calidad y que la más dura no llegará al extremo de causar daños extremos. Y sobre quién se encargara de ejecutar la ley y regular el uso de la tarjeta, Calzada dijo a La República que 'la Junta Nacional es la entidad rectora, pero se necesita crear un organismo estatal que ejecute y regule la ley que estamos redactando'. Respecto al autocultivo, el jerarca dijo a El País que los detalles de esa práctica no han sido definidos totalmente todavía, pero es seguro que será regulado por el Estado, que limitará el número de plantas y las variedades permitidas. 'Se va a controlar', indicó Calzada y señaló que el control no tiene por qué ser policíaco y puede tener un perfil agronómico. Por otra parte, está definido que la marihuana se venderá en una red de dispensarios (pueden ser estatales o privados) en base al modelo que aplica California y que se cultivará en invernaderos, un sistema que ofrece más seguridad para evitar fugas de la droga y se adapta a las características de una planta que requiere mucha humedad. Desde el vamos, el gobierno dijo que la identificación del consumidor era imprescindible, a fin de evitar descontroles o reventa del producto. “Vamos a tener a la gente identificada. Al que se pasa un poco de la raya lo podemos tratar desde el punto de vista médico y aconsejarlo para que pueda tener una ración no nociva para el grueso de la salud”, había manifestado semanas atrás el presidente Mujica. Este requerimiento filiatorio se daba de frente con aquellos que defienden el anonimato del consumidor. La solución arribada es la creación de una tarjeta en la que se estampará un código de barras, sin más datos de su portador. “Será un documento innominado, sin foto ni nombre del poseedor, que servirá para controlar el consumo al que él podrá acceder”, remarcó a LA REPÚBLICA el director de la Junta Nacional de la Droga, Julio Calzada. Como cualquier otro documento que contenga ese código, allí se esconderán todos los datos filiatorios básicos: nombre, edad, fecha y lugar de nacimiento, lugar de residencia, ocupación, estado civil. Pero, ¿quién se encargará de ejecutar y regular esa tarjeta y toda la ley? La respuesta es la creación de un nuevo organismo del Estado; una oficina especializada que tenga como responsabilidad el control, regulación y dosificación, sostuvo el presidente de la comisión sobre adicciones, el frenteamplista Sebastián Sabini. “La Junta Nacional es la entidad rectora pero se necesita crear un organismo estatal que ejecute y regule la ley que estamos redactando”, señaló a LA REPÚBLICA. Dosis y precio Al comienzo, desde el gobierno se pensaba competir con el narcotráfico en base al precio. Asesores holandeses y norteamericanos recomendaron a los legisladores que no fuera el costo el elemento diferencial entre la marihuana legalizada y la otra “sino su calidad. El Estado colocará una marihuana de buena calidad y de la variedad más potente y se otorgarán por mes unos 40 gramos por persona. Si la marihuana es más suave, se deberá aumentar la dosis” aclaró Sabini. El costo de esos gramos será el mismo que se vende hoy en el mercado negro: unos $ 700. Unos 25 gramos –que equivalen a uno 25 cigarrillos– se venden a entre 400 y 500 pesos. Por otro lado están quienes afirman y diríamos que con razón, que el mercado negro no se combate con calidad se combate con precios. Que el precio de la mariguana legal deberia ser menor al del mercado. Que a estos solo van a a acceder al mercado unos pocos con dinero y que en cuanto salga la mariguana legal al mercado, la ilegal bajara de precio al menos a 500 pesos los 40 gramos. entonces los adictos simplemte seguiran consumiendo la ilegal o sequiran con el autocultivo. El estado debe garantizar la calidad, pero el tema precio es algo evidente y a tener muy en cuenta como cualquier otro producto que se comercializa.

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