China rechazó los planes para usar los tipos de cambio y las reservas de divisas como indicadores para medir los desequilibrios económicos globales y dejó dudas sobre la capacidad de alcanzar acuerdos. Finalmente se llegó a un acuerdo.
Poco antes del inicio formal de un encuentro de dos días de los ministros de Finanzas del Grupo de los 20, el ministro de Finanzas de China, Xie Xuren, dijo que se deberían usar las cifras comerciales, más que las medidas sobre las cuentas corrientes, para medir las distorsiones en la economía mundial.
"Creemos que no es correcto utilizar tipos de cambio efectivos reales y las reservas", expresó el ministro en una reunión con sus contrapartes de Rusia, Brasil e India, que constituyen el bloque denominado Bric.
"Los mercados emergentes necesitan establecer una cierta cantidad de reservas para lidiar con las crisis financieras y las tensiones económicas", indicó. "Necesitamos sustituir la cuenta corriente con el equilibrio comercial", agregó.
La dura postura de China pone de relieve las diferencias para atacar los desajustes en la economía global y efectuar recomendaciones tendientes a evitar nuevas crisis financieras.
El ministro de Finanzas de Japón, Yoshihiko Noda, dijo que no estaba seguro de que se pueda alcanzar un acuerdo este fin de semana sobre los indicadores para medir los desequilibrios, pese a que algunos negociadores dijeron que se estaban discutiendo varias propuestas y a que el anfitrión Francia había apostado por un acuerdo.
"Es incierto si los países llegarán a un acuerdo sobre todos los indicadores, pero pienso que un acuerdo sobre algunos temas es posible", dijo Noda a la prensa. "Por las discusiones en los grupos de trabajo, tengo la impresión de que los países están divididos en mitades en sus opiniones", afirmó.
Las diferencias sobre las causas de la crisis y las soluciones para evitar que se repita también quedaron al descubierto el viernes en un debate público entre los líderes de los principales bancos centrales del mundo.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, reflejando la postura de muchas autoridades occidentales, dijo que el mundo corría riesgo de caer en el proteccionismo o de sufrir otra crisis si no se lograban corregir las distorsiones en los tipos de cambio y otros desequilibrios.
La ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, dijo que esperaba que el primer encuentro ministerial de la presidencia de su país en el G-20 sirviera para acordar una lista preliminar de indicadores que sentara las bases para plantear directivas que ayuden a eliminar las distorsiones más adelante este año.
Posteriormente se llegó a un compromiso que toma en cuenta el saldo de la balanza de cuenta corriente, la balanza comercial, así como los tipos cambiarios reales y las políticas fiscales y monetarias.
También y para medir los desequilibrios internos de los países, se acordó incluir el déficit y deuda públicos de un lado, así como el ahorro privado.
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