En la Convención Nacional de nuestra colectividad política que se celebrara el sábado pasado, convocada con el propósito de considerar la Memoria Anual que el Directorio tiene la obligación de elevar a su consideración, el tema central como no podía ser de otra manera fue el periplo electoral que vivió el país entre junio del 2009 y mayo de este año 2010.
No podía ser de otra manera en tanto fue, de las muchas desplegadas por el Partido Nacional, la más importante, la que nos obliga a rendir cuentas pormenorizada ante los 500 convencionales que la integran.
A tal punto fue así que todos los que hicieron uso de la palabra se refirieron en forma central a este punto.
También nosotros; completando un trabajo bastante extenso que en su momento hicimos llegar a las autoridades partidarias, reflexionamos acerca de lo que fue la performance de nuestro Partido, los aciertos y errores cometidos por nuestra dirigencia, y otras circunstancias que influyeron en la campaña electoral.
Fue en esa oportunidad que dijimos que compartíamos el proceso de análisis que ya había comenzado y que va a seguir adelante llegando a todos los departamentos del país, que ratificamos que no correspondía adjudicarle culpas a terceros ajenos a nuestro Partido porque toda responsabilidad recae especialmente sobre nuestros hombros, los de quien pertenecemos a este Partido y trabajamos todos estos años previos y durante la campaña electoral.
Pero agregamos otros elementos que a nuestro juicio pesaron en la elección; la crisis económica del 2001 que produjo un agotamiento definitivo de modelos practicados hasta aquella época; los perjuicios que trae aparejado el sistema electoral y el error que cometimos de comparecer con pocas listas al Senado y a la Diputación; la mella indiscutible que nos produjo la presencia del oficialismo en los informativos de televisión en una proporción de 2 y 3 a uno respecto a toda la oposición junta, entre otras causas.
Dijimos también, y hoy lo reiteramos, que a nuestro juicio el sector mayoritario del Partido Colorado, Vamos Uruguay, no tuvo la actitud de entrega y de apoyo que un su momento tuvo nuestro Partido cuando el candidato en la segunda vuelta fue Jorge Batlle.
Una idea, una visión que es altamente compartida dentro de nuestra dirigencia y que traduce una realidad palpable y evidente.
No dijimos que esa fue la razón de la derrota; más aún, expresamos que ni ese sector ni el Partido Colorado tenían ninguna obligación de apoyarnos, simplemente nos limitamos a una constatación, indiscutible:
El calor, el trabajo y la dedicación que nosotros pusimos cuando Batlle terminó siendo electo en segunda vuelta, no fue de la misma magnitud que el que pudimos apreciar en noviembre del año pasado.
De la misma manera que fueron realmente notorias las diferencias entre la movilización que realiza el PROBA, el otro sector del Partido Colorado, respecto a la que llevó adelante Vamos Uruguay.
Increíblemente esas apreciaciones levantaron gran polvareda. Quizás fueron otros los elementos que pesaron para que algunos se enojaran tanto. Nosotros no dijimos nada que la gente no supiera.
Ratificamos plenamente esas expresiones porque así lo sentimos en su momento y nos consta, así nos lo transmitieron muchos adherentes nacionalistas incluso antes de la elección nacional de octubre.
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