Investigadores de la Universidad de Utah, Estados Unidos, descubrieron un dinosaurio herbívoro de 15 cuernos en el Monumento Nacional de Grand Staircase-Escalante, al sur de Utah.
Los datos sobre las características de este animal prehistórico se publican en la prestigiosa revista “PLoS ONE”.
Los herbívoros gigantes habitaban el “continente perdido” de Laramidia, que se formó cuando se inundó la región central de Norteamérica aislando las porciones oriental y occidental del continente durante millones de años en el Periodo Cretácico Tardío.
El recién descubierto es pariente cercano del Triceratops y era de la especie Kosmoceratops richardsoni, que tiene cuernos orientados hacia los lados, largos y puntiagudos.
Uno de los cuernos del Kosmoceratops está sobre la nariz, otro al lado de cada ojo, uno más sobre la parte superior de cada hueso de las mejillas y los diez restantes en el margen trasero de la cresta ósea, lo que lo convierte en el dinosaurio con la mayor cornamenta conocida.
Los investigadores de Utah también hallaron al Utahceratops gettyi, un dinosaurio con un cráneo de unos 2,3 metros de largo.
Además de un cuerno largo sobre la nariz este dinosaurio tiene cuernos cortos que se proyectan hacia el exterior en vez de hacia arriba, de forma muy parecida a los de los bisontes.
Los investigadores creen que la función de los cuernos en los dinosaurios está asociada al éxito reproductivo. Según explica Scott Sampson, director del estudio, “la mayoría de las características exóticas podrían haber servido como terribles armas para alejar a los depredadores.
Es muy probable que fueran utilizadas para intimidar o plantar batalla a los rivales del mismo sexo así como atraer a los individuos del sexo opuesto”.
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