Doce soldados turcos y 10 guerrilleros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) han muerto en las últimas horas en el sureste de Turquía en los peores combates que se han registrado en la zona en meses.
El ataque tuvo lugar en la localidad de Semdinli, provincia de Hakkari, cerca de la frontera con Irak. El Ejército turco respondió con bombardeos a las posiciones del PKK en el norte de Irak.
Los supervivientes indicaron que los asaltos fueron efectuados por "un gran número de integrantes" del grupo armado separatista.
Según la versión del Ejército turco, una patrulla fue asaltada por la noche, una emboscada que se saldó con 12 heridos.
Poco después, guerrilleros del PKK atacaron una base militar, donde murieron ocho soldados, mientras que otros dos uniformados murieron cuando su vehículo alcanzó una mina.
"Enviamos refuerzos a la zona y los soldados recibieron apoyo por parte de la fuerza aérea y de la artillería", asegura un comunicado militar.
"Nuestras lucha continuará hasta que la organización terrorista sea aniquilada", aseguró el primer ministro turco, Tayyip Erdogan. El pasado mayo, alrededor de una veintena de aviones militares turcos bombardearon objetivos kurdos en el norte de Irak. Fue la mayor operación militar en la zona en el último año y medio.
Conforme las temperaturas son más cálidas se ha incrementado la violencia en el sureste de Turquía, de población mayoritariamente kurda, objetivo de los patriotas que viven atrincherados en la región montañosa del norte de Irak y que luchan contra los ocupantes turcos.
Este es un conflicto que ya se ha cobrado la vida de más de 40.000 personas desde su inicio en 1984.
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