El Ejército de Estados Unidos reconoció ayer errores en el registro o identificación de 211 de los más de 300.000 cadáveres de militares enterrados en el Cementerio Nacional de Arlington, en Virginia.
Los errores, que afectan entre otras zonas a lugares donde yacen restos de caídos en las guerras de Irak y Afganistán, han costado el puesto al director del cementerio, John C. Metzler, mientras que su número dos, Thurman Higginbotham, se encuentra a la espera de que nuevas pesquisas determinen su responsabilidad en el escándalo.
El secretario del Ejército, John McHugh, informó del caso durante una rueda de prensa en el Pentágono, cercano al cementerio militar. En el camposanto reposan los restos de 330.000 veteranos de guerra estadounidenses desde 1864 y, entre otras personalidades, alberga los del ex presidente John F. Keneddy.
El cementerio de Arlington acoge cada día una media de 27 funerales; desde 1990 ha celebrado alrededor de 100.000. "No hay excusa y, en nombre del Ejército y en el mío propio, me disculpo profundamente con las familias de los caídos que descansan en este sagrado terreno y que ahora pueden cuestionar la atención a sus seres queridos", lamentó el secretario.
McHugh declaró que los errores detectados corresponden a malas identificaciones o a irregularidades administrativas, como, por ejemplo, no haber podido localizar documentos oficiales relativos a determinadas tumbas, señaló la cadena ABC, que destacó que el proceso de registro sigue haciéndose básicamente a mano.
Tras analizar cada caso, las autoridades determinarán si se procede a la exhumación de las fosas o se utiliza un sistema de radar para analizar las parcelas. Los incidentes en Arlington no son una novedad, ya que en 2003 trabajadores de estas instalaciones se encontraron restos humanos mientras preparaban una tumba supuestamente vacía para un capitán de la Marina.
Fuente:El Pais.es
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