Luego de que su caso se hizo público, fueron varios los que se acercaron a ayudarla. Algunos prometieron pagar su deuda, como el caso de una empresa argentina, pero tras unos días, dejaron de dar señales y no volvieron a llamarla. Otros, en cambio, mantuvieron su promesa de colaborar. Éste es el caso de una persona anónima que se comunicó con María y que le manifestó su intención de donarle 50 mil pesos. Esa misma persona fue hasta la Agencia Nacional de Vivienda para ver el caso en profundidad. Pero el monto no alcanza para poder pagar lo adeudado, que a la fecha asciende a 260 mil pesos.
Según contó María al diario El País, el presidente de la ANV, Francisco Beltrame, se encuentra "estudiando el expediente". "Nosotros lo que pedimos es que no haya desalojo, que rebajen la deuda, y empezar a pagar mes a mes como veníamos pagando antes de que mi hija se enfermara", comentó.
Falta de respuesta.
Pero desde la agencia, la única respuesta que recibe es que están analizando el tema. Y María, no se muestra muy optimista de obtener un resultado positivo. "He ido en varias oportunidades y lo que me dicen es que para que no me desalojen debo pagar la totalidad de la multa. Y sinceramente no estoy en condiciones de hacerlo. Les expliqué que el único dinero que tenía era la donación de 50 mil pesos y me dijeron que si pudiera conseguir 100 mil pesos más tal vez podría hacer que me cancelen la deuda o seguir pagándola mes a mes sumado a la cuota. ¿Pero de dónde quieren que saque el dinero?", se preguntó.
Para evitar el desalojo, la abogada que se encuentra asesorando a los deudores del BHU por el aumento de la U.R. se comunicó con María y le ofreció realizar el papeleo gratuito para que se prorrogue el desalojo.
"Realizó el escrito donde explicó nuestra situación, por qué habíamos dejado de pagar y a cuánto ascendía la deuda. Mandó, asimismo, los papeles médicos tanto de mi hija como los míos (ya que en pocos días me realizan una cirugía). Y el juez nos otorgó la prórroga por cuatro meses, por lo que hasta fines de noviembre nosotros todavía estamos amparados. Después de ese tiempo, si no llegamos a saldar la deuda, no sé qué va a pasar", dijo preocupada.
Según indicó, está muy agradecida con los vecinos que se acercaron a manifestarle su apoyo, así como con el donador anónimo que se ofreció a pagar 50 mil pesos y una pareja que le saldó una pequeña deuda que tenía con los gastos comunes.
"No estamos como antes, al menos tenemos un poquito más de tiempo para intentar saldar la deuda o que nos den una solución", comentó.
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