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martes, 5 de diciembre de 2017

ISRAEL: INGENIEROS URUGUAYOS DIRIGEN INSTALACION DE PLANTA SOLAR

En el desierto del Negevu, al sur de Israel, cinco jóvenes ingenieros uruguayos dejaron su huella en la construcción de una gigantesca y espectacular planta solar que en poco tiempo dotará de energía a 110.000 hogares durante un año, con una producción de 320 gigavatios/hora al año. Eso supone el 2 % de la electricidad del país.


En medio de un predio de 300 hectáreas puede verse una torre de casi 210 metros y encima una caldera de 2.500 toneladas que eleva la altura total a 245 metros.

En su entorno se instalaron 50.600 espejos (heliostatos) que se mueven en forma autónoma en cualquier dirección para captar la luz del sol y reflejarla hacia la torre solar que está en el centro de la planta, en la llamada "Isla de potencia".

En la caldera la temperatura alcanzará casi los 600 grados y se generará el vapor que producirá la electricidad.

Esta torre solar es la más alta del mundo, superando a la de California, de 137 metros. También hay torres de este tipo en en Marruecos y Sudáfrica, pero más bajas.

Según informó la agencia AFP, la planta solar de Ashalim se financia por la compañía General Electric, que compró la división energética del francés Alstom. El costo del proyecto ascendió a 650 millones de dólares. El Estado de Israel dio una concesión por 25 años a un conglomerado llamado Megalim, formado por la mencionada General Electric y por Brights Source (cada una de ellas con algo más del 25% de las acciones) y el fondo inversor israelí Noy, que tiene el resto y participa únicamente como socio capitalista.

Por el mundo.

La periodista uruguaya Ana Jerozolimski, que está viviendo en Israel, contó a El País que en la obra trabajan israelíes, argentinos, un serbio, portugueses, franceses, alemanes, un brasileño alemán, norteamericanos, ingleses, españoles, italianos, beduinos israelíes y palestinos de Cisjordania.

Pero al frente de todo este emprendimiento, nada más ni nada menos que como director del proyecto, está Jacinto Durán, un ingeniero uruguayo de 40 años recién cumplidos, que ya tiene gran experiencia en diferentes partes del mundo.

Satisfecho con el trabajo y con la residencia en Israel, él vive desde septiembre de 2014 en Tel Aviv, junto a su esposa y su hija de 2 años nacida en aquellas tierras.

El siguiente uruguayo con alta responsabilidad es Martín Chalar, de 37 años, director de construcción y puesta en marcha, es decir encargado de la seguridad, la calidad y la organización de todos los trabajos. Hace ya ocho años que está trabajando en el exterior y dos que se instaló en Israel, tras varios años en tres plantas diferentes de Estados Unidos. Vive en la localidad de Meitar con su esposa y su hija de 3 años.

Gonzalo Casas, de 31 años, que también está en Israel con su esposa, optó por vivir en Beer Sheba. Es el ingeniero encargado del montaje mecánico y había antes trabajado con Jacinto y Martín varios años en Estados Unidos.

En su equipo son claves los otros dos ingenieros uruguayos, sus ex compañeros de estudios en Montevideo, Noelia Maciera de 31 años, nacida Salto, y Nicolás Rocha, de 30. Ellos están en pareja y por contraer matrimonio. Juntos ya habían trabajado en distintos proyectos en Chile, Polonia y Omán.

Noelia tiene a su cargo la segunda caldera de la planta, que funciona a gas y que es usada como alternativa al calentamiento central, cuando por algún problema, como ser un día nublado, no se puede aprovechar en forma óptima la luz del sol. Nicolás, por su parte, está encargado de las tuberías, aunque parece admirado en especial por la torre solar, siendo esta planta la primera en la que trabaja con esta tecnología.

"Es algo único en el mundo, es lo más diferente ya que toda la parte del bloque de potencia es más o menos lo habitual, pero subir hasta allá arriba es totalmente nuevo".

Jacinto Durán, haciendo honor a su nombre de gran capitán dice: "El profesional uruguayo no solo es una persona capaz, sino que también tenemos hábitos de trabajo muy buenos. La garra existe de verdad, no es solo un mito y no se aplica solo al fútbol; vos ves ese sentimiento de no darla por perdida nunca".

Las golondrinas que llegaron a Tel Aviv

El ingeniero Jacinto Durán, encargado del proyecto de la planta solar de Ashilim, vio nacer a su hija en Tel Aviv, Israel, el1 8 de enero de 2015. Con su esposa, con quien estaba en esas tierras instalado desde septiembre de 2014, decidieron bautizarla Sofía Ainara.

Este segundo nombre fue elegido por más de un motivo y connotación. Es un nombre vasco, quiere decir golondrina; Jacinto y su esposa son católicos y siguen así la tradición que dice que las golondrinas fueron quienes se llevaron la corona de espinas de Jesús.

Antes de tomar la decisión de ir a Israel, familiares y conocidos les decían que no dejaran escapar la oportunidad que se les presentaba, aunque ellos no la estaban pasando nada mal, en Chicago, Estados Unidos.

“Gente de la embajada, de la colectividad, españoles que habían trabajado acá y no eran judíos, y todo el mundo nos dijo lo mismo. Y pensamos: tantas personas distintas no pueden estar equivocadas. Como que fue el empujón que necesitábamos. Y la verdad que tenían razón, estamos súper contentos. Ahora mi esposa ya está amargada porque nos vamos a tener que ir cuando se termine el proyecto”, recuerda Durán en entrevista con la periodista uruguaya Ana Jerozolimski.

Una vez que la planta esté funcionando pasarán entre uno y dos meses de ajustes y después se hará la prueba de prestaciones, o sea la puesta en funcionamiento de la planta. Problemas en una de las líneas eléctricas que se extendieron durante dos meses ocasionaron un retraso de la obra que pensaba inaugurarse a fines de 2017.

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