martes, 14 de noviembre de 2017
N. MADURO: AUDIO DE LA 1ERA. PARTE DE LA ENTREVISTA DEL CONOCIDO PERIODISTA ESPAÑOL JORDI EVOLE AL PRESIDENTE VENEZOLANO
Jordi Évole prometió emociones muy fuertes en una de las "entrevistas más perseguidas de la Historia". El periodista español y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, frente a frente, con los ojos de Hugo Chávez observando desde la pared más cercana en el Palacio de Miraflores. Una nota deseada por periodistas de todo el mundo, casi inalcanzable hasta ahora. En estos videos uno es el audio de la entrevista al presidente Maduro y el otro es una nota en estudios de La Sexta donde habla J. Evole sobre como fue la entrevista
Y durante buena parte del programa, Évole se puso sus zapatos de claqué para lanzar una pregunta tras otra, un gancho y un crochet que no los parecen gracias a su encanto, pero que dejan magulladuras posteriores. El presidente bolivariano ha definido el cuadrilátero de Salvados como un nuevo Guantánamo, en el que se hartó de recibir cachetadas dialécticas.
La política interna, la dependencia del petróleo, los líderes con los que tiene más o menos afinidad y la situación de España y Catalunya son algunos de los temas que Jordi Évole puso sobre la mesa en su entrevista en exclusiva que el director y presentador de 'Salvados' realizó al Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro y que este pasado domingo, 12 de noviembre, ha emitido la cadena La Sexta. Sin embargo, la cadena se guarda una segunda parte de la conversación, que será emitida la semana que viene. La primera parte ha batido records de audiencia: 3,4 millones de telespectadores
Esta primera parte de la entrevista emitida, 'Salvados' se ha centrado en la situación política y, sobretodo, económica de Venezuela y ha dejado para el segundo episodio otros temas, como el catalán. Los momentos más tensos se han vivido cuando Évole ha preguntado a Maduro por la oposición y los golpes de Estado, la diferencia entre el de Chávez y el de Leopoldo López. Maduro ha asegurado que le gustaría que el líder opositor -"que pague por los crímenes que cometió según las leyes de este país"- se presentase a las elecciones. El líder venezolano ha asegurado que "en latinoamérica todos los golpes de estado en los últimos 100 años han sido organizados por EEUU".
Ante la pregunta de si hay presos políticos en Venezuela, Maduro ha contestado: "En Venezuela hay políticos que han cometido delitos que han sido juzgados por los tribunales. Ninguno está preso por haber defendido una idea". Y lo ha equiparado con lo que sucede ahora en Catalunya después de que el Parlament declarase la independencia.
Preguntado por la situación económica, Maduro se defendió apelando a sus orígenes humildes: "No cerramos los ojos a la realidad, el dolor de nuestro pueblo es nuestro dolor. Yo no vengo del Ibex-35, ni de la monarquía de los Borbones, ni de la supremacía blanca e imperial". Y aseguró que "el 2017 es el primer año de una larga era de una economía no dependiente del petróleo". Maduro también ha cargado contra la prensa española: "¿Por qué esta hipersensibilidad con Venezuela de los medios españoles no es la misma que con los problemas españoles?".
Évole también ha preguntado al líder venezolano por los altos índices de corrupción del país que apuntan algunos organismos. Maduro ha despreciado estos ránkings y ha reconocido que "ha habido un aflojamiento de los resortes éticos y morales de gente que ha tenido y tiene posesiones de poder. "Algunos habían tenido mi confianza", ha añadido. "A mí no me han tentado. Los corruptos saben que no pueden tocar la puerta de Nicolás Maduro", ha puntualizado.
Évole no tuvo ningún reparo en preguntar al 'temido' líder venezolano sobre el actual conflicto catalán, aunque eso se verá en la emisión de la segunda parte de la entrevista, la próxima semana. En un avance se puede ver cómo, ante la peliaguda cuestión de si Venezuela reconoce la república independiente de Catalunya, Maduro, que se refirió a Rajoy como "mi amigo Rajoy", se escabulló como pudo. "Es la pregunta más provocadora que me has hecho hoy", respondió a Évole.
Otros temas 'sensibles' que afectan directamente a Venezuela, como puede ser la actual escasez de alimentos y medicamentos que sufre el pueblo, tampoco gustaron a Maduro, quien se refirió a estos probemas como "vulnerabilidad alimentaria" atribuible al "enemigo exterior". La represión en las protestas de la oposición y los presos políticos también salieron a colación y dejaron claro lo poco acostumbrado que está el presidente Venezolano a que lo 'aprieten' de esta manera.
Grabada en el Palacio de Miraflores, sede del gobierno venezolano (tras 30 horas de espera que tuvo que pasar), la entrevista fue en la línea ya conocida de Évole: educada, suave, pero muy incisiva y documentada, lo que provocó momentos de apuro para Maduro, poco acostumbrado a sufrir un auténtico 'tercer grado' periodístico. Que Évole puso contra las cuerdas al líder venezolano lo reconoció el mismo presidente, quien tras la grabación de la entrevsita aseguró públicamente que había sido "como si estuviera en Guantánamo".
En los primeros minutos del programa intervino la periodista Alicia Hernández, quien puso en contexto a Maduro y constató que el interés en la prensa española por Venezuela ha aumentado en los últimos tiempos "coincidiendo con la irrupción de Podemos" en el mapa político.
La gigantesca crisis económica, la inflación, la violencia y de fondo la diatriba de si Venezuela es hoy una dictadura atraparon al mandatario, que para responder echó mano del guión ya escrito por la revolución, que adjudica todos sus problemas a la guerra económica del Imperio y a la oligarquía venezolana. Respuestas sin convicción, sin soportes intelectuales, incluso mal argumentadas. Pero Maduro, abrumado, no abandonó la compostura, muy alejado del presidente que amenaza e insulta a los opositores y a sus enemigos exteriores sin contemplaciones durante sus constantes comparecencias televisivas.
Así se llegó al momento más interesante de la noche, cuando la corrupción se asomó a las alfombras del chavismo. Así lo reconoció en parte Maduro, titubeante, como si se tratara de un fenómeno de otra galaxia. Évole preguntó, amparado en las cifras de Transparencia Internacional, a la que Maduro acusó de estar financiada por el Imperio, al igual que Caritas o el Foro Penal Venezolano. "¿Hay demasiada corrupción en Venezuela?", insistió el periodista.
Maduro encajó el golpe y se lanzó a reconocer a corruptos cercanos, que ya no están en la revolución, ni siquiera en el país. "Nosotros hablamos con el corazón y hablamos con la verdad", se defendió el presidente.
El silencio posterior dejó en el aire dos cuestiones tabú en la revolución, prohibidas para el ejército de televisiones, medios y periodistas del chavismo: el escándalo de los narcosobrinos y Odebrecht.
Los primeros, sobrinos de Cilia Flores, su mujer, y adoptado uno de ellos también por el propio Maduro, permanecen en una prisión de Nueva York esperando su sentencia, ya condenados por narcotráfico. El segundo, que tanto ha impactado en todo el continente, tiene también su versión venezolana, la menos investigada pese a ser la más cuantiosa en millones. El director venezolano de la poderosa multinacional confesó en Brasil haber entregado 50 millones de dólares para la campaña presidencial de Maduro. La fiscal general Luisa Ortega también implicó al círculo presidencial más cercano en el reparto de millones de dólares.
Pero sorpresivamente, las preguntas no llegaron... No obstante, todavía queda la segunda parte de la entrevista, prevista para la semana que viene.
El resto sobró, incluido el soporte documental, lleno de estereotipos agotados que no reflejan ni de cerca lo que hoy es Venezuela, una tragedia económica que está expulsando a cientos de miles de criollos más allá de sus fronteras.
La entrevista confirmó además que Maduro será candidato presidencial, algo que nadie cuestionaba en Venezuela. También que el presidente confía en las bolsas de comida CLAP, una revisión contemporánea de la libreta de racionamiento cubana, para mantener la hegemonía política.
El presidente guardó la compostura ante el vídeo del asesinato cometido por un policía militar durante la rebelión popular de este año. Los hay a decenas, Évole hubiera necesitado todo el programa para emitirlos. No obstante, el mandatario también exigió justicia para esos 125 muertos de las protestas antigubernamentales. Por supuesto la justicia revolucionaria que impondrá una Comisión de la Verdad formada por irrestrictos chavistas.
La entrevista más perseguida de la Historia no podía acabar en este punto, así que Évole ha buscado una segunda parte, prevista para la semana que viene, remachada por una sonrisa presidencial. La que Maduro esbozó ante la pregunta de si reconoce la República Independiente de Cataluña, algo que oficialmente no ha hecho, pese a que todos sus medios de comunicación se han lanzado a una defensa numantina de los reclamos independentistas y una crítica continuada contra el gobierno de Madrid.
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