Hombre en el 90% de los casos, de 25 a 45 años, con trabajo y
familia: ese es el perfil estadístico de los abusadores de niños. A la
vista, personas "normales", pero en su interior guardan "una fuerte
inadecuación subjetiva del mundo adulto". Es decir, se sienten incómodos
con la realidad que les toca vivir y explotan de la peor manera. Así lo
explica el director de la Asociación Latinoamericana de psicología
jurídica y forense, Gustavo Álvarez, quien sugiere, no obstante, que es
bueno analizar cada caso para valorar la motivación intrínseca del
homicida.
La semejanza y cercanía en el tiempo de los casos de Valentina y Brissa
traen a colación la pregunta de qué pasó por la cabeza de los hombres
que cometieron los crímenes. Valentina Walter fue abusada y asesinada en
Rivera la semana pasada y el cadáver de Brissa González apareció en
las últimas horas enterrada en un balneario de Canelones.
Para
el psicólogo Roberto Mosera, también es importante estudiar cada caso,
pero expresó que en general se trata de "estructuras patológicas y
antisociales de personalidad". Mosera entiende innegables la
impulsividad y el sentido perverso de la conducta en estos casos.
El
psicólogo Robert Parrado añade a la descripción del victimario la falta
de empatía y del sufrimiento del otro. Además, expresa que deben
diferenciarse los casos en que se trata de violaciones domésticas o
violaciones callejeras. Estas últimas "son mucho más violentas".
Los
especialistas en psicología coinciden en que la elección de niñas tan
pequeñas de edad tiene que ver con "cierto desbalance" y con la
vulnerabilidad de la víctima en lo físico y en lo psicológico. Un punto
de semejanza entre los dos casos es el asesinato final.
Para
Mosera, más allá de que pueda existir como argumento el temor a ser
descubierto, las razones del homicida son más complejas. "Es una
característica muy agresiva la de someter sexualmente y matar", dijo.
Álvarez
explicó que es característico de estas patologías el "cosificar" a la
víctima, dejando de lado toda empatía. Ninguno de los tres especialistas
cree que estos tipos de casos puedan generar una suerte de contagio en
la sociedad. Sin embargo, Álvarez habla de "núcleos patógenos" que
pueden ser influenciados. "Aquel que está proclive a cometer un delito
de este tipo puede entenderlo como una habilitacion", expresó el
psicólogo.
Tanto Parrado como Álvarez dijeron que en Uruguay hay un déficit muy grande en materia de estudios
criminológicos y, específicamente, de un registro de abusadores.
Parrado explicó que el registro del Instituto Técnico Forense
funciona como una inscripción judicial más que como una base para
futuras investigaciones. Por tanto, no es posible hacer un seguimiento
del abusador y controlar su comportamiento. Para eso, expresó que es
necesaria la creación de una política de Estado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario