Al conocer las políticas que vienen desarrollando los gobiernos de
Brasil y Argentina es muy difícil no sentir escalofríos. Los avances
conquistados tras años de luchas populares fueron enterrados en un
instante. Han recortado el gasto público, derechos laborales y han
aplicado políticas muy perjudiciales para la mayoría de la población, en
especial para la más pobre. En este contexto, de retorno del
neoliberalismo, nuestro país sigue el rumbo trazado desde el 2005:
mantiene el crecimiento económico, aumenta el gasto público social y
continúa con la tendencia de disminución de la brecha entre pobres y
ricos.
“Brasil, mostra a tua cara”
La
impunidad con la que Temer ha manejado lo relativo a su juicio político
no es significativa si se compara con los estragos que han causado sus
políticas en un año de gobierno. La lista es extensa y de extrema
nocividad para el desarrollo del país. Una de sus primeras medidas fue
aprobar una enmienda constitucional que congela el gasto público durante
20 años.
La crisis política que terminó con la
instalación de un gobierno absolutamente ilegítimo en Brasil ha
repercutido sensiblemente en la economía de ese país. En el año 2016
tuvo una caída del 3,6% del PIB. En materia fiscal, el déficit fiscal
global se ubicó en 9,2% del PIB en el año móvil cerrado en mayo. En el
período de marzo a mayo de 2017, la tasa de desempleo fue del 13,3%, es
decir 13,8 millones de personas sin trabajo. Si se compara con el mismo
período de 2016, hubo un aumento del 20,4%, con un adicional de 2,3
millones de desempleados.
A su vez, después de una
década donde 28,6 millones de brasileros salieron de la pobreza, la
cantidad de brasileros pobres aumentó. En 2014, la pobreza y la pobreza
extrema en Brasil eran estimadas en el 7,4% y el 2,8%, respectivamente.
Al año siguiente, los valores registraron un salto al 8,7% y el 3,4%. El
Banco Mundial plantea dos escenarios de aumento de la pobreza para el
año 2017. Uno: prevé un aumento del 8,7% al 9,8% en la proporción de
personas pobres, representando un incremento de 2,5 millones de
personas. En el escenario más pesimista, podría haber un crecimiento del
10,3% en la proporción de personas pobres, lo que representa un aumento
de 3,6 millones de personas.
Para mitigar los impactos
de la recesión sobre la población, el Banco Mundial recomendó la
expansión del Bolsa Familia (plan de transferencias económicas destinado
a las familias más pobres), le sugirió al gobierno de Temer aumentar el
presupuesto del programa a 30.700 millones de reales en 2017. Sin
embargo, Temer no solo desoyó la sugerencia sino que en tan sólo un año
le retiró a 1.2 millones de familias el derecho al programa Bolsa
Familia. Y solamente en el mes de julio de este ano, la reducción fue de
543 mil familias. Dicha reducción implicó en las finanzas públicas,
apenas R$ 100 millones mensuales.
El recorte también
llegó al Programa Farmacia Popular que atendía 9 millones de brasileros.
Al mismo tiempo, fueron recortados también los recursos de las
universidades federales brasileñas y las inversiones en ciencia,
tecnología e innovación. Sufrieron una reducción total del 50%.
Las
reformas ultra-neoliberales como la reforma de la legislación laboral y
la reforma del sistema jubilatorio hicieron retroceder más de 70 años
los derechos laborales . La reforma laboral es nefasta para los
trabajadores: aumento de horas de la jornada laboral, reducción del
tiempo de descanso, imposición de horarios, acuerdos ya no colectivos
sino individuales, pérdidas de salarios por no pago de horas extras o
porque las comisiones o premios dejan de considerarse salarios, los
despidos masivos podrán no ser comunicados ni negociados. A su vez, la
reforma jubilatoria estableció la edad mínima de jubilación en 65 años,
elevando en cinco años la edad para hombres del campo y para mujeres de
la ciudad y en diez años la jubilación de la mujer rural.
Por
otra parte, la ola privatizadora de la dictadura de Temer comenzó a
vender empresas estatales sin ningún prurito. Petrobras, la estatal
petrolera, desde enero de este año ha vendido sistemáticamente sus
activos más importantes: la compañía petroquímica Suape, y la Compañia
Integrada Textil, Citepé, ambas de ingeniería textil. Luego vendió el
total de sus acciones de la Corporación Guaraní, el tercer mayor
productor de azúcar de Brasil, a Tereos Participations (grupo de capital
francés). También su refinería Nansei Seikyu, localizada en la isla
nipona de Okinawa, a la japonesa Taiyo Oil Company; la filial Petrobras
Chile, la cual se encargaba de la distribución de combustibles de la
estatal en ese país. Ahora planea vender una de las compañías más
grandes de electricidad del mundo: Electrobras. Inaugurada en 1954, que
actualmente posee 47 hidroeléctricas, 69 usinas eólicas, 114 usinas
termoeléctricas, además de encargarse de todo el proceso de transmisión y
distribución de la energía.
El medio también está en
grave peligro. El 30 de agosto, la justicia brasilera suspendió un
decreto de Temer que permitía a empresas privadas desarrollar
explotaciones mineras en un área de la Amazonia, ubicada entre los
Estados norteños de Pará y Amapá de 26.450 kilómetros cuadrados, que
posee un alto potencial de oro y otros metales preciosos. Esta reserva
fue creada por la dictadura militar, la que determinó que sólo la
Compañía Investigación de Recursos Mineros, una empresa pública
perteneciente al Ministerio de Minas y Energía, podía hacer
prospecciones en el área. El decreto suspendido por la justicia amenaza
dos reservas indígenas, un parque nacional, dos bosques protegidos y
cuatro reservas ecológicas en la zona. Sin embargo, el gobierno ya está
preparando la apelación.
Al otro lado del río
A
su vez, Argentina con su gobierno democráticamente electo ha planteado
una serie de políticas que también son de temer. Según datos arrojados
en una investigación realizada por la Universidad Católica Argentina:
entre 2015 y 2016, la pobreza pasó del 29% al 32,9% de la población y se
sumaron un total de 1,5 millones de "nuevos pobres", un total de 13
millones de argentinos por debajo de la línea de pobreza. A su vez, la
indigencia pasó del 5,3% al 6,9% y alcanzó a 2,7 millones de argentinos.
Los
datos del “nuevo” INDEC para el segundo semestre de 2016 muestran
números distintos pero no menos preocupantes. El relevamiento fue de una
población total de 31 aglomerados urbanos, 27.308.394 de personas, es
decir 8.874.330 hogares y concluyó en que 1.906.215 hogares, 8.277.085
personas, se encuentran por debajo de la Línea de Pobreza. Con relación
a la línea de Indigencia se encuentran 401.122 hogares, que incluyen a
1.657.221 personas indigentes.
Sin embargo, el Centro
de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano en su
último reporte, ubica a Argentina como uno de los países con mayor
índice de pobreza en toda América Latina con un nivel de pobreza que
alcanza al 30,3% de la población.
En el primer
trimestre de este año, la tasa de desempleo subió a 9,2%, valor que
asciende a 11,3% en la Provincia de Buenos Aires. A su vez, en el 2016
la inflación fue mayor al 40%. El aumento anual promedio en el nivel
general de precios fue de 41,1 por ciento en la Ciudad de Buenos Aires.
Ese porcentaje se explica en parte por 8,8 puntos del rubro Vivienda, el
incremento de 282% en agua, 253% en electricidad y 147% en gas. El
rubro Transporte explica 5,2 puntos de esa inflación, con incrementos en
los pagos por transporte público automotor y ferrocarril superiores a
60% y 70% respectivamente. Y finalmente, aunque en absoluto menos
importante, 5,9 puntos del aumento del IPC se explican por el rubro
Alimentos y bebidas, donde los productos exportables llevaban la
delantera, como aceites y grasas (78,7 por ciento), vinos (68,9) y
lácteos (43,2).
Si bien, la inflación ha venido bajando
y hoy se ubica en 22,9% el año pasado de las principales paritarias
cerradas sólo el 10% alcanzó niveles que superaron la inflación promedio
anual, el 90% restante sufrió una disminución de su ingreso real, lo
que se tradujo en pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores.
Por
otra parte, en el 2016 ingresaron al país vecino 4229 millones de
dólares de Inversión Extranjera Directa en el país, un 64% menos que en
el año anterior. En el primer trimestre de este año además de la caída
de las exportaciones, las importaciones aumentaron de manera
significativa, por tanto el resultado de su Balanza comercial fue
desfavorable.
Asimismo, para sostener las cuentas
públicas el gobierno de Macri durante su gestión ha emitido bonos de
deuda por casi 100 mil millones de dólares. Los últimos 3 mil millones
de dólares emitidos aparecen como una operación récord en la historia de
Argentina porque los mismos son a pagar en 100 años. El ritmo de
endeudamiento ha sido más veloz que el de la última dictadura y con una
proyección que convierte a su deuda en eterna.
Y por si todo esto
fuera poco, el ministro de Trabajo Jorge Triaca adelantó la intención de
su gobierno de realizar una reforma laboral por entender que: “…hay que
dejar de lado muchos privilegios que son de los trabajadores”.
Mientras tanto en nuestro paisito…
La
realidad económica y política de nuestros países vecinos, por un lado
se presenta como una señal de alerta acerca de la fragilidad de los
avances. Por otro, nos confirma que, si bien falta mucho por hacer,
vamos por la senda correcta.
En la actualidad Uruguay
cuenta con una capacidad nueva: nuestra economía no está condicionada
por la de Argentina y Brasil. El proceso de “desacople” que nos habilita
a estar en otra situación económica diferente a las de nuestros
“hermanos mayores” no es producto del azar sino de definiciones
políticas adoptadas por el gobierno frenteamplista para obtener la
independencia necesaria. Las diversas transformaciones estructurales
procesadas a nivel productivo junto a la diferenciación institucional y a
la gestión de la política económica permitieron que pese a las
tremendas dificultades y tensiones macroeconómicas que aún persisten en
la región, Uruguay siga creciendo.
De acuerdo al último
informe de Cuentas Nacionales divulgado por el BCU, en el primer
trimestre de 2017 la economía uruguaya creció 4,3% respecto a igual
período de 2016. En términos desestacionalizados, la actividad económica
registró un aumento de 1,5% en comparación con el trimestre inmediato
anterior (octubre-diciembre de 2016).
Por otra parte,
en julio la inflación bajó a 4,3%. Esto representa un aumento del
salario real histórico, el máximo en 40 años. 130 dice la gráfica
Por
otro lado, la pobreza disminuyó significativamente en la última década
alcanzando, en 2016 una estimación puntual de 9,4%, mientras la
indigencia se ubicó en 0,2%. Vale recordar que solo diez años atrás la
pobreza representaba el 32,5% de las personas, mientras el 2,5% vivía en
situación de indigencia. En el estudio sobre pobreza recientemente
publicado por el Centro de Estudios de la Nueva Economía de la
Universidad de Belgrano, Uruguay se ubica en el país con menor índice de
pobreza de toda América Latina.
La distribución de
ingreso, medida a través del Índice de Gini, que varía entre 0 y 1 según
el grado de desigualdad, volvió a mejorar en 2016 situándose en el
valor 0,383 (luego de un leve retroceso en 2015), y se prevé que
continúe dicha tendencia en 2017. Diez años atrás el valor del Índice de
Gini era 0,455, indicando un mayor grado de desigualdad.
Estas
mejoras de las condiciones de vida de nuestro pueblo son el resultado
del crecimiento económico pero acompañado por una redistribución más
justa, con políticas pensadas para las mayorías. Es momento de recordar
que entre mediados de los 80 y finales de los 90 también hubo
crecimiento económico sostenido semejante al de la última década. Pero
eso no mejoró los niveles socioeconómicos, sencillamente porque el
crecimiento económico no fue redistribuido, todo lo contrario, fue un
período de concentración del ingreso.
Esta
redistribución tampoco fue azarosa, fue posible gracias a la conjunción
de distintas políticas: la reforma tributaria, la negociación salarial
colectiva y el Gasto Público Social. Este último desde el 2015 hasta el
2016 ha aumentado 117% en términos reales, un guarismo superior al
aumento del PIB (58%) y el propio Gasto Público Total (82%) en el mismo
período. En esta Rendición de Cuentas, Gasto Público Social se
incrementa en 200 millones de dólares.
Mientras vemos
como los gobiernos de nuestros hermanos brasileros y argentinos hacen
añicos los avances productos de años de luchas populares; mientras vemos
cómo la oligarquía gobierna para su clase y empeña el futuro del pueblo
sin el mínimo remordimiento, nuestro gobierno trabaja para que Uruguay
continúe creciendo e invirtiendo en ampliar derechos y oportunidades.
Mientras vemos cómo avanza la derecha en la región, nuestro proyecto
frenteamplista sigue demostrando que se puede, que pudimos y podremos
continuar profundizando los cambios… Porque somos "obreros de la patria
del futuro".
1 comentario:
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