Bruno Gulotta, de 35 años, paseaba por La Rambla
con su mujer Martina, de 28, y sus dos hijos, Aria, de siete meses, y
Alessandro, de seis años. Aria colgaba de su madre en una mochila
portabebés y Alessandro caminaba de la mano de su padre. La tranquilidad
de esta joven familia, que pasaba unos días de vacaciones en Barcelona
aprovechando los días de
ferragosto, se truncó de repente,
cuando de la muchedumbre salió la furgoneta arrollándolo todo. Gulotta
parapetó a su hijo poniéndose delante de él. Así logró salvar al
pequeño, pero él resultó atropellado y murió, según el relato de su
esposa a los compañeros de trabajo.
Fue
Martina quien llamó en la tarde de este jueves a los compañeros de
trabajo del marido, que han contado en las periódicos y televisiones
italianos cómo era Bruno. Vivía y trabajaba en
Legnano, cerca de Milán. Era director de
marketing en
Tom’s Hardware,
una revista digital especializada en tecnología con una plantilla en la
que abundaban jóvenes apasionados de informática. Bruno no había
cumplido los 30 años cuando se incorporó al equipo. Vivía a pocos metros
de la redacción. “Era curioso, atento y lleno de entusiasmo”, ha
declarado el director de la publicación, Pino Bruno, a la cadena
SkyTg24.
La revista ha dedicado en su web
un recuerdo emocionado: “A
Bruno, que era un punto de referencia para todos los que le conocimos.
Era nuestro pilar”. El autor de la necrológica, Roberto Buonanno,
recuerda cómo era su compañero. “Llevaba siempre consigo un equipo de
emergencia para [reparar] ordenadores. Era capaz de solucionar cualquier
problema, en cualquier momento, aunque no fuera de su especialidad.
Bruno era una persona generosa y con un corazón grande. Sabía cómo
compaginar una vida familiar rica con una brillante carrera profesional
con un equilibrio que siempre le envidiaré”, escribe Buonanno en el
portal, que hoy muestra lazo negro como señal de luto.
“Siempre te vamos a recordar. Fuiste un maestro de vida, y
te prometo que voy a aprender mucho incluso de tu último acto”, concluye
el mensaje de recuerdo
Fuente: El País de M.
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