En Arabia Saudita la policía arrestó a un niño de 14 años por bailar en la calle. No se trata de una de esas noticias de broma de El Mundo Today que publica EL PAÍS Semanal, sino de algo que ha sucedido en Arabia SaudIta y de lo que ha informado
la web Sabq. El niño, que ha quedado en libertad sin cargos este
miércoles apenas 24 horas después de que se conociera su detención, fue registrado en vídeo mientras seguía con sus auriculares el ritmo de una
versión de La Macarena en un paso de peatones de una céntrica
calle de Yeddah, la segunda ciudad del país. La simpática imagen se hizo
viral entre los entusiastas internautas saudíes, lo que alertó a la
policía
“Ha sido detenido para que preste declaración en comisaría, como paso previo a que [el caso] sea remitido a la fiscalía”, había explicado el portavoz policial citado por Sabq la víspera. Se le acusaba de “comportamiento inadecuado en público”. De acuerdo con la misma fuente, el chaval estaba “bailando enfrente de coches parados ante un semáforo en la calle Príncipe Mohamed Bin Abdulaziz, interrumpiendo el tráfico”. Así que varias patrullas, que al parecer no tienen otros asuntos más urgentes de que ocuparse, se dedicaron a buscar al peligroso infractor, que resultó tener 14 años.
En esta ocasión, la policía ha decidido no encausar al niño, nacional de un país árabe que nose ha especificado, a la vista de que el asunto se remonta al año pasado y de que su padre ha prometido que no volverá a suceder. El mes pasado, las autoridades también optaron por no presentar cargos contra una mujer detenida por aparecer en unas imágenes paseando con el cabello al aire y vestida con una falda corta y una camiseta, entre las ruinas de Ushayqir, a unos 150 kilómetros al norte de Riad. Pero una vez más el incidente muestra la tensión que vive Arabia Saudí entre los estrictos códigos sociales impuestos por las élites religiosas para legitimar a la monarquía y el creciente deseo de apertura de las nuevas generaciones.
Además de prohibir que las mujeres conduzcan, el Reino del Desierto tampoco permite los cines, los parques de atracciones, las cafeterías mixtas y otras fórmulas de divertimento que se consideran normales en el resto del mundo. Sin embargo, desde la llegada al poder del rey Salmán, su hijo y heredero, el príncipe Mohamed, ha tratado de abrir la mano con la celebración de algunos conciertos (estrictamente segregados por sexos) y espectáculos “familiares”. Claro que todo tiene un límite y los artistas tienen que medir mucho su comportamiento en el escenario. A principios de mes Abdallah al Shaharani fue detenido durante un festival de música en Taif, una ciudad del suroeste del país, por hacer el típico gesto de hip-hop conocido como “dabbing”, que consiste en ocultar la cabeza en el hueco del codo. Al parecer, el Ministerio del Interior saudí ha prohibido ese movimiento por considerar que hace alusión al consumo de marihuana.
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