"Esto es la ratificación de que Nicolás Maduro está fuera de la Constitución", dijo este domingo el presidente del Parlamento, Julio Borges, acompañado de la bancada opositora, en la sede legislativa.
Maduro, quien el pasado 10 de enero cumplió cuatro de sus seis años de mandato, calificó la declaración de "abandono del cargo" como un "manifiesto golpista". "Esta Asamblea se autodisolvió", señaló en vísperas de presentar su informe.
Acusada por la oposición de servir al gobierno, la justicia autorizó a Maduro a no presentarse ante un Legislativo que declaró hace cinco meses en "desacato" por haber juramentado a tres diputados opositores cuya elección fue suspendida por supuesto fraude.
"Es un acto al margen de la ley, una violación directa y clara a la Constitución, que establece que debe hacerlo ante el parlamento, que representa al pueblo", aseguró el constitucionalista José Vicente Haro.
Aunque la oposición arrasó en las legislativas de diciembre de 2015, el Parlamento está prácticamente desactivado. El TSJ ha emitido una treintena de sentencias desestimando o anulando sus actuaciones, incluidas leyes y declaraciones como la del "abandono de cargo".
Radicalización económica
Maduro explicará en su informe, el desempeño de su gobierno en lo que admite ha sido la prueba más dura que ha pasado su gobierno.
"2016 fue el año de la resistencia, 2017 será el de la recuperación y expansión de la revolución" socialista, afirmó hace unos días.
El país con las mayores reservas de petróleo del mundo vivió en 2016 penurias con una inflación galopante -según el FMI de 475%- y una severa escasez de alimentos y medicinas, que hicieron habituales las filas en los supermercados y provocaron incluso saqueos y protestas.
Según encuestas privadas, ocho de cada 10 venezolanos rechaza la gestión de Maduro por la crisis. Pero éste promete un giro en el modelo económico socialista, con la ampliación del sistema de distribución de bolsas de comida a sectores populares.
El gobierno empezará el 20 de enero una entrega masiva del llamado "carné de la Patria", necesario para comprar las bolsas de alimentos subsidiadas y beneficiarse de misiones sociales.
Pero los augurios económicos de analistas u organismos internacionales no son esperanzadores. El FMI proyecta en 1.660% la inflación para 2017.
"Habrá continuidad de la política de intervenir en la economía, más regulaciones, inspecciones a empresas, control de precios y del tipo de cambio: más inflación y contracción económica", comentó el analista Diego Moya-Ocampos, del IHS Markit Country Risk (Londres).
Radicalización política
Maduro empezó el año con paso fuerte. Preparándose para una nueva etapa de confrontación, nombró vicepresidente a Tareck El Aissami, un "chavista radical" -como se autoproclama-, a quien puso al frente de un "comando" contra supuestos planes "golpistas" de la oposición.
Siete opositores, entre ellos un diputado suplente, fueron encarcelados la semana pasada por el "comando antigolpe". Según la MUD hay un centenar de "presos políticos" en el país.
"El balance de la gestión de Maduro es hambre y represión", aseguró el diputado opositor José Guerra.
La oposición acusa a Maduro de instaurar una "dictadura", luego de que el poder electoral suspendiera en octubre un referendo revocatorio contra el presidente.
En diciembre, la MUD congeló un diálogo que había comenzado con el gobierno mes y medio atrás bajo auspicio del Vaticano. Ambos bandos se acusan de incumplir la palabra empeñada al papa Francisco.
Dividida en torno al diálogo y a la estrategia para sacar a Maduro del poder, la oposición convocó una marcha el 23 de enero para presionar por un adelanto de las elecciones generales, previstas para fines de 2018.
No obstante, el gobierno lo descarta de plano e insiste en que este año sólo están programadas las de gobernadores y alcaldes.
"No veo a un Maduro desechable, lo veo más fuerte dentro de su gente, pasaron la prueba más difícil contra todo pronóstico", aseguró el politólogo Ricardo Sucre.
Maduro está fortalecido con la Fuerza Armada, que le ha manifestado su "lealtad absoluta", según analistas, y con el control de los poderes públicos, todos excepto el parlamento.
Maduro empezó el año con paso fuerte. Preparándose para una nueva etapa de confrontación, nombró vicepresidente a Tareck El Aissami, un "chavista radical" -como se autoproclama-, a quien puso al frente de un "comando" contra supuestos planes "golpistas" de la oposición.
Siete opositores, entre ellos un diputado suplente, fueron encarcelados la semana pasada por el "comando antigolpe". Según la MUD hay un centenar de "presos políticos" en el país.
"El balance de la gestión de Maduro es hambre y represión", aseguró el diputado opositor José Guerra.
La oposición acusa a Maduro de instaurar una "dictadura", luego de que el poder electoral suspendiera en octubre un referendo revocatorio contra el presidente.
En diciembre, la MUD congeló un diálogo que había comenzado con el gobierno mes y medio atrás bajo auspicio del Vaticano. Ambos bandos se acusan de incumplir la palabra empeñada al papa Francisco.
Dividida en torno al diálogo y a la estrategia para sacar a Maduro del poder, la oposición convocó una marcha el 23 de enero para presionar por un adelanto de las elecciones generales, previstas para fines de 2018.
No obstante, el gobierno lo descarta de plano e insiste en que este año sólo están programadas las de gobernadores y alcaldes.
"No veo a un Maduro desechable, lo veo más fuerte dentro de su gente, pasaron la prueba más difícil contra todo pronóstico", aseguró el politólogo Ricardo Sucre.
Maduro está fortalecido con la Fuerza Armada, que le ha manifestado su "lealtad absoluta", según analistas, y con el control de los poderes públicos, todos excepto el parlamento.
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