Las pasiones desbocadas son tan viejas como el fútbol. Los ecos del partido que recientemente debiera ser suspendido por graves incidentes y que luego no se jugó, el 27 de noviembre de 2016 permanecerán enrareciendo el aire durante mucho tiempo, pero no responden a clamores nuevos. Ya en 1905 dos partidos se tuvieron que suspender debido a situaciones de violencia. Y también hubo críticas a la acción policial.
Nacional recibía al CURCC en el Parque Central el 14 de mayo de aquel año, por la Copa Uruguaya, que volvía jugarse tras la pausa que impuso en 1904 la guerra civil. Unas 8.000 personas asistieron a la cancha de los entonces llamados albos. Había mayoría de hinchas locales, aunque también era destacable la presencia de aficionados llegados desde Villa Peñarol.
El clima alrededor del campo no era tan pacífico como podría sospecharse de aquellos días de amateurismo.
"El partido de ayer, más que un partido caballeresco, fue un partido agresivo, exaltado y precipitado por los viejos enconos de rivales por los parciales de uno y otro bando que ayer se desfogaron a gusto y hasta se fueron en ciertos momentos a las manos", comentó el diario El Día.
Según la crónica, publicada en la portada, el griterío era "infernal", con "aplausos a los suyos, puyas y silbidos a los contrarios".
Los visitantes se pusieron 1 a 0 con gol de penal. El cronista señaló que la pelota le dio al defensa albo Nebel "en el codo y quizás en la mano" pero sin intención, por lo que "cuando mucho se podía haber penado a su bando con un frick kick".
Nacional protestó la sanción, como siguen haciéndolo hoy todos los equipos que sufren un penal, pero en aquellos días la manifestación tenía otra finalidad: los fallos arbitrales podían apelarse ante la Liga Uruguaya de Football, que pasaba los antecedentes a un tribunal. Y si este resolvía que no había sido penal, se anulaba el eventual gol. Un sistema absurdo, que sin embargo duró hasta 1935. La cuestión es que Juan Pena (foto a la derecha) convirtió el penal aquella tarde.
Faltando 15 minutos, el delantero de Nacional Bolívar Céspedes logró el gol del empate, ante lo cual los visitantes reclamaron off side. "La protesta, como la de Nacional, irán a la Comisión de la League. El serio criterio de ella sabrá resolver con pruebas y reglamentos los escabrosos puntos que se le presentan a juicio", explicó El Día.
Tras el gol, el público de Nacional invadió la cancha "para celebrar en el paroxismo de su alegría que raya en la locura", continuó la crónica. También los hinchas aurinegros entraron al campo. Los minutos pasaron pero la gente no abandonó el terreno de juego, ante lo cual el árbitro Carlos Sturzenegger optó por suspender el partido.
"Nunca se creyó que (el partido) terminara de una manera tan irrazonable. Tres o cuatro guardiaciviles no pueden con ocho mil espectadores", comentó El Día.
"Alguna parte de culpa, quizá más de lo que se piensa, la tuvo el pésimo servicio policial. La insignificancia de los guardias entre un público tan numeroso y tan exaltado como el de ayer hizo imposible controlar la avalancha que se precipitó al campo y obstaculizó el partido. Llamamos la atención de esto a quien corresponda, para que ponga remedio en el porvenir", advirtió el diario.
Suspensión: el partido recién pudo disputarse el 6 de agosto.
El viernes 19 de mayo de 1905, la Liga anuló el partido y ordenó que se jugara de nuevo el 28 de mayo en campo neutral. Sin embargo, se disputó otra vez en el Parque Central, el 9 de julio. Y otra vez el mal comportamiento del público determinó que el árbitro lo suspendiera por falta de garantías cuando iban 0 a 0. Finalmente, se jugó el 6 de agosto en Villa Peñarol. El dueño de casa se impuso 2 a 0.
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