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jueves, 14 de julio de 2016

MEXICO: SE VIENE OTRO BAÑO DE SANGRE ?

Al mexicano Rafael Caro Quintero le dicen "el narco de narcos" y con ser bastante ese apodo no lo dice todo. Detenido en 1985, el ex líder del desaparecido cartel de Guadalajara fue el primer traficante que le plantó cara a la DEA (agencia antidrogas de Estados Unidos de Améreica), al punto de que se animó a lo que otros mafiosos no se habían animado: asesinar a un oficial de esa poderosa agencia estatal. Ahora ha retornado a la actividad y puede ser el generador de otro baño de sangre en México.



La espantosa muerte de Enrique "Kiki" Camarena (empalado y enterrado vivo) es uno de los hitos en la lucha de Estados Unidos de América contra los narcos mexicanos.

Caro Quintero fue liberado en 2013 gracias a un recurso de amparo, pero la Suprema Corte de Justicia revocó el recurso jurídico.

Pero ya era tarde, porque el capo ya se había esfumado y nadie lo había mencionado hasta que hace unas semanas, cuando la Fiscalía mexicana lanzó un alerta: la presencia del narco de narcos se está haciendo sentir en las montañas del norte de México y eso podría provocar una nueva tormenta de sangre en un país que ya ha pagado con 50 mil vidas la lucha contra el crimen organizado.

El peso que en su momento tuvo Caro Quintero lo demuestra, entre otras cosas, que la mayor requisa de marihuana de la historia, 6.000 toneladas, provino de una de sus partidas, y cayeron gracias a que el agente Kiki Camarena se había infiltrado en sus filas.

Fue también por eso que Camarena pagó cara la traición.

Nacido en 1952 en La Noria, municipio sinaloense de Badiraguato, tuvo que hacerse cargo de 12 hermanos y ya a los 13 años se apartó del cultivo del frijol para entrar en el negocio de la marihuana. Caro Quintero fue un adelantado en los grandes envíos de drogas a EEUU. De Sinaloa se mudó a Jalisco y fundó el cartel de Guadalajara que por años dominó el tráfico mexicano. Fue uno de los responsables de plantarle cara a los capos de la droga colombianos: los mexicanos ya no les harían más de transportistas. Fue el comienzo del declive de los carteles colombianos en detrimento de los mexicanos.

Caído en desgracia tras el asesinato de Camarena, Caro Quintero huyó a Costa Rica, donde fue detenido el 4 de abril de 1985. Tuvo una celda clase A y para su cumpleaños contrató a dos bandas musicales que entraron a la cárcel. Desde prisión mantuvo altos niveles de tráfico de cocaína.

Ante su caída, otros capos se dividieron el mercado entre cuatro carteles: Tijuana, del Golfo, Juárez y Sinaloa, este último de Joaquín el Chapo Guzmán.

Ahora que quien está preso es el Chapo, Caro Quintero, según el gobierno mexicano, se está haciendo fuerte en hombres y armas para enfrentarse al cartel de Sinaloa, sin líder.

"Su rastro ha emergido ahora en el Triángulo de Oro, entre Sinaloa, Chihuahua y Durango", informó El País de Madrid.

"El reagrupamiento de fuerzas en esta zona montañosa y productora de opio ha activado todas las alertas. No solo ha empezado a reclutar sicarios sino que se ha aliado, según la inteligencia militar, con el cartel de los Beltrán Leyva, enemigos acérrimos del Chapo. Fortalecido, sus golpes son cada vez más audaces e incluso se le atribuye el ataque contra la casa de la madre del Chapo, en Badiraguato, la tierra sagrada del cártel de Sinaloa. Toda una declaración de guerra", agregó el periódico.

El fiscal general de Chihuahua, Jorge González Nicolás, dijo que Caro Quintero quiere adueñarse de Ciudad Juárez, bien cerca de USA, país que ofrece US$ 5 millones por su captura.




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