La puja entre ambos organismos se enmarca en auditorías a las construcciones ordenadas por los ministerios de Desarrollo Social y de Transporte; no pago de adicionales a las empresas constructoras que hicieron los arreglos en los centros, y anuncios de denuncias penales por parte del oficialismo y la oposición.
Tras la reciente separación del INAU, el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente enfrenta hoy una situación crítica: hay hogares con "paredes de cartón" y que se inundan; falta de personal y un enfrentamiento durísimo con el sindicato que hoy analizará en una asamblea general la gestión del organismo.
La polémica entre ambos directorios se reflejó el miércoles 6 en la Comisión de Presupuesto de Diputados, cuando una delegación del Inisa, integrada por los directores Eduardo Katz y Álvaro Viviano, enumeraron los continuos problemas de gestión que enfrenta el organismo recientemente separado del INAU.
Katz sostuvo que el Instituto Nacional de Inclusión Adolescente heredó una situación que definió como "caótica" debido a la crisis edilicia, ya que todos los locales que albergan adolescentes, como el de la Colonia Berro, por ejemplo, son edificaciones que tienen más de un siglo y no fueron pensadas para ese fin.
"A esa crisis edilicia se suman otras tantas edificaciones que hay en la capital que tampoco cumplen con los requisitos debido a sus condiciones arquitectónicas, lo cual hace muy difícil desarrollar las actividades que son el verdadero cometido de la función", indicó Katz.
En cualquiera de los tres centros refaccionados por la anterior administración —ex Regimiento N° 9, el Ciedd ubicado en bulevar Artigas y Cufré, y La Tablada— se detectaron "los mismos, diferentes o peores vicios de construcción; no solo no cumplen con los requisitos mínimos indispensables para un centro de máxima o de mediana seguridad desde el punto de vista edilicio y programático, sino que ni siquiera sirven para una casa habitación", según Katz
El martes 19, en la Comisión de Presupuesto de Diputados, el director del INAU, Dardo Rodríguez, salió al cruce de los dichos de Katz.
"La situación que heredaron las autoridades del Inisa dista bastante de ser un caos. A mi entender nunca hubo tantos técnicos contratados", sostuvo Rodríguez.
Con respecto a las obras cuestionadas, Rodríguez discrepó con Katz sobre que el Inisa solicitó a la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, una auditoría tras ver el mal estado de los edificios.
Rodríguez señaló: "Las precisiones, a veces, valen la pena. Esto (la auditoría) surgió en una reunión en la que ya se había dicho por segunda vez que existían graves deficiencias en las construcciones (de las tres centros). Se dijo públicamente, pero no se fundamentó en qué casos. Luego, en una reunión, en la que estaba presente la dirección de Inisa, la señora ministra y el directorio del INAU, se volvió a repetir".
La auditoría fue aprobada. Los técnicos detectaron "vicios de construcción" en los tres hogares refaccionados, fallas en instalaciones eléctrica, paredes endebles y errores en sistemas de cañerías.
El informe se encuentra en el despacho de la ministra Arismendi, quien junto con el ministro Víctor Rossi analiza la presentación de una denuncia penal.
"Este lío es tan grande como el de Pluna"
Además de los US$ 20 millones gastados en la anterior administración para arreglar tres hogares, el Instituto Nacional de Inclusión Adolescente (Inisa) pide al Parlamento otros US$ 15 millones para la construcción de un megacentro en La Tablada. Los vicios de la construcción en tres hogares generaron comentarios en corrillos parlamentarios. Un diputado oficialista se acercó a un colega blanco y le dijo: "Hagan la denuncia penal. Este es un lío tan grande como el de Pluna".
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