David Copperfield, uno de los ilusionistas más conocidos del planeta Tierra, se vio obligado por primera vez a revelar el secreto de uno de sus trucos más famosos, como parte de su defensa por una demanda judicial que le realizó un espectador.
Según el chef inglés Gavin Cox, quien fue seleccionado hace tres años por Copperfield en el hotel y casino de MGM en Las Vegas para ser parte ser del truco "Vanishing Audience", su participación en ese espectáculo le causó un problema cerebral y por eso pide indemnización al ilusionista. Para justificar que de ninguna manera el truco pudo haber tenido semejante consecuencia en la salud del chef, David tuvo que explicar en qué consiste la ilusión: Cox entró junto a 12 personas en una estructura metálica con 13 sillas, que después fue suspendida en el aire.
Una vez sentados todos, el mago dejó caer una cortina que cubrió toda la plataforma, mientras los participantes la iluminaron con linternas desde dentro. Gracias a la "magia" de Copperfield, los seleccionados supuestamente desaparecieron, aunque en verdad, fueron conducidos por un pasillo secreto hacia las afueras del teatro para volver a aparecer en la parte trasera del escenario, deslumbrando a toda la audiencia.
En ese trayecto, Cox se cayó y se dislocó el hombro, por lo que tuvo que ser intervenido en varias ocasiones, lo que le provocó un daño cerebral, según su denuncia.
"Fue como si una alarma de incendio se hubiera encendido. Ellos (el equipo de Copperfield) gritaban '¡rápido!, corre, corre, corre'. Era como un pandemonium. No sabías donde debías ir. Era oscuro. Había manos empujandome en mi espalda. Entonces, cuando di vuelta en una esquina, mi pie tropezó y caí contra el suelo", comentó el afectado al Daily Mail. Sin embargo, la defensa de Copperfield se ha mantenido firme contra la acusación.
La demanda lleva tres años en tribunales y ambas partes tendrán que esperar hasta enero de 2017 para conocer la resolución final de los tribunales usamericanos
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