Este viernes se llevaron a cabo dos
movilizaciones en Río Branco en protestas por las últimas medidas
adoptadas por la Dirección Nacional de Aduanas en esta localidad de
Cerro Largo. Un grupo de manifestantes se concentró en el paso de
frontera, en los accesos a la localidad. El segundo cortó el tránsito
en el Puente Mauá, que une Río Branco con la ciudad brasileña de
Yaguarón, frente a la aduana uruguaya, formando una cadena humana, a
efectos de sensibilizar a las autoridades aduaneras por los "estrictos
controles" que se ejercen.
El motivo de las protestas son las medidas adoptadas por el nuevo administrador de la aduana de la localidad, Horacio García Daglio, que "tomó la ley al pie de la letra", sin que haya una "sensibilización" sobre el pasaje de algunos productos provenientes de Brasil.
Los vecinos denuncian que al cruzar la frontera brasileña hacia Uruguay les han sido incautadas plantas, comestibles, además de que se han detenido autos con matricula brasileña, adquiridos por uruguayos que también tienen documentación de Brasil.
Está previsto que a las 16 horas se lleve a cabo otro corte en el puente Mauá. La Prefectura del puerto de Río Branco reforzó los controles aumentando el número de efectivos para controlar la movilización.
García Daglio, que llegó en marzo para sustituir a
Héctor Martínez, anteriormente fue administrador de la aduana de
Paysandú desde marzo de 2013 (cuando empezó a implementarse la medida
del "cero kilo" en el litoral) hasta diciembre de 2014.
Cuando asumió en ese departamento fue entrevistado por el diario El Telégrafo.
Consultado por ese medio sobre si se aplicaría mano dura en la frontera
con Argentina, García Daglio dijo “que a veces para cumplir la ley no
alcanza con el diálogo, y si hay que poner mano dura, se hará. En mi
caso, vengo de un lugar donde la ley se cumple y la tolerancia es cero”.
En 2014, luego de presentar ante la Dirección Nacional de Aduanas una denuncia por corrupción de funcionarios,
los aduaneros del puente Paysandú-Colón indicaron que García Daglio
había comenzado a circular por la rambla sanducera armado con una
pistola nueve milímetros y con un chaleco antibalas por debajo de su
camisa, a raíz de las tensiones e incidentes que se genraron con la
medida del cero kilo.
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