El déficit del Fondo Nacional de Salud (Fonasa)
volvió a llegar a una cifra récord. La diferencia entre el dinero que
entró al sistema y el que salió fue el año pasado (2015) de 10.286.344.672
pesos, que se traducen en 377 millones de dólares. La cifra equivale a
un desfasaje de 16,8 %, el cual fue cubierto, como prevé la ley, por
Rentas Generales. Para algunos esto es insostenible; el gobierno, en
tanto, señala que todo está dentro de lo previsible. Los datos de la Junta Nacional de Salud (Junasa) dan cuenta de que el déficit crece año a año desde 2010.
Esto se explica por el ingreso de nuevos colectivos al sistema (53.000
jubilados y pensionistas lo hicieron el año pasado), pero también, según
señalan por ejemplo desde el Sindicato Médico del Uruguay (SMU), a que
los prestadores duplican esfuerzos encareciendo el sistema. Y esto se da
en medio de pujas constantes entre las mutualistas y el Ministerio de
Salud Pública (MSP), debido a que muchas de estas juran que no les
alcanza con la plata que les dan. Algunas de ellas, incluso, están en
una situación financiera preocupante.
Los pagos realizados a los prestadores, ya sea la
Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), mutualistas o
seguros por la cuota salud, metas asistenciales, sustitutivos de
tickets, sobrecuota de inversión y Fondo Nacional de Recursos (FNR)
equivalieron en 2010 a una cifra récord de 61.116.108.167 pesos, unos
2.241 millones de dólares. En tanto, los aportes de los usuarios fueron
de 50.829.763.495 pesos, unos 1.864 millones de dólares.
"La diferencia de dinero crece porque está previsto que
sea así. Va a volver a pasar lo mismo el año que viene que van a entrar
unas 90.000 personas más", explicó a El País el presidente de la
Junasa, Arturo Etcheverría, en referencia a una nueva tanda de
jubilados. El jerarca, además, recordó que este es el último de los
ingresos previstos.
Por otra parte, Etcheverría señaló que "muchos de los
que" están en el Fonasa, no llegan a cubrir con su aporte lo que gasta
la institución por ellos, y que por eso también se da la diferencia.
Mientras en 2014 el dinero que salió de Rentas
Generales para darle cierre a los números rojos que genera el Fonasa
fueron 375 millones de dólares, en 2013 fueron poco más de 295 millones.
En 2012 llegaron a 159 millones; en 2011, 65 millones; y en 2010, 25
millones.
Varios actores han expresado preocupación por esta
situación. Desde el Observatorio de Salud, su director, Gustavo Mieres,
había alertado tiempo atrás a El País que "el aporte que hace la
población, de acuerdo a cómo está diseñado el sistema, no es
suficiente". Al mismo tiempo expresó que "del otro lado se da una
situación compleja", en referencia a las "mutualistas que advierten que
el dinero que se les pasa desde el Fonasa no les alcanza".
En el marco de la discusión del Presupuesto Nacional
en el Parlamento el año pasado el senador nacionalista Javier García
alertó sobre la gran cantidad de dinero que sale de Rentas Generales
para sostener el Fonasa.
"El déficit está en el entorno de los 6.500 millones
de pesos, y el propio Poder Ejecutivo proyecta un déficit para el
ejercicio 2016 a 2019, en el entorno de los 9.500 millones de pesos.
Nuestros asesores lo estiman un poco más elevado: cerca de los 10.000
millones", advirtió el legislador el año pasado. Y de hecho la cifra fue
aún mayor.
"Aparte, por desgracia, ya se está viendo —vuelvo a
decirlo: por desgracia—, en un sistema que está atado, indexado al
empleo, que el aumento de la tasa de desempleo y la disminución de la
tasa de actividad puede implicar que el déficit sea aún mayor", alertó
García.
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Para Etcheverría, en tanto, no hay ninguna
anormalidad en la diferencia entre ingresos y egresos, pues "ya estaba
previsto". Al mismo tiempo, advirtió que desde la cartera se están
haciendo "los máximos esfuerzos" para "administrar cada vez mejor los
recursos; queremos un sistema que sea cada vez más eficiente".
"Esto se nota cuando nosotros decimos que no
queremos dos maternidades si una está muy cerca de la otra",
ejemplificó. "O cuando no dejamos entrar alguna máquina porque
entendemos que ya hay suficientes", continuó.
El año pasado el SMU entregó al presidente Tabaré
Vázquez una serie de proyectos que, entre otras cosas, promovían cambios
para generar mayor eficiencia con el gasto del dinero del Fonasa. El
presidente del gremio, Julio Trostchansky, ha advertido en varias
oportunidades que es posible reducir lo que gastan los prestadores.
La idea del sindicato salió de la Convención Médica
Nacional que se desarrolló en 2013 y consiste en generar centros de
referencia para algunas patologías, lo que, señalan, permitirá evitar
que las instituciones dupliquen esfuerzos, tanto a nivel técnico como
económico. Vázquez prometió estudiar la propuesta.
Descuentos.
El Fonasa se financia con aportes que hacen los
trabajadores. Quienes perciben menos de 2,5 Bases de Prestaciones y
Contribuciones (BPC), 7.630 pesos, sin importar si tienen hijos o no,
aportan un 3% de su salario. Si tienen cónyuge o concubino que no aporta
al sistema y quieren incluirlo, se les descuenta un 5%.
Para quienes ganan más de 2,5 BPC, son solteros y no
tienen hijos, se les descuenta un 4,5%; en caso de que sean solteros y
tengan hijos, se les descuenta un 6%; si tienen cónyuge o concubino que
no aporta al sistema y no tiene hijos, se le descuenta un 6,5%; y si
además de cónyuge o concubino que no aporta al sistema tiene hijos, el
descuento es de un 8%.
Los jubilados y pensionistas pagan 3%, 4,5% (si gana más de 7.000 pesos) o 6% (si ganan más de 11.000).
MEDICAMENTOS DE ALTO COSTO.
Pidieron 65 remedios, dieron 16.
El año pasado, una ordenanza firmada por el ministro
de Salud Pública, Jorge Basso, activó la creación de una Comisión
Técnica Asesora encargada de recibir y analizar los casos de pacientes
que reclaman fármacos de alto costo. Se trata de aquellas drogas que no
están dentro del Formulario Terapéutico de Medicamentos (FTM), o sea que
ni los prestadores públicos y privados de salud, ni la cartera, están
obligados a financiar.
El grupo de expertos analiza las peticiones, que
entrarán como "procedimiento administrativo abreviado", o sea que la
respuesta debe llevarse a cabo con la mayor celeridad posible.
El ministro Basso advirtió en la Comisión de
Salud del Senado que de 65 peticiones que se recibieron, 46 ya fueron
analizadas. Y que de estas solo 16 fueron favorables a los pacientes.
Según supo El País, algunas de ellas fueron denegadas por un tema de
costo-efectividad.
Por otra parte, Basso anunció el ingreso de dos medicamentos caros al FTM.
El diputado Martín Lema, que citó a Basso para la
semana que viene a la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes
para hablar justamente sobre este tema, dijo a El País que "analizar el
costo beneficio es tomarle el pelo a la gente". Además, adelantó que va a
reclamarle al ministro que se establezcan "plazos de resolución" y que
"haya mayor difusión del procedimiento, porque hay gente de la
periferia, o de lugares sumamente humildes que no saben que esto
existe".
Fuente: El País
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