“Es fundamental darse cuenta de que el alcohol no es un alimento y que daña proporcional a la ingesta”, dijo la jefa del Programa Nacional de Trasplante de Hígado, Solange Gerona. Explicó que una “hepatopatía alcohólica” es una lesión en el hígado por el consumo de esta droga. Informó que el 40 % de trasplantados de este órgano, tiene como cofactor o factor único la ingesta de alcohol. El daño es mayor en las mujeres.
Solange Gerona, jefa del Programa
Nacional de Trasplante Hepático, fue una de las disertantes de la
conferencia denominada “El alcohol durante el embarazo y las
hepatopatías”, organizada por el Ministerio de Salud Pública (MSP). La
experta se refirió a la incidencia de la ingesta de alcohol en el hígado
y sus consecuencias en la salud de los uruguayos.
Gerona hizo referencia directa a lo que se conoce como “hepatopatía alcohólica” que es la afectación del hígado a causa del consumo de alcohol. Esto implica que el órgano se lastima. Se puede hablar de “hepatopatía aguda” que se desencadena en forma brusca o puede ser “hepatopatía crónica”.
La jerarca explicó que no existe un punto de corte que permita prever a partir de cuánta cantidad hace daño. "No hay un consumo seguro desde el punto de vista del hígado, es necesario tener conciencia, saber que eso puede sucedernos porque no solo depende de qué tomamos ni de cuánto tomamos, sino que depende de nuestra genética, de nuestra edad, de si tenemos sobrepeso, si somos hombres o mujeres. Son variables que inciden en cómo se daña o no el hígado”, argumentó.
Datos del programa revelan que un 40 % de los pacientes que se efectúan un trasplante de hígado padecen como cofactor o como factor único el alcohol. La cirrosis es la hepatopatía alcohólica más común.
“Es fundamental darse cuenta de que el alcohol no es un alimento y que daña proporcional a la ingesta. Cuánto tomemos y cómo tomemos será un factor, pero no el único”, dijo.
Según explicó, el daño es mayor en mujeres que en hombres, el cuerpo de una mujer procesa de forma diferente el alcohol. Cuando se toma alcohol, el hígado se llena de grasa, por eso importa si la persona tiene sobrepeso o diabetes, lo que colabora a que sea mayor la afectación.
También se refirió al cambio poblacional y al comportamiento en Uruguay, donde los jóvenes se inician de forma cada vez más temprana en el consumo. La Organización Mundial de la Salud realiza estudios que permitan detectar cómo incide esta iniciación temprana y si puede adelantar el desarrollo de una cirrosis.
En este contexto, dijo que todas las formas de consumo afectan; además insistió en que “no todos los que toman llegan a tener cirrosis, pero sí la mayoría de los que toman tienen grasa en el hígado”.
En lo que refiere al daño que puede generar el tipo de alcohol, la experta dijo que las bebidas definidas como “blancas” son las que más dañan, pero que si se toma más cantidad de otras bebidas, afectan igual.
En cuanto a la forma de diagnosticar una hepatopatía, informó que lo mejor es consultar al médico, contarle que se toma comúnmente alcohol y que el profesional le indique una ecografía. “Lo que sucede muchas veces no es que no se diga la verdad, sino que nos mentimos a nosotros mismos. Debemos darnos cuenta de la cantidad de alcohol que ingerimos y con qué frecuencia y contárselo al médico. También puedo darme cuenta que me está generando un problema con mi familia, en el trabajo o si me sacaron más de una vez la libreta de conducir. Ahí es posible detectar consumo problemático y pedir ayuda”, agregó.
Gerona reiteró que el consumo de alcohol no es saludable. “Puede ser divertido, puede ser aceptado socialmente, está muy incluido en nuestros festejos, pero lo que queremos es transmitir que tomar alcohol genera un daño”, sostuvo.
Gerona hizo referencia directa a lo que se conoce como “hepatopatía alcohólica” que es la afectación del hígado a causa del consumo de alcohol. Esto implica que el órgano se lastima. Se puede hablar de “hepatopatía aguda” que se desencadena en forma brusca o puede ser “hepatopatía crónica”.
La jerarca explicó que no existe un punto de corte que permita prever a partir de cuánta cantidad hace daño. "No hay un consumo seguro desde el punto de vista del hígado, es necesario tener conciencia, saber que eso puede sucedernos porque no solo depende de qué tomamos ni de cuánto tomamos, sino que depende de nuestra genética, de nuestra edad, de si tenemos sobrepeso, si somos hombres o mujeres. Son variables que inciden en cómo se daña o no el hígado”, argumentó.
Datos del programa revelan que un 40 % de los pacientes que se efectúan un trasplante de hígado padecen como cofactor o como factor único el alcohol. La cirrosis es la hepatopatía alcohólica más común.
“Es fundamental darse cuenta de que el alcohol no es un alimento y que daña proporcional a la ingesta. Cuánto tomemos y cómo tomemos será un factor, pero no el único”, dijo.
Según explicó, el daño es mayor en mujeres que en hombres, el cuerpo de una mujer procesa de forma diferente el alcohol. Cuando se toma alcohol, el hígado se llena de grasa, por eso importa si la persona tiene sobrepeso o diabetes, lo que colabora a que sea mayor la afectación.
También se refirió al cambio poblacional y al comportamiento en Uruguay, donde los jóvenes se inician de forma cada vez más temprana en el consumo. La Organización Mundial de la Salud realiza estudios que permitan detectar cómo incide esta iniciación temprana y si puede adelantar el desarrollo de una cirrosis.
En este contexto, dijo que todas las formas de consumo afectan; además insistió en que “no todos los que toman llegan a tener cirrosis, pero sí la mayoría de los que toman tienen grasa en el hígado”.
En lo que refiere al daño que puede generar el tipo de alcohol, la experta dijo que las bebidas definidas como “blancas” son las que más dañan, pero que si se toma más cantidad de otras bebidas, afectan igual.
En cuanto a la forma de diagnosticar una hepatopatía, informó que lo mejor es consultar al médico, contarle que se toma comúnmente alcohol y que el profesional le indique una ecografía. “Lo que sucede muchas veces no es que no se diga la verdad, sino que nos mentimos a nosotros mismos. Debemos darnos cuenta de la cantidad de alcohol que ingerimos y con qué frecuencia y contárselo al médico. También puedo darme cuenta que me está generando un problema con mi familia, en el trabajo o si me sacaron más de una vez la libreta de conducir. Ahí es posible detectar consumo problemático y pedir ayuda”, agregó.
Gerona reiteró que el consumo de alcohol no es saludable. “Puede ser divertido, puede ser aceptado socialmente, está muy incluido en nuestros festejos, pero lo que queremos es transmitir que tomar alcohol genera un daño”, sostuvo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario