Entre los muchos cambios que trajo Internet, uno afecta directamente a la industria hotelera en Uruguay y en el mundo. Con una creciente oferta online, las reservas comenzaron a realizarse cada vez más sobre la fecha de llegada al destino elegido, dificultando la planificación de los empresarios. Y tras el creciente uso de plataformas como Booking o Hostelworld, que gestionan las reservas de distintos centros de hospedaje, no tardaron en llegar innovaciones como Airbnb, permitiendo que cualquier propietario alquile un apartamento o incluso un cuarto dentro de su hogar.
Estos cambios que trajo la web —verificados en un contexto de sobreoferta y caída de la demanda internacional que ponen en rojo los números del negocio— fueron abordados en la primera conferencia iberoamericana de la Organización Mundial de Turismo sobre economía colaborativa en el sector. Dicho foro se efectuó en abril, en Montevideo, buscando avanzar en cómo hacer para que Airbnb y un hotel compitan en las mismas condiciones.
“Las personas también usamos estas innovaciones para generar monopolios y concentraciones. Si uno quiere sintetizar a Internet, es la expresión más salvaje del liberalismo, que ha permitido que David y Goliat puedan competir sin problemas de tamaño”, dijo a Búsqueda Jordi Busquets, presidente de la Asociación Internacional de Hoteles y Restaurantes, que organiza el evento con el apoyo del Ministerio de Turismo.
“Cuando empecé a trabajar llegaba a la empresa de viajes y si había conseguido una comisión de 8% o 9% en turismo receptivo era bueno. Hoy estamos hablando de 35% de comisión (que cobran algunas plataformas). Pero el tema no es eso sino los agregados en términos de posición dominante, cláusulas unilaterales y automáticas que tienen que ver con las condiciones que cedo a un sitio determinado que mueve la aguja del negocio. Esto ya está generando una situación irregular”, señaló.
El empresario reconoció que su industria “es un tanto responsable” de la gran expansión de estos sitios web, ya que fue “cediendo individualmente y colectivamente el manejo de la oferta. (...) Cuando uno cede a un tercero el inventario de su oferta, esa institución pasa a tener control. Y ese es el gran tema hoy”.
Busquets apuntó a que algunas de las más conocidas plataformas de Internet relacionadas con el rubro hotelero carecen de sedes jurídicas, con lo cual no se pueden resolver diferencias con representantes de las empresas. Esto ha llevado a un “cambio” en la batalla que lleva adelante el sector, pasando de intentar modificar leyes de locaciones urbanas (y prohibiendo que en ciertos barrios se arrienden apartamentos) a pelear por la “responsabilidad jurídica de los buscadores” a la hora de promocionar arrendamientos informales.
“Hemos cambiado el curso de la gestión en casi todas las asociaciones hoteleras en el mundo. Si no abordamos el tema de la responsabilidad de los buscadores y de los sitios, estamos en el horno. Primero es la responsabilidad de estar sujeto a derecho en cualquier país. Y segundo está el tema de la no neutralidad de lo que se divulga, promueve y comercializa. No podés alegar que si tenés la oferta de un señor, no sabés si es informal o no. Hay una responsabilidad. ¿Por qué los países comienzan a escucharnos? Porque advierten que en la hotelería no estamos en contra de nadie sino que estamos diciéndoles bienvenidos al juego y al negocio de la industria de la hospitalidad, pero todos sujetos a las mismas responsabilidades”, explicó.
Busquets, representante además de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica argentina, precisó que existen diferencias entre sitios como Booking —con un inventario de hoteles y hosteles pero donde la reserva sigue quedando en la industria— y Airbnb, que permite a cualquier propietario arrendar un apartamento o incluso una habitación en su propio hogar.
“Hay una mala divulgación de que esto es economía colaborativa. Pero en la medida que hay una transacción comercial es un negocio. Cuando empezamos con esto queríamos sensibilizar a los Estados con la evasión fiscal, pero al final se sensibilizaron con la problemática de la seguridad. Cualquier hotelero sabe que tiene que informar acerca de sus clientes, en lo que en algunos países se llama el ‘libro de policía’. Ninguna de estas propuestas está sujeta a esto. Y por ahí va la trata de personas, el narcotráfico”, opinó.
Sin rentabilidad
Para el titular de la asociación internacional del rubro, la hotelería mundial “todavía no sabe argumentar que puede dar respuesta al pleno empleo” y debe intentar captar mercados como el chino, ruso o indio, “que hoy son una utopía”, para paliar una situación de ausencia de rentabilidad.
“La hotelería en el mundo tiene una foto semejante: la pérdida total de rentabilidad. Y este año tendremos a Santiago de Chile, Lima y las tres ciudades más importantes de Colombia con el fenómeno de sobreoferta y la caída de la demanda internacional. No todos los países están haciendo los deberes que el negocio moderno exige. Estamos todavía con un libreto que ni siquiera es de los años 90. La mayoría está en la captación del cliente geográfico y no en el de segmento de negocio”, analizó.
Para Juan Martínez, presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo, los problemas de rentabilidad “también pasan en Uruguay y mucho más”. Eso por la suba de costos y el impacto de haber tenido el precio del dólar “planchado” hasta junio del año pasado, comentó a Búsqueda.
“Hay un desfase entre costos altos y la apreciación del peso. Estamos cobrando menos en términos reales, con un costo más alto. Con el agregado de un aumento de la oferta que lleva a bajar las tarifas en dólares para captar la misma cantidad de clientes. Uruguay es de los países más caros para vivir”, analizó.
De los registros del Ministerio de Turismo surge que en 2013 funcionaban en Uruguay 476 establecimientos hoteleros de las siguientes categorías: 12 de cinco estrellas, 38 de cuatro, 142 de tres, 95 de dos y 52 de una. Otros 137 estaban sin clasificar, ya sea porque no habían solicitado la certificación de su categoría o la misma se encontraba en trámite.
Martínez dijo que no existe un relevamiento de la cantidad exacta de camas que se ofrecen en el país, pero se estima que rondan las 50.000. “Eso son solo las registradas, con la parahotelería informal capaz que llega a 500.000”, acotó.
“¿Cómo vas contra eso? Bajar los precios es la única forma y eso se ve en un descenso de los ingresos. También hay que decir que el repunte del dólar ha ayudado en algo a paliar el desfase. Pero este año la costa Este igual tuvo que bajar tarifas de manera importante”, señaló.
En 2015 la actividad de los hoteles de 3 y 4 estrellas cayó frente al año anterior, informó ayer miércoles la Cámara de Comercio y Servicios
En parte por ese contexto difícil, la negociación del convenio colectivo en el sector gastronómico y hotelero fue dura, al punto que terminó sin acuerdo. “El sector empresarial debe entender que no se puede cobrar 250 dólares una habitación y pagar un salario de 12.000 pesos, como sucede en algunos casos”, dijo el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, en declaraciones reprodujo la Presidencia de la República en su web. También dijo que “los trabajadores debieron tener otra actitud ante una serie de beneficios que podrían haber logrado y que lamentablemente quedaron por el camino”.
Fuente: Semanario Búsqueda
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