Smarttress cuenta con el "Lover Detection System", cuyos sensores ultrasónicos miden el tiempo que tarda en viajar el sonido para detectar los cambios de presión sobre el colchón. En total, el producto cuenta con 24 sensores, perfectamente camuflados en el interior.
Para evitar fallos en su funcionamiento o detecciones equívocas, el controlador establece unos indicadores capaces de diferenciar el acto sexual del movimiento que pueden generar "unos niños saltando", como se indicó desde la empresa, llamada Durmet, al diario Noticias de Alva.
"Cuando el colchón detecta una actividad fuera de lo habitual, los sistemas de comunicación empiezan a enviar información a un servidor que la procesa. Si detecta una actividad sospechosa sobre el momento de uso, la frecuencia, intensidad o velocidad de movimiento habitual, envía una notificación al terminal móvil con el que esté vinculado a través de una aplicación. Además, el software es capaz de reconocer la posición en tiempo real de cada sensor y así mostrar un mapa 3D del colchón para conocer exactamente qué zona del Smarttres está recibiendo mayor presión", detalló Iván Miranda, su creador.
El colchón puede ser adquirido a través de la web www.smarttress.com . El tamaño de 1,35 x 2 metros cuesta 1.500 euros con una garantía del fabricante de dos años.
El lema elegido por la firma es: "Cómodo por la noche, tranquilizador durante el día. Si tu pareja no es fiel, al menos que lo sea tu colchón".
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