El único negocio que le genera ingresos al ferrocarril en Uruguay es el transporte de carga. AFE, propietaria mayoritaria de la empresa privada que administra ese negocio (SLF), ha enfrentado muchas dificultades para cumplir con los servicios y al comienzo de este año 2016 parece haber tocado fondo.
Los datos oficiales a los que accedió El Observador indican que enero de 2016 fue el peor mes desde que se llevan registros, medido en toneladas transportadas. La caída en los primero 31 días de 2016 comparado con el mismo período de 2015 fue de 27% (36.676 toneladas contra 50.345 del mismo mes del año pasado).
La carga se mantuvo en buena medida por la demanda de ANCAP, que transporta piedra y combustible, entre otros productos. Según los datos de enero, la petrolera estatal contribuyó con 75% del transporte ferroviario.
El peor año para la carga por ferrocarril fue 1972. En octubre de 2012 el expresidente de AFE Jorge Setelich presentó estadísticas históricas, y señaló que la empresa transportó ese año 750 mil toneladas. Eso significa que, en promedio, cada mes del peor año de la historia de AFE se transportaron 62.500 toneladas en promedio, cuando en enero de 2016 fue un poco más de la mitad.
La caída ya se había observado en el primer semestre de actividad con Servicios Logísticos Ferroviarios (SLF) al frente del negocio. De julio a diciembre de 2015 se registró una baja de 21,69% en la cantidad de toneladas transportadas en comparación al mismo período de 2014, mientras que durante el último semestre de gestión pública de AFE (enero a junio de 2015) ese indicador se había incrementado 9,76% con respecto a 2014.
A ello se suma que en enero, como no pasaba desde hace 50 años, no se transportó una sola tonelada de arroz y cebada. La empresa arrocera Saman, por ejemplo, invirtió durante muchos años para dirigir sus cargas hacia el ferrocarril, y ahora no puede seguir con el envío de carga por las dificultades de AFE y SLF.
Por otra parte, y según mostró ayer en el directorio del ente ferroviario el director blanco Alfonso Lereté, de las 23 locomotoras de AFE siete se encuentran en funcionamiento, aunque una de esas no tiene personal asignado para su operativa.
El ente ferroviario compró a principios de los 90 un lote de 10 locomotoras General Electric, numeradas de 2001 a 2010. De ellas, tres están en funcionamiento (2003, 2005 y 2007), siempre según lo que presentó Lereté en el directorio, y con información recabada en consultas en la interna de la empresa por parte del jerarca.
"El panorama para la operadora en cuanto a la disposición de locomotoras es extremadamente crítico y eso nos hace pensar –de forma inmediata– que existirá otro retroceso en cuanto al transporte de carga", dice un escrito de Lereté dirigido al presidente de AFE, Wilfredo Rodríguez.
El director blanco aseguró a El Observador que la nueva operadora ferroviaria sugiere a sus clientes llevar la carga por carretera ante la imposibilidad de cumplir con los servicios. "Lo que está fallando en la operadora es la gestión, gerencial y comercial. Cuando AFE manejaba la carga había un funcionario, el escribano Eduardo García, que cerraba los negocios. Es decir, se preocupaba de que todos los engranajes funcionaran en las dos puntas, salida y llegada a puerto. Había diálogo con los clientes y nunca se le ocurrió a García recomendar el uso de camiones para transportar madera industrializada, como pasó con Urufor y Tingelsur que recibieron esa sugerencia desde SLF", comentó Lereté.
"La operadora está pagando un alto precio por carecer de experiencia ferroviaria. LaCND no tiene experticia en trenes de carga", agregó el jerarca.
La operadora de transporte de carga que actúa bajo el derecho privado, Servicios Logísticos Ferroviarios (SLF), compuesta en su paquete accionario por la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE) en un 51% y la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) en un 49%, comenzó a funcionar el 1º de julio de 2015 bajo el supuesto de que el servicio privado ofrecería ventajas de tiempos y de gestión en relación al anterior sistema público.
Aunque heredó todos los clientes y la maquinaria de la operadora pública de AFE, el primer semestre de operaciones de SLF registró una baja de 21,69% en la cantidad de toneladas transportadas en comparación con el mismo período del 2014, cuando todavía operaba el sistema público.
Datos oficiales a los que accedió El Observador muestran en tanto que al comparar el primer semestre de 2015 y el mismo lapso de 2014, el incremento de las toneladas transportadas fue de 9,76%, en ambos casos todavía bajo la órbita pública.
El director blanco de AFE, Alfonso Lereté, solicitó el viernes al presidente del ente, Wilfredo Rodríguez, que convoque al directorio al gerente general de SLF, Gonzalo Ponce de León, para informar sobre los planes de la compañía y conocer por qué perdió dos clientes que transportaban madera industrializada de Rivera a Montevideo.
Lereté le recordó al presidente de AFE que el 4 de febrero en una entrevista con el semanario Búsqueda afirmó que el objetivo para 2016 era transportar 1.500.000 toneladas, lo que implica duplicar la carga actual. El jerarca quiere saber cómo será el plan para dar vuelta un ente que en los últimos años bajó su capacidad operativa.
En tanto, la Unión Ferroviaria reclama la vuelta a la gestión pública. "La gestión puede ser buena o mala y no depende de si es pública o privada, y los hechos demuestran esta afirmación", dijo a El Observador el representante de ese sindicato en el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, Ricardo Cajigas.
El sindicato advierte que hay seis de las nueve locomotoras entregadas en julio que en diciembre estaban paradas, vagones en mal estado, que faltan repuestos y maquinistas calificados.
"Hay menos locomotoras andando no porque hubiera falta de carga, sino porque las demás están en los talleres. Eso ocurre porque para ser operador ferroviario necesitas saber de lo que se trata. Para ser operador se requiere experiencia, cosa que SLF no tiene y entonces no previeron los repuestos", dijo Cajigas.
Tras el pasaje del transporte de carga a la órbita privada, la inmensa mayoría de los empleados se negó a pasar al sistema privado y el sindicato boicoteó un llamado público para cubrir los puestos. Por eso quienes ingresaron a SLF carecieron de formación en el ferrocarril y debieron ser calificados.
"Las importaciones de repuestos demoran seis meses. Eso AFE lo preveía y sabía que cuando quedaban diez inyectores se encargaban 100 nuevos. Por ese tipo de cosas los gerentes del SLF no son personal capacitado", afirmó Cajigas.
También ejemplificó que no es lo mismo cambiar un pistón en un automóvil que en un tren, donde la pieza tiene medio metro de diámetro.
El dirigente sindical dijo que en la actualidad AFE mantiene en el entorno de 500 empleados públicos.
Por su parte el director opositor afirma que el año pasado las empresas madereras Urufor y Tingelsur dejaron de transportar por tren. Lereté pretende conocer por qué se perdieron esos clientes. El jerarca asegura que en la empresa Urufor le afirmaron que desde SLF les sugirieron que haga el transporte por camiones porque su carga de doce contenedores no era rentable.
La misiva también relata que lo que hacía AFE bajo el sistema público era unir las cargas de Urufor y Tingelsur para que los viajes sean rentables.
Fuente: El Observador
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