Esta misma proteína ayuda a frenar y revertir la destrucción del órgano causada por la cirrosis, la enfermedad hepática alcohólica y el consumo de medicamentos contra la Tuberculosis como la Isoniacida y la Rifampicina.
Científicos mexicanos de la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Iztapalapa (UAM-I), descubrieron los efectos antioxidantes de la proteína HGF y también demostraron en laboratorio sus efectos de regeneración del hígado. Estos últimos ya habían sido planteados, como hipótesis, por otros grupos de investigación de diferentes partes del mundo.
Los hallazgos universitarios ponen las bases para construir una nueva línea de atención terapéutica que frene el envejecimiento prematuro del cuerpo humano por exposición a diferentes tóxicos, como el alcohol. El siguiente reto para la UAM es desarrollar un método con el cual se ordene al hígado la mayor o menor producción de la proteína HGF ya que no se puede comer ni ser administrada como si fuera un medicamento.
“Lo que descubrimos no fue un nuevo anti-oxidante, como sería la vitamina C de la naranja que se consume en jugo o suplementos. Lo que nosotros descubrimos fue la acción de una molécula que produce el hígado y que enciende, regula y modula los mecanismos naturales de defensa antioxidante del cuerpo humano”, explicó en entrevista el doctor Luis Enrique Gómez Quiroz, uno de los líderes del equipo que obtuvo los hallazgos en el Laboratorio de Fisiología Celular de la UAM-I.
Las investigaciones mexicanas iniciaron en 2006 y han contado con la colaboración del Laboratorio de Carcinogénesis Experimental, del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. Con el nombre de HGF se conoce a la proteína llamada Factor de Crecimiento de Hepatocitos, que fue identificada por primera vez en Japón hace 35 años pero cuyos efectos anti-envejecimiento fueron descubiertos en Iztapalapa, México.
Este grupo de investigadores también demostró, en ratones con cirrosis, que cuando los niveles de HGF son bajos la enfermedad avanza aceleradamente y que se frena cuando tienen mayor presencia de esa molécula.
“El HGF es un señalador que prende rutas, vías o mensajes para producir compuestos naturales de nuestro cuerpo que son antioxidantes, por ejemplo un tripéptido muy pequeñito llamado glutatión. Éste es un antioxidante y protector del hígado muy importante.
“Nosotros hemos visto en este laboratorio que el HGF incrementa muy notablemente la producción glutatión y de otros compuestos que protegen, no sólo al hígado, sino a todos los órganos del cuerpo: pulmón, riñones, páncreas, etcétera. Al inducir que este antioxidante natural se eleve protege del efecto tóxico de muchos compuestos como el alcohol”, subraya el doctor Gómez-Quiroz.
Los hallazgos han sido posibles con el trabajo acumulado de cerca de 15 investigadores y estudiantes de posgrado bajo la coordinación de los doctores Gómez Quiróz y María Concepción Gutiérrez Ruiz.
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