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martes, 3 de febrero de 2015

CANAL 5: VOLVER A EMPEZAR

El miércoles de la semana pasada, las autoridades del Gobierno y del Ministerio de Educación y Cultura entrante resolvieron despedir a la actual directora de Televisión Nacional (canal 5), Virginia Martínez, tras 5 años de ejercer el rol. En su lugar asumirá el actual director de la Secretaría de Comunicación Institucional (ex Sepredi) de Presidencia, Joaquín Costanzo. Pero hubo más despidos.


Junto a Martínez también fue destituida de su puesto la periodista Iliana Da Silva, actual directora de informativos. Da Silva recibió la noticia como “una sorpresa” y “sin explicación” a través de Martínez, quien no quiso dar declaraciones sobre el asunto. Si bien el caso se suma a la lista de directores y periodistas que fueron relevados del canal al inicio de un nuevo gobierno, la manera en que se produjo la decisión y el anuncio vuelve a despertar las incógnitas acerca del modo en que el poder político influye en la gestión de la televisión estatal uruguaya.

Previo a hacerse pública la decisión del nuevo director, una autoridad del MEC había informado a Martínez y a Da Silva que continuarían en sus cargos un año más. Pero cuando Martínez se reunió con la futura ministra, María Julia Muñoz, se encontró con un panorama diferente, explicó Da Silva. “Reconozco que toda nueva administración tiene el derecho de designar a las personas que considere competentes pero nos tomó por sorpresa”, agregó.
En el pasado también hubo varios cambios que se produjeron a mitad de gestión. En ese sentido, Da Silva explicó que su acceso al cargo no dependió de su vínculo con el partido de gobierno sino a su capacidad técnica. “Me ofrecieron el cargo por mi experiencia como periodista, pero no pertenezco a ningún sector ni a la orgánica del Frente Amplio”, indicó.

La periodista Marcela Dobal  dedicó en 2009 su tesis de grado de la Licenciatura  en Comunicación de la Universidad ORT para abordar el vínculo del canal con los gobiernos de turno. Entre otras cosas, muestra en ese trabajo que la polémica sobre la manipulación por parte del Poder Ejecutivo, lo cual se remite a los orígenes del canal y a la falta de una misión o función pública clara.

“En consecuencia, los directores de TNU improvisan un proyecto personal o siguen las instrucciones de quien lo designó, que invariablemente es el presidente de la República. Una vez que cambia el gobierno o el director, se sustituye por un nuevo proyecto y en buena parte de los casos se desanda el camino ya recorrido”, puntualizó. Según Dobal, entre 1985 y 2008, varios casos evidenciaron la politización que rige la gestión del canal. Un ejemplo fue la destitución de Carlos Maggi a 40 días de haber asumido el cargo por introducir una “infiltración izquierdista” al informativo según  la Secretaría de Prensa y Difusión.

En una entrevista con Últimas Noticias, el antecesor a Martínez, Claudio Invernizzi, dijo en 2009 que el “canal 5 era un error histórico porque su genética está mal” ya que, como una repartición del Estado, el canal queda “en las manos del zarandeo político”, explicó.

Por su parte, Da Silva esta semana afirmó que, en sus dos años de trabajo, no recibió “ningún tipo de lineamientos ni llamadas de Presidencia para seguir determinada línea o para hacer determinadas coberturas. Trabajé con total libertad y sin presiones”, insistió. Aun así, reconoció que el canal necesita una reestructura  que asegure una continuidad, de la mano de una discusión entre todas las fuerzas políticas, la sociedad civil y el gremio de periodistas.

A la espera

Mientras que algunos viven con incertidumbre el destino  del canal, otros están acostumbrados a lo que el cambio significa: volver a arrancar de cero ante una nueva línea editorial. Fuentes del canal coinciden en que la situación generó reacciones diversas en el equipo según los periodistas, el cargo que ocupen y la influencia que la nueva dirección puede ejercer en el desempeño de su trabajo. Sin embargo, otras fuentes optaron por no hablar del tema por miedo a que la difusión de sus dichos dificulte la continuidad de su contrato. “No sé qué va a ser de mi trabajo dentro de dos meses, hay mucha incertidumbre”, dijo uno de los consultados.

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