Pocas semanas después de que Tabaré Vázquez fuera electo presidente en octubre de 2004, su esposa María Auxiliadora Delgado pidió a la congregación de las hermanas oblatas que confeccionaran la banda presidencial. Desde 1938, cuando asumió la Presidencia Alfredo Baldomir, esta orden católica se encarga de bordar el distintivo que el presidente electo estrena al comenzar su mandato. Sin embargo, para la próxima banda presidencial se romperá la tradición. La hermana Lourdes, bordadora presidencial durante décadas, no podrá confeccionarla y no tiene sucesora.Lourdes tiene 90 años y un problema en la vista no le permite trabajar.
Según dijo al diario El Observador, intentó enseñar la técnica del bordado a otras hermanas de su congregación, pero ninguna “se animó a hacerla”. “Hace meses que espero una operación en los ojos y ya no puedo seguir bordando. Yo no sé quién se va a encargar de hacer la nueva banda. Acá no hay nadie que haya aprendido la técnica”, dijo.Cuando El Observador consultó en Presidencia quién se encargaría de confeccionar la nueva banda presidencial, respondieron que eran las hermanas oblatas, sin saber que la congregación había decidido dar por finalizada esa tarea.En la sección Protocolo de la Corte Electoral explicaron que, por tradición, es la esposa del presidente electo la que encarga la confección del distintivo.
Cinco presidentes utilizaron las bandas presidenciales realizadas por la hermana Lourdes.
El primero fue Luis Alberto Lacalle cuando asumió, en 1990. Cinco años después fue el turno del colorado Julio María Sanguinetti, al que le siguieron Jorge Batlle, Tabaré Vázquez y José Mujica. Según la hermana, ninguno de esos presidentes fue detallista. Por el contrario, todos le parecieron “amables y agradecidos”.
Tradición de bordadoraHacía más de 60 años que la hermana Lourdes bordaba. “Hay que tener manualidad y paciencia para hacer las cosas chiquitas, pero por sobre todo hay que tener buen gusto”, dijo a El Observador cuando acababa la banda presidencial que utilizó Vázquez el 1º de marzo de 2005.Confeccionar cada banda presidencial le llevaba aproximadamente un mes.
“Lo más difícil eran los detalles, especialmente las borlas del final”, recordó a cinco años de haber realizado el último distintivo.Por protocolo, la banda mide 10 centímetros de ancho y confeccionarla implica seguir algunas reglas. Primero se debe diseñar el escudo, luego se pone el dibujo en relieve sobre la banda y, para terminar, se borda sobre la misma cinta.El que no quería la bandaPara la hermana Lourdes, llegar a la chacra del presidente Mujica en Rincón del Cerro no fue tarea sencilla. En esa época tenía 85 años y le costaba caminar sobre el pedregullo.
La senadora Lucía Topolansky salió a recibirla. “¿Puedo tomarle las medidas a Mujica?”, le preguntó Lourdes, y Topolansky la invitó a pasar a su casa para que pudiera empezar a trabajar. “Yo no la voy a usar a la banda”, contó que le dijo el presidente. La hermana le explicó que debía tomarle las medidas como lo había hecho con los cuatro presidentes anteriores. “¿Dónde quiere que ponga el escudo, arriba o abajo?”, le preguntó. “Donde quiera, ya le dije que la uso un ratito y nada más”, le respondió el recientemente electo presidente. La misma respuesta obtuvo cuando le preguntó dónde quería que pusiera las borlas. Finalmente, la confeccionó según las medidas que, a duras penas, pudo tomarle a Mujica.Antes de irse de la chacra, la hermana le pidió un favor: que pasara a probarse la banda en unas semanas. Días después, el presidente fue a visitarla.
“Era un hombre distinto. Más simpático. Incluso le pedí para sacarme una foto y me abrazó”, contó.
El 1° de marzo de 2010, Lourdes vio desde su casa cómo las borlas de la banda presidencial “iban de un lado para el otro”.Ya retirada de su oficio, y sin nadie que la suplante, a la incógnita de quién recibirá la banda presidencial de la mano de Mujica, se le suma una nueva: ¿quién la confeccionará?
No hay comentarios:
Publicar un comentario