El Centro Islámico del Uruguay ayudó a una familia siria de 10 integrantes que viajó desde Damasco para reasentarse en nuestro país. Esta situación es independiente al plan del gobierno a través del cuál llegaron 42 sirios y llegarían más en el mes de febrero próximo. Esta gente que también busca vivir en paz y trabajar, requieren también ser ayudados para su inserción en el país.
Jamil y Raya tienen 8 hijos que van desde los 5 meses hasta los 15 años. El hombre trabajaba en una fábrica en Siria y ella era es ama de casa. Con la ayuda de familiares y del Centro Islámico llegaron la semana pasada a Uruguay huyendo de la guerra.
No fueron a un campo de refugiados porque preferían quedarse en su casa hasta que la situación de violencia no dio para más.
El jefe de familia contó que las aspiraciones son poder trabajar, educar a sus hijos y, por sobre todas las cosas, vivir en paz.
Su situación es precaria, por lo que se reciben colaboraciones en el parking ubicado en Ejido y Soriano donde funciona el Centro. Se necesitan pañales para los más chicos y camas y colchones, ya que están durmiendo en el suelo.
Esta es la primera familia de varias que prevén ayudar. La semana que viene se reunirán con Acnur, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados, para adquirir esa calidad.
El profesor de Lengua y Literatura Árabe, Hassan Mamari, junto a sus alumnos, colaborará para la adaptación de las familias sirias que lleguen al país.
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