La Suprema Corte de Justicia de USA, determinó hoy el peor resultado para la Argentina al rechazar el pedido de apelación de la Argentina en el caso de los fondos buitres.
El fallo que el Gobierno de Cristina Fernández ha pedido revisar es el que dictó el juez Thomas Griesa, confirmado en agosto de 2013 por la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York, que obliga al Estado argentino a pagar a los fondos litigantes US$ 1.300 millones más intereses.
Argentina alega que este pago constituye un trato injusto para los acreedores que en 2005 y 2010, después del cese de pagos de 2001, aceptaron la reestructuración de la deuda argentina, con importantes quitas de capital e intereses, con una adhesión del 93%.
El país vecino puede ahora recurrir la decisión y pedir una "reconsideración" (rehearing) del caso. Pero casi siempre son denegados. En los hechos, si esos recursos son denegados, lo que significa es que la apelación termina y que queda firme el fallo favorable a los Fondos Buitre.
Era el peor escenario y acaba de ocurrir. Lo miso pasó con el segundo caso que tenía la Argentina en la Corte, el llamado Discovery. La decisión va en contra de lo que esperaba el gobierno.
La Corte llegó a esta instancia con tres opciones posibles sobre la mesa. Tomar el expediente, rechazarlo o postergar la decisión. El gobierno y los mercados apostaban por esta última.
Tanto en medios del gobierno como de la oposición se esperaba un desenlace favorable. La expectativa coincidente era que la Corte o decidiría hoy y que postergaría la adopción de un criterio hasta conocer, primero, la opinión del gobierno de los Estados Unidos.
Un pedido de opinión de ese tipo significa en los hechos que el expediente se paraliza hasta que esa exposición se presente. En términos procesales, significa una demora de por lo menos seis meses en la tramitación del caso.
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