El rey de España Juan Carlos I sancionará este miércoles en el Palacio Real, la ley que pone fin a sus 39 años de reinado, con la que abdica la Corona en su hijo Felipe, el Príncipe de Asturias, una vez ha sido aprobada por las Cortes Generales. España continuara por lo tanto dentro del marco de la leyes y la Constitución, dentro de la seguridad jurídica y la estabilidad del Estado.
La ceremonia, que será "corta y solemne", según fuentes de La Zarzuela recogidas por Efe, dará comienzo a las 18:00 horas en el Salón de Columnas, donde estarán, entre otros, la reina Sofía, los Príncipes de Asturias, el Gobierno y representantes de las altas instituciones del Estado
No está previsto que haya un discurso del rey Juan Carlos ni del príncipe, que será proclamado este jueves en el Congreso como Felipe VI. Solo se prevé una alocución de un miembro del Gobierno, que leerá el contenido de la ley orgánica de abdicación, por la que el monarca renuncia a la Jefatura del Estado en favor de su hijo.
Sin embargo, sí podría haber un "gesto" simbólico del rey hacia su hijo, según ha explicado un portavoz de Zarzuela, en declaraciones recogidas por Efe. Al no haber precedentes de una abdicación, la Casa Real ha partido de cero para la organización de la ceremonia.
Heredera de la Corona
La infanta Leonor, hija mayor de los Príncipes de Asturias, pasará automáticamente a ser la Princesa de Asturias y, como tal, heredera de la Corona, con la sanción de la norma.
Su padre, Felipe de Borbón, tendrá la consideración de rey cuando la ley orgánica, sancionada por el rey, entre en vigor, a medianoche, al ser publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Entre los invitados a la ceremonia de sanción se encuentran el presidente del Gobierno Mariano Rajoy y la mayoría de miembros de su Ejecutivo, los presidentes del Congreso y del Senado, Jesús Posada y Pío García-Escudero, los del Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo, Francisco Pérez de los Cobos y Carlos Lesmes, además de mandos militares y otros representantes institucionales.
Los ex presidentes del Gobierno Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero también serán testigos de la sanción de la ley, así como los ponentes de la Constitución de 1978 Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.
La ceremonia de sanción
El rey llegará al palacio recibido por 21 cañonazos de las salvas de ordenanza y la interpretación del himno nacional por una compañía de la Guardia Real que le rendirá honores.
Una vez en el Salón de Columnas, un miembro del Gobierno dará lectura a la ley de abdicación, un texto muy breve en el que se explica que el rey don Juan Carlos abdica la Corona y que esa abdicación será efectiva una vez se publique en el BOE.
El acto finalizará con la sanción de la ley orgánica de abdicación por el rey y su refrendo por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Entre los invitados a la ceremonia también están los máximos responsables de la patronal y los sindicatos mayoritarios los representantes del Diputación Permanente y el Consejo de la Grandeza, que reúne a grandes de España y a títulos del Reino.
La firma del rey, en el Salón de Columnas
El lugar elegido para que el rey sancione la ley no ha sido escogido casualmente; el Salón de Columnas del Palacio Real es un espacio donde han tenido lugar acontecimientos históricos, como la firma del tratado de adhesión de España a las Comunidades Europeas en 1985.
Don Juan Carlos signará sobre la misma mesa, una valiosa pieza llamada "mesa de las esfinges", de estilo imperio, llamada así porque sus seis patas de bronce reproducen otras tantas esfinges.
La estancia debe su nombre a su decoración arquitectónica, con una serie de pilastras lisas a base de columnas. En su bóveda, decorada por Sabatini en 1761, aparecen parejas de sátiros con medallones que representan los cuatro elementos.
De sus muros cuelgan valiosos tapices del siglo XVII, bustos de emperadores romanos y esculturas procedentes del antiguo alcázar y en el fondo se exhibe la estatua "Carlos V dominando el Furor", obra de León Leoni.
La Conferencia de Paz de 1991 entre palestinos e israelíes, auspiciada por USA, se celebró entre sus muros, e hizo del Palacio Real el epicentro de la atención internacional; seis años después el salón acogió otra reunión de calado, la cumbre de OTAN de 1997.
Más atrás en el tiempo, en noviembre de 1975, el Salón de Columnas fue empleado para instalar la capilla ardiente de Francisco Franco, en un momento de máxima relevancia histórica para España.
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