Los suecos pagan con su tarjeta de crédito o débito prácticamente todos los días laborables. En total, 230 veces al año, por un importe acumulado de 10.200 euros (unos 14.000 dólares Usa). Son los europeos que más utilizan esta forma de pago. En cambio, los griegos tan solo hacen uso de su tarjeta 7 veces al año y su gasto acumulado apenas llega a los 500 euros. Aún así, no son los últimos de la fila. Los búlgaros tan solo realizan 4 operaciones al año, por un importe total de 100 euros. Los alemanes están en el medio de la tabla con 39 operaciones por año.
La renta per capita de cada país explica en parte esta fuerte disparidad en el uso del llamado "dinero de plástico", pero las divergencias son demasiado grandes como para que la riqueza lo explique todo. El grado de bancarización de la población, el despliegue de cajeros automáticos y terminales puntos de venta (TPV) en los comercios e incluso la idiosincrasia de cada población influyen en la utilización de las tarjetas de pago. Un buen ejemplo de ello es que en la próspera Alemania las tarjetas tan solo se usan 39 veces al año, mientras que en el rescatado Portugal se emplean en 111 ocasiones.
La Unión Europea se ha propuesto, dentro del proyecto de zona única de pagos (SEPA), armonizar los diferentes medios de pago en el conjunto de los países comunitarios. Un primer paso se dio con la unificación de las transferencias y domiciliaciones bancarias, y ahora llega el turno a los pagos con tarjetas de crédito y débito.
"La SEPA para las tarjetas es el siguiente paso lógico en la integración de los pagos minoristas en Europa", explica Yves Mersch, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, en un comunicado divulgado por la institución. "Los billetes y monedas en euros que llevamos en la cartera son iguales en toda la zona del euro. Muy pronto, las transferencias y los adeudos directos en euros seguirán los mismos procedimientos y normas en toda Europa. Ha llegado el momento de impulsar la armonización y la integración de los pagos con tarjeta".
Uso en España
De acuerdo con un informe publicado hoy por el BCE sobre el uso de las tarjetas, España está significativamente por debajo de la media europea. En 2012, los españoles utilizaron una vez a la semana sus tarjetas (52 veces al año), mientras que el promedio en la UE es de 71 veces. El importe acumulado por retiradas de efectivo o pagos en comercios, ascendía a 2.200 euros, frente a los 4.055 de media en UE.
Los pagos con tarjeta son el instrumento de pago minorista más utilizado y de mayor crecimiento en Europa. Mientras que en el año 2000 los tres instrumentos (tarjetas, transferencias y adeudos directos) representaban un número de operaciones casi idéntico, de aproximadamente 13 millones de operaciones anuales cada uno, en 2012 se realizaron 40 millones de pagos con tarjeta, alrededor de 26 millones de transferencias y 23 millones de adeudos directos. Además, el número de pagos con tarjeta por persona continúa aumentando en todos los países de la UE.
Pese al desarrollo, el BCE considera que la utilización de las tarjetas está muy por debajo del nivel óptimo y que en parte se debe que "los consumidores y las empresas siguen encontrando obstáculos o enfrentándose a diferencias geográficas cuyo origen se remonta a antes de la introducción del euro", apunta Yves Mersch.
El objetivo de la SEPA para las tarjetas es armonizar los principios, prácticas de negocio y normas, así como los estándares técnicos relacionados con los pagos con tarjeta.
Una de las iniciativas que, en paralelo, podrían favorecer el uso de tarjetas es la propuesta de reglamento sobre las tasas de intercambio para las operaciones de pago con tarjeta que, según la comisión, abaratará las comisiones que la banca cobra al cliente final.
Fuente: Cincodias.com
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