El hospital Poriya de Tiberias (Israel), se unió al Centro Médico Ziv de Safed así también como a hospitales de Galilea Occidental y de Nahariya al tratar víctimas de la guerra civil de Siria, entre las fuerzas leales al presidente Bashar Assad y los rebeldes.
Hasta ahora el hospital ha aceptado a once sirios, incluyendo una niña de 10 años. Seis de ellos todavía están hospitalizados, bajo vigilancia de seguridad.
Una de las víctimas, Mohammed, de 26 años, contó sobre la lucha en Quneitra: 'He estado luchando por un año y medio y no creo que la guerra vaya a terminar próximamente. Cuando me recupere volveré a Siria y seguiré luchando'.
También destacó que su familia no sabía que había sido herido en la batalla y que no les contó que estaba hospitalizado en Israel.
Baha, otro paciente, dijo que sus amigos lo habían llevado a la frontera luego que se hiriese porque habían conocido personas que habían sido tratadas en Israel y que habían vuelto a salvo a sus hogares.
Según su relato, la mayoría de los pacientes tratados en el Estado Judío vuelve a luchar una vez que se encuentran en Siria. Cuando se le preguntó qué es lo que más anhelaba, él respondió: 'Vivir con libertad y honor'.
'Estamos preparados y dispuestos a tratar víctimas y le daremos a todos el cuidado más profesional. Vemos a cada paciente como una persona que necesita ayuda y es nuestro deber darles nuestra mano', dijo el Dr. Jacob Farbstein, director del Hospital Poriya.
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