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viernes, 24 de junio de 2011

URUGUAY: CUIDEMOS EL DINERO QUE NOS INGRESA

La actual situación económica es para el Estado uruguayo, lo mismo que para una familia cuando le surge la posibilidad de hacer horas extra en la fábrica o la oficina. No es dinero con el que seguro se contará cuando cambie la situación en la empresa y se solucione el atraso con los pedidos. Por lo tanto no es razonable comprometer una cuota mensual en un club o generar una gasto grande en la tarjeta de crédito.



Sí lo puede ser aprovechar el dinero para pintar un cuarto o arreglar la cocina. El paralelismo es el mismo: hay que saber cuánto hay de extraordinario en los ingresos de 2011 para no comprometerlo en gasto corriente en el presupuesto.

Para estimar los ingresos tributarios hay que considerar que la recaudación evoluciona de acuerdo al nivel de actividad. Pero los crecimientos y caídas de una y otro no siempre son de la misma magnitud.

En momentos como el actual, cuando el ciclo económico es ascendente y el tipo de cambio real se encuentra en niveles muy bajos la recaudación tributaria crece en forma extraordinaria, más que proporcionalmente que el Producto Bruto Interno (PBI).

A partir de que el crecimiento en los dos últimos años es superior a la tendencia normal que se puede esperar para la economía, hay dos efectos a destacar en cuanto a la evolución de la recaudación.

Por un lado la base sobre la que se cobran los impuestos es más grande porque la economía creció por encima de lo normal. El segundo efecto proviene de elementos que hacen que la tasa impositiva promedio de la economía sea más alta cuando se encuentra en la fase creciente del ciclo que cuando está en recesión.

Cuando el PBI se encuentra por encima del nivel potencial hay una mayor base sobre la que se calculan los distintos impuestos. El valor agregado es mayor, la renta de las empresas también, la masa salarial y la renta de las personas físicas supera lo que sería normal.

El aumento del PBI está por encima de la tendencia normal de la economía por segundo año consecutivo. En 2010 el crecimiento fue del 8,5% y a partir de la variación del primer trimestre del 2011, se proyecta un incremento del 6,3% para todo el año.

Si se toma en cuenta que la tendencia de la economía está entre el 3,5% y el 4,0%, entonces en el 2011 se acumularía un exceso sobre la tendencia que ya se ubica en el orden del 7%.

Hay determinadas condiciones macroeconómicas y de la estructura impositiva que hacen que la tasa promedio sea más alta cuando la economía está creciendo y más baja cuando se retrae.

Para que ocurra esta variación en la tasa promedio, la reacción de la recaudación tiene que ser mayor que el impulso que genera el PBI. Cuando el PBI aumenta un 1% por ejemplo, la recaudación debería aumentar más que en dicha proporción.

A continuación se ilustra por qué en el IVA y en los impuestos sobre los salarios, la tasa impositiva promedio es más alta en la expansión que en la recesión.

En el caso del IVA, las tasas son diferenciales y resultan más bajas para los productos de la canasta básica que para los restantes.

A esto se puede agregar la constatación de que cuando aumenta la riqueza se consumen productos con mayor valor agregado, por ejemplo se sale a comer fuera de la casa y se cocina menos.

Ahí también hay más impuesto por peso consumido.

Adicionalmente, el deterioro del tipo de cambio real hace que el abaratamiento relativo de los bienes extranjeros provoque un aumento de las importaciones.

En el caso de los impuestos que se calculan sobre la base de los salarios de la gente (aportes al BPS e IRPF sobre la renta del trabajo) también hay un crecimiento más que proporcional al del PBI.

Hay menos informalidad y subocupación y hay más horas extra. En el caso del IRPF, la tasa progresiva juega a favor de una mayor recaudación cuando los salarios aumentan en términos reales.

Ante la escasez de personal, las empresas recurren a las horas extra, cuyo precio es superior al del salario en horario normal y como se suma al salario ya cobrado, muchas veces está grabada por una tasa impositiva mayor que la promedio.

El IVA de las empresas privadas aumentó 8,1% en los primeros cinco meses de 2011. El IRPF se incrementó en el mismo período un 21,4%. La recaudación del BPS creció 7,6% en términos reales en el primer cuatrimestre.

Solamente en estos tres impuestos representativos del sector privado se observa un desvío con la evolución del PBI que aumentó 6,8% y con la tendencia de largo plazo de la economía que debería ser como máximo del 4%.

Considerando la recaudación promedio de estos tributos y las altas tasas de crecimiento real que están teniendo, se puede estimar una cifra global de recaudación extraordinaria.

El IVA privado genera US$ 3.600 por año, el BPS recauda US$ 3.300 millones y el IRPF que grava a los salarios llega a US$ 800 millones.

Tomando la variación extraordinaria en cada caso para todo el año se llega a que la recaudación excesiva en el 2011 se ubicaría en el orden de US$ 400 millones.

Fuente: El País

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