“La alta carga tributaria es el principal escollo que conspira contra una rápida renovación de la flota de automóviles". Con esta frase definió el vicepresidente de la Asociación de Comercio Automotor del Uruguay (Acau), Gustavo Quartino, una de las principales preocupaciones que tiene la gremial en la actualidad.
Los impuestos que pesan sobre el precio de venta final de las unidades se consideran "una barrera" que imposibilita a muchos consumidores el acceso a vehículos nuevos.
Un vehículo con valor CIF (costo en origen, seguro y flete) de US$ 10.000 importado de extra zona y con cilindrada de 1.600 cc tiene un costo final en Uruguay de US$ 20.500, más la utilidad del importador y el concesionario.
Esto representa una carga impositiva de 105%
Quartino explicó a Ultimas Noticias que la tributación en Uruguay es la más alta de América Latina: duplica la que se paga en Argentina, es 3 veces superior a la de Chile y 14 veces más alta que la de los países desarrollados.
Si bien en el mercado local la venta de unidades está en pleno crecimiento, lo hace en proporción a tasas más bajas que Argentina y Brasil y por fuera de la tendencia histórica.
En los últimos 30 años el promedio de ventas en Uruguay era equivalente al 10% de Argentina.
Este país cerró 2010 con 700.000 vehículos vendidos, al tiempo que en Uruguay se colocaron 43.700 (6,2%).
En los primeros cinco meses del año el total de automóviles de pasajeros vendidos asciende a 12.897 unidades. Esta cifra representa un alza de 37% con relación a los primeros cinco meses de 2010.
Por otra parte, pese a las ventas récords que se registraron en 2010, la gremial entiende que Uruguay tiene un parque automotor desprovisto de elementos de seguridad debido a los impuestos que cargan sobre este tipo de equipamientos.
En este sentido, el prosecretario de Acau, Carlos Kurlander, consideró necesario establecer incentivos fiscales que favorezcan la incorporación de todos los componentes de seguridad a los vehículos, como cinturones de tres puntas, air bag y sistemas de frenos con ABS.
La colocación opcional de ABS y air bags en un auto comprado en origen tiene un costo promedio de US$ 700, que se incrementa a US$ 2.200 en el precio de venta al cliente.
La calidad de los combustibles es otro tema de agenda para los importadores.
"Como representantes de marca debemos planificar a futuro cuál va a ser la oferta que vamos a distribuir en el mercado.
Para eso tenemos que saber cuál va a ser la matriz energética de aquí a 10 años y si la calidad de los combustibles está acorde con lo que se viene", afirmó Quartino.
A modo de ejemplo, explicó que desde 2012 Brasil comenzará a fabricar sus vehículos con motores adaptados a las exigencias de la norma Euro 5 (la más alta en reducción de emisiones), lo que puede significar una dificultad para la colocación de las unidades en el mercado o una menor vida útil para los motores.
Los combustibles que se comercializan en la actualidad están formulados para permitir el funcionamiento de los motores de acuerdo a la norma Euro 3, que rige en Uruguay.
A fin de mes vence el acuerdo que fija el cupo anual de importación de automóviles desde Brasil que pueden ingresar exentos de aranceles, sin que todavía exista entendimiento para su renovación.
En Acau se observan con preocupación las demoras que puede ocasionar la interrupción temporal del flujo comercial con el país norteño.
El intercambio bilateral se rige por el Protocolo de Expansión Comercial (PEC).
En el último convenio se fijó un cupo total de 7.500 unidades.
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