La comisión creada para el estudio del tema trabaja sobre 4 líneas de acción, aunque la implementación del mecanismo requerirá la ampliación de las redes y el soporte tecnológico a lo largo y ancho del país. Prevén de esta manera bajar la actividad delictiva disminuir las transacciones en efectivo.
El gobierno espera finalizar “la ronda de contactos e ideas con los distintos actores de mercado” para abocarse al aumento de la bancarización a partir de 2012, según dijo al diario Ultimas Noticias el representante del Ministerio de Economía y Finanzas en dicha comisión, Martín Vallcorba.
Si bien no hay medidas concretas para adelantar, la comisión -integrada por el Banco Central, el MEF, instituciones financieras y administradoras de tarjetas de crédito y Aebu- trabaja sobre cuatro ideas centrales a implementar:
“Promoción del ahorro, posibilidad de mejor acceso al crédito a ciertos sectores que hoy lo consiguen con tasas significativamente altas, mejoramiento general del sistema de pagos y educación financiera del usuario”, señaló Vallcorba, tras identificar como un problema para la instrumentación el bajo número de usuarios incorporados al sistema bancario (alrededor del 40%, en comparación con un 70% en países desarrollados).
A juicio del funcionario, además de la reducción de los costos del crédito, la medida servirá para “evitar la expansión del endeudamiento en los sectores medios”, circunstancia que en el mediano plazo “redundará en una mejora de las condiciones del consumo”, subrayó.
Con tono entusiasta, Vallcorba destacó que la reducción del uso de efectivo en las operaciones corrientes tendrá un impacto positivo en la seguridad, producto de la disminución de billetes circulantes.
Además, la medida busca “corresponderse con una serie de políticas que promuevan el ahorro y el consumo responsable”.
Por tal motivo, “preferimos hablar de difusión financiera en lugar de bancarización”, ya que la iniciativa “de fondo” persigue un “interés de inclusión financiera y social de la población”, puntualizó Vallcorba.
Pero el escaso grado de bancarización de la población no es el único impedimento al día de hoy.
Según el representante del MEF, existen otras variables a considerar a la hora de desarrollar la estrategia, como “la necesidad de expansión de la red de terminales de (dispositivos) P.O.S.”, con el que operan varias de las empresas crediticias en los comercios de plaza que, a su juicio, no llegan a la totalidad del territorio.
Un proceso para “el buen desarrollo tecnológico” resultará “imprescindible para administrar redes de pago” o para instrumentar “adelantos de dinero en efectivo”, otra de las operaciones que el sistema pretende instalar a partir del próximo año.
En consecuencia, la asociación entre los usuarios y las instituciones bancarias y los comercios necesitarán una puesta a punto en materia de soporte tecnológico.
Consultado acerca de las erogaciones que deberán realizar los pequeños y medianos empresarios, Vallcorba indicó que “el gobierno podrá ayudar en el abaratamiento de la tecnología”, en la medida que “contribuyan a expandir las transacciones”, agregó.
Para Vallcorba, la bancarización redundará en beneficios para amplios sectores de la población,
pero para su implementación, las autoridades deberán asegurarse que toda la población “esté asociada de forma igualitaria y simultánea”.
Según comentó el representante del MEF en la comisión, “a través de este sistema se podrán canalizar las reducciones del Impuesto al Valor Agregado (IVA)”, que planea el equipo económico”,
así como “otros beneficios para los jubilados”.
Los lineamientos básicos de la propuesta
- La Comisión de Bancarización está integrada por el Banco Central, el MEF, los bancos y empresas de intermediación financiera y Aebu. Alcanzar un alto grado es un tema “prioritario” para el gobierno.
- La medida busca “la promoción del ahorro”, “el acceso al crédito a sectores que hoy lo hacen a tasas significativamente altas”, “la mejora del sistema de pagos” y “educar financieramente a los usuarios, para prevenirlos”. Paralelamente, permitirá ejercer un mayor control sobre la evasión fiscal e implementar medidas directas, como la reducción del IVA y una mejora en la seguridad, producto de la disminución del efectivo circulante.
- Busca fomentar el consumo mediante tarjetas de crédito y débito, el retiro de dinero en efectivo en terminales de P.O.S., el cobro de sueldos y pasividades a través de dichos mecanismos, la extensión horaria del circuito comercial y la posibilidad de sobregiros.
- Juegan en contra la escasa integración de la población al sistema financiero y la articulación parcial del soporte tecnológico y de redes.
Uruguay tres puntos encima
Tomando como referencia la disponibilidad de acceder a actividades sociales y económicas a través de la banca -y a través de ella a los múltiples servicios que brinda, principalmente al crédito-, Uruguay se encuentra entre los países de rango intermedio en el ranking de bancarización con cerca de 4 puntos por encima de la media de Latinoamérica.
El promedio del índice de los países desarrollados oscila alrededor del 70 %, aunque existen excepciones en el sector alto de la tabla: Finlandia ostenta un 99%, Alemania un 97%, Francia un 96% y Estados Unidos de América el 87%.
En la región, sobresale Chile con el 59%, Venezuela tiene el 49% de la población bancarizada, Honduras el 46%, Argentina el 39%, Ecuador el 37%, Colombia el 30% y Perú el 28%.
En el caso de Argentina, pese a mantener un promedio “bajo”, los analistas consideran como positivas algunas medidas adoptadas recientemente, tales como “la modernización de los sistemas de pagos, la creación de incentivos para las entidades financieras y la remoción de diversas trabas normativas” que han servido para moderar y revertir la persistente desconfianza en las “frágiles bases de sustentación de la credibilidad en los sistemas financieros (…), especialmente luego de la crisis económica de principios de la década pasada”.
Por su parte Brasil, que supera el 40%, logró incorporar más de 7 millones de usuarios, solamente en el último año, constituyéndose en el récord de crecimiento en la región.
En la zona Euro, la tasa se mantiene a la par del promedio de los países desarrollados, al tiempo que África presenta los peores lugares, con países cuyos índices oscilan entre el 2 y el 10% en algunos casos; un sector mayoritario de economías no supera el 25%, y una única excepción, Sudáfrica, alcanza el 60%.
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