Bar 21, el conocido y concurrido local de Pocitos, fue clausurado este pasado sábado 11 de diciembre 2010 por la Intendencia de Montevideo, debido a ruidos molestos que superaron los niveles máximos de decibeles permitidos. Los vecinos señalan que el local no funciona como un restaurant, sino como pub. El propietario dice que ya bajaron el ruido.
"¿Vos viste lo que es el bar? Acá ponemos (la canción) Panamericano a toda candela y a la gente le encanta...". Así define al Bar 21, Luis Apodrian, "Apo", dueño del negocio y ex propietario de la discoteca Azabache.
El local, en 21 de Setiembre y Berro, se ha convertido en uno de los puntos de encuentro más importantes de la noche en la zona, pero fue clausurado el sábado 11 de diciembre por inspectores de la Intendencia de Montevideo, luego de varias denuncias por ruidos molestos radicadas desde setiembre.
Los vecinos señalan que el volumen es "insoportable". "Hemos ido a pedirles en una buena que bajaran un poco, pero no nos hacían caso", comentó uno de ellos.
Según Ronald Bustos, del departamento de Inspección General de la IM, la reglamentación municipal señala que en el horario entre las 21 y las 7 de la mañana, un boliche con música no puede superar los 38 decibeles, captados en casas de los vecinos.
Sólo pueden tener música de entre 39 y 53 decibeles (medidos dentro de casas vecinas) boliches que abren cada 7, 14, 21 días o una vez por mes.
En ningún caso pueden superar los 53 decibeles.
En el Bar 21, las mediciones superaron los 65 y nunca bajaron de 62, según se confirmó al diario El País.
En tanto, "Apo" se queja de que la Intendencia clausuró el local "mientras estaban de paro, pero días después no me tomaron el descargo, porque estaban de paro".
El propietario asegura que las denuncias son para que termine su contrato de alquiler, que establece que el local sólo puede funcionar como restaurant.
"Esto es un restaurant, que yo agite a la gente es otra cosa", dice.
Aun así, desde el local se envió una carta a la IM señalando que ya se habían hecho las correcciones necesarias. Anoche, el dueño afirmó que ayer mismo lo habían inspeccionado y que hoy podría reabrir si le dan la habilitación.
Los vecinos consultados sostienen que su intención no es arruinar el negocio de nadie, y que si se llevan los decibeles por debajo de los 39 reglamentarios no habrá problema.
"El ambiente con los dueños es poco amistoso. El sábado, después de la clausura, gritaban unas cosas terribles por los parlantes. 'A ver los vecinos, llamen a la Intendencia ahora', decían. Es difícil porque después uno se cruza con ellos. Pero no hay intereses ocultos aquí. Si yo cometo una infracción intentando divertir gente, la estoy cometiendo de todas formas ¿ no ?", comentó uno de ellos.
Según las resoluciones de la IM consultadas en internet, el Bar 21 había recibido anteriormente una multa por la instalación de sillas y mesas en la calle sin autorización municipal.
En octubre de este mes, la división de Espectáculos Públicos de la IM afirma en otro documento que luego de señalar al responsable del bar que los vecinos estaban molestos por los ruidos, este "se pone agresivo, empieza a amenazar, por lo que se dispuso dejar el acta al responsable y hacer la denuncia en la Seccional 10ª".
La multa al local fue de 54 Unidades Reajustables (unos 1.300 dólares).
En los pizarrones ubicados en la puerta y en el interior del pub, los mensajes escritos después de la clausura son más conciliadores: "Vamos a volver con las mismas ganas y el amor de siempre pero menos ruido, para vivir en paz".
De todas formas, "Apo" confirmó a El País que busca otro local en la zona.
Los vecinos encantados !! :)
Fuente:El País
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