Alejo Garza Tamez, empresario maderero y cazador mexicano de 77 años de edad, defendió hasta la muerte su rancho 'San José' en las inmediaciones de Ciudad Victoria, Tamaulipas, fronteriza con Estados Unidos de América y escenario de una sangrienta disputa entre el cártel del Golfo y sus antiguos aliados los Zetas.
Don Alejo cayó muerto el pasado 14 de noviembre a manos de al menos una treintena de sicarios, de los cuales mató a cuatro y dejó heridos a dos más cuando pretendían extorsionarlo para que les entregara su propiedad.
Había recibido un ultimátum del crimen organizado, lo amenazaron de muerte si no entregaba su rancho en 24 horas, pero no se atemorizó y en cambio se preparó para enfrentar a sus extorsionadores.
El viernes 13 de noviembre, Alejo Garza solicitó a sus empleados que no se presentaran a trabajar para no arriesgarlos y comenzó a acumular sus armas de cacería, para colocarlas estratégicamente en distintos puntos de la casa central de su rancho.
La noche del sábado, al menos una treintena de pistoleros arribó en varias camionetas para cumplir sus amenazas.
Los hombres fueron recibidos con balas; cuatro murieron y dos más quedaron heridos. En respuesta, lanzaron artefactos explosivos hasta provocar la muerte de Alejo.
Los sicarios no pudieron quedarse con la propiedad, tuvieron que huir ya que esperaban que con el escándalo llegaran las autoridades.
Cuando elementos de la Marina de México llegaron al rancho San José, vieron un escenario desolador: la austera casona principal estaba semidestrozada por impactos de bala y explosiones de granadas.
En la parte exterior de la finca había cuatro cuerpos. En el interior de la casa había un solo cuerpo, el de don Alejo Garza, con dos armas a su lado y masacrado a tiros.
La inspección del rancho reveló que en todas las puertas y ventanas había armas y casquillos. Eso permitió imaginar cómo se dio la batalla horas antes.
Su hija, Sandra Garza detalló que su padre había recibido amenazas de integrantes del crimen organizado para abandonar su rancho o de lo contrario sería desalojado, pero nunca denunció ante las autoridades tamaulipecas por no confiar en ellas, ni en otras.
Mencionó que su padre fue un hombre de principios y de trabajo arduo para sacar adelante a su familia y era el mejor de los cazadores, razón por la cual enfrentó a los delincuentes que quisieron adueñarse de su rancho, dónde cultivaba diversos productos y criaba ganado.
"Me siento orgullosa por ser hija de mi padre, es doloroso, es muy difícil que se acabe la violencia y desgraciadamente las autoridades no hacen nada, y yo que estado por muchos años en la política y me da vergüenza decir que estuve en la política.
Realmente en dónde yo pude tocar puertas hicieron caso omiso; yo pensé que tenía amigos por estar en el área pública, es una mentira una falacia, eso me enseñó mi padre y no lo quería entender hasta hoy", señaló.
Su hazaña se ha convertido en uno de los tópicos más consultados del sitio de microblogs Twitter y un video con un corrido que alaba su valentía colocado en YouTube ha disparado las visitas.
Miles de twitteros expresaron su opinión respecto al caso, algunos reclamaban la ausencia de las autoridades en el ataque, mientras otros destacaban la defensa del Rancho San José por parte del empresario de 77 años.
Incluso, algunos de los tweets piden levantarle una estatua a Don Alejo, dedicarle el nombre de un tequila, llevar su historia a la pantalla grande o escr
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