Montevideo se está tornando cada vez más en una ciudad altamente peligrosa, en la cual salir de noche es correr riesgo de vida. El gobierno no toma medidas para frenar a los jóvenes delincuentes habitantes de barrios marginales y cada vez más se repiten los asaltos, copamientos, rapiñas y ahora secuestros de personas en que se repite la presencia de estos menores de edad. Se los lleva a los locales para menores delincuentes y se escapan de allí como si fuera su casa. La incapacidad del estado es total.
Gran preocupación existe en filas policiales por una nueva modalidad de rapto de jóvenes para robar sus casas y sus vehículos para cometer otros atracos, los cuales son perpetrados por una banda que elige zonas residenciales como Villa Biarritz y Punta Carretas, habiéndose registrado dos episodios durante el pasado fin de semana.
En ambos casos, que tuvieron lugar en horas de la madrugada, los elegidos fueron parejas de jovencitos que estaban en sus coches cuando la banda los sorprendió.
En uno de los episodios una pareja fue mantenida como rehén maniatada y con los rostros cubiertos en un rancho de un asentamiento durante más de cinco horas, durante las cuales la banda salió a cometer varios atracos, por ejemplo en Minas, donde asaltó una estación de servicio de la cual se llevó una importante cantidad de dinero.
Pero además de tenerlos como rehenes, los malvivientes coparon las casas de sus víctimas sorprendiendo a sus familiares, llevándose en ambos casos diversos artículos y dinero.
Según fuentes policiales este modus operandi es completamente nuevo en nuestro país, por lo cual se trabaja en forma intensa para tratar de ubicar a los responsables de esos raptos o rapiñas con privación de libertad.
Lo que sí quisieron destacar las autoridades es que por fortuna en ninguno de los casos los jóvenes fueron agredidos, aunque claro está que vivieron momentos por demás traumáticos, como el caso de la pareja que estuvo cinco horas raptada en un rancho, atada.
El primer rapto comenzó a gestarse en horas de la medianoche del sábado en las intersección de Leyenda Patria y José Ellauri.
Allí se encontraban un muchacho de 19 años y su novia, de 14, conversando en el auto del primero, estacionado en el parque de Villa Biarritz, cuando aparecieron tres desconocidos portando armas de fuego, que al parecer serían pistolas.
Mediante amenazas de muerte los redujeron, se apoderaron del vehículo y fueron a buscar al cuarto integrante de la banda a una estación de servicio cercana, donde además cargaron nafta.
Ya con toda la banda reunida, exigieron a sus víctimas que les dijeran dónde vivían. Aterrorizados, los jóvenes dieron sus domicilios y la banda decidió ir a la casa del muchacho, donde tres de los delincuentes subieron al apartamento junto a él mientras uno de ellos quedó abajo introduciendo a la joven en la valija del auto.
Una vez en la finca los delincuentes reducen a tres mujeres de 21, 49 y 84 años, familiares del muchacho, las cuales estaban durmiendo.
Los copadores se apoderaron de los celulares de todos los presentes, una notebook, dinero y alhajas varias. Antes de irse dijeron que no llamaran a la Policía porque matarían a la muchacha.
En el coche de su víctima se fugaron llevándose a la joven en la valija del rodado, cuyo calvario por fin terminó cuando se detuvieron, la bajaron del coche y tras obligarla a caminar alejándose de ellos, se dieron a la fuga. La habían dejado a metros de la Avenida Rivera.
Desesperada, la joven pidió ayuda y poco más tarde su novio sabía que ella ya estaba bien, por lo cual realizaron la denuncia en la Seccional 10ª.
Tan sólo 24 horas después la misma banda volvía a actuar y ahora sorprendieron a una pareja que estaba también en un coche en la Rambla Mahatma Gandhi y Bulevar Artigas.
En este caso se trataba de una joven de 18 años y su novio de 19, que estaban en la zona del faro de Punta Carretas cuando fueron sorprendidos por dos desconocidos que portando armas de fuego se apoderaron del vehículo, los obligaron a pasar al asiento trasero y uno de ellos condujo hasta una zona marginal donde en una finca precaria fueron maniatados, encapuchados y dejados allí bajo custodia, tendidos en una cama.
Los delincuentes hicieron varias rapiñas con el auto de las víctimas, regresando cinco horas más tarde. Ponen al joven en la valija del coche y van hacia la casa de la joven, donde al ingresar reducen a los padres de la misma, hurtando dinero, celulares, un plasma, una notebook y alhajas varias.
En este caso hicieron lo mismo, le dijeron a la familia de la chica que si llamaban a la Policía matarían al muchacho que estaba aún con ellos.
Luego se dan a la fuga en el automóvil dejando al joven, que se encontraba en la valija, en las inmediaciones de Canelones y Bulevar Artigas. Posteriormente el rodado fue hallado en un asentamiento de Sixtina y Aparicio Saravia.
Los investigadores trabajan en base a los testimonios de las víctimas, que no han podido aportar mucho pues siempre los tuvieron con los rostros tapados y además porque los secuestradores tomaron la previsión de no llamarse por sus nombres, aunque sí quedó claro que son muy jóvenes.
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