El ciclista italiano Michele Scarponi tenía una relación muy estrecha con el loro Frankje, él inclusive lo acompañaba a entrenar. El 22 de abril de 2017, el ciclista fue atropellado por una furgoneta en un cruce mientras entrenaba y perdió la vida, desde ese día Frankje ha estado en el lugar donde el italiano falleció esperando su regreso.
La triste noticia ha dejado impactado al mundo del deporte, en especial al ciclismo y a todos sus amigos. Cuando el ciclista del equipo Astana salía a entrenar en Filattrato, su pueblo italiano, lo acompañaba Frankje, el cual sabía perfectamente los horarios de preparación de Michele.
Frankje es de un vecino del poblado, pero es un loro que vive en libertad y cada día estaba muy pendiente a la pista para unirse al ciclista italiano cuando este pasara por el lugar.
Michele se encariñó mucho con el loro y constantemente subía fotos y videos con él volando a su lado mientras iba en la bicicleta, o también cuando Frankje reposaba sobre su espalda, su casco o su brazo.
Michele contó el año pasado en una entrevista al portal de ciclismo Velonews:
“El loro no es mío si no de un vecino, y es un poco la mascota de todos, ya que sobrevuela toda la zona, va de una casa a otra y se mete en todas las ventanas que encuentra abiertas. Y hasta entra en los bares cuando se retransmiten los grandes partidos de fútbol. Todos los vecinos lo conocen”.
Loro espera en el lugar donde falleció el ciclista italiano Michele Scarponi
Michele gritaba: “Vamos Frankje, ¡sube!”, estiraba su brazo, y el loro obedecía y se sostenía de él.
“Nos conocimos hace un par de años. Me pareció extraño ver un pájaro de estas características por esa zona de Italia. Y entonces comenzó a seguirme. Al principio me asusté porque no sabía si iba a atacarme. Pero, poco después, se colocó sobre mis hombros y nos hicimos amigos. No sé si esa atracción hacia mí es fruto de mi uniforme, ya que los colores del conjunto Astana son parecidos a los suyos, e igual cree que soy de su familia”.
Desde el día del accidente, Frankje aún sigue esperando cada mañana, con la esperanza de ver a su mejor amigo, pero lo que Frankje no sabe es que ya no volverá a ver a Michele.
“El loro no es mío si no de un vecino, y es un poco la mascota de todos, ya que sobrevuela toda la zona, va de una casa a otra y se mete en todas las ventanas que encuentra abiertas. Y hasta entra en los bares cuando se retransmiten los grandes partidos de fútbol. Todos los vecinos lo conocen”.
Loro espera en el lugar donde falleció el ciclista italiano Michele Scarponi
Michele gritaba: “Vamos Frankje, ¡sube!”, estiraba su brazo, y el loro obedecía y se sostenía de él.
“Nos conocimos hace un par de años. Me pareció extraño ver un pájaro de estas características por esa zona de Italia. Y entonces comenzó a seguirme. Al principio me asusté porque no sabía si iba a atacarme. Pero, poco después, se colocó sobre mis hombros y nos hicimos amigos. No sé si esa atracción hacia mí es fruto de mi uniforme, ya que los colores del conjunto Astana son parecidos a los suyos, e igual cree que soy de su familia”.
Desde el día del accidente, Frankje aún sigue esperando cada mañana, con la esperanza de ver a su mejor amigo, pero lo que Frankje no sabe es que ya no volverá a ver a Michele.
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