Vecinos de la Costa de Oro realizaron ayer una cadena humana en reclamo de mayor seguridad ante la ola de hurtos y rapiñas que vienen sufriendo en los últimos meses. "¡Justicia, justicia!", gritaban un centenar de personas en el kilómetro 36,200 de la Ruta Interbalnearia, en Neptunia, pidiendo que se aclare el homicidio de Claudia Ferreira Albornoz, de 45 años, quien fue asesinada cuando salía de su trabajo en la estación de servicio Ancap de Pinamar el 30 de mayo. "¡Seguridad, seguridad!", repetían otros. Los vehículos que venían desde el este acompañaban tocando sus bocinas.
Los vecinos también se hacían sentir con tambores y cacerolazos. Algunos de ellos lucían banderas de Uruguay y carteles dirigidos al gobierno. "Tabaré: ¿cuándo vas a venir por acá? Te estamos esperando", rezaba uno de ellos. "La seguridad: un derecho de la población y un deber del Estado", decía otro.
Desde el homicidio de Ferreira Albornoz, donde más se han realizado protestas es en Las Cumbres, Neptunia, Pinamar, Salinas, Marindia, Sosa Díaz, Rincón de Pando y La Montañesa. No obstante, se vieron algunos carteles que denotaban el apego de otras localidades de Canelones. "Solymar presente", decía uno de ellos.
Los manifestantes portaron banderas de Uruguay. Foto: Francisco Flores
Más allá del reclamo por el asesinato, algunos contaron sus experiencias como víctimas de robos. Carlos Amir González (62) vive en Remanso de Neptunia desde hace ocho años. Dos días después del asesinato de Ferreira Albornoz, llegó a su casa después de una manifestación y vio que le habían roto la reja de una ventana y le habían robado. "Estando yo en la casa me robaron tres veces. Sin estar yo, es la sexta", precisó.
Noelia, que fue compañera de trabajo de Claudia en la estación de servicio, dijo que siente miedo al volver a su casa. "Queremos que haya más patrullaje, pedimos que haya otra seccional", sostuvo. Dijo que en el local robaron una vez mediante amenazas con un arma de fuego el año pasado. Agregó que este año también hubo rapiñas, aunque sin pistolas.
Marcelo Ruiz, dueño de un autoservice de la zona, señaló que no hay comercio que no haya sido robado en los últimos meses. "Hace 15 días a nosotros nos robaron de noche: abrieron la reja y entraron", comentó. Atribuyó el problema a la poca cantidad de efectivos que hay en el lugar.
Ruiz contó que uno de sus hijos fue el que encontró el cuerpo de Claudia Ferreira Albornoz. "Cuando llamamos al 911 daba línea de espera. Y la ambulancia demoró 40 minutos en llegar (...) He venido a todas las marchas. Y si tengo que cerrar mi local en las tardes, lo hago para venir a reclamar. Nosotros vamos a cortar la ruta hasta que venga alguna autoridad", anticipó.
Algunos de los vecinos aseguraron estar armados. De hecho, han manifestado que han disparado al aire para disuadir a los delincuentes.
Habitantes que viven desde el puente de Carrasco hasta el peaje de Pando se sumaron ayer a la movilización. Laura Falco, una de las vecinas organizadoras, contó que se reunieron en Camino de los Horneros y la Interbalnearia para realizar una "concentración pacífica". En diálogo con El País, dijo que teme que en algún momento pueda haber un enfrentamiento entre la sociedad y los delincuentes.
Reunión.
Debido al aumento de los delitos, los vecinos redactaron una carta dirigida al alcalde de Salinas, Óscar Montero, quien a su vez la elevó a las autoridades. Allí están estipulados los pedidos de los vecinos y la solicitud de una reunión al Ministerio del Interior.
Entre los puntos exigidos, se pide una mayor presencia policial, extensión del programa Verano Azul, una mejora de la respuesta del servicio 911, instalación de una comisaría móvil, una ambulancia y un asistente social que apoye de manera permanente.
También exigen que haya efectivos que acompañen a los estudiantes a la ruta, lugar en el que se registraron varias rapiñas, y un cambio en el Código del Proceso Penal para "evitar que los delincuentes terminen sueltos".
Alejandro Benítez, uno de los vecinos que lidera esa comisión, dijo a El País que las autoridades contestaron la carta diciendo que acudirían a la zona, aunque también los invitaron a asistir a la Comisión de Seguridad del Parlamento. "Los vecinos dijimos que no. Que vengan ellos hasta acá porque muchos quieren estar presentes", declaró Benítez.
Hoy, a las 19:00 horas en el Club Neptunia, los habitantes de esta zona se reunirán y definirán qué día de la semana es el más indicado.
"A nivel vecinal, está polarizado el pensamiento: hay quienes pretenden que se militarice y mayor represión, y otros que se lleven adelante más políticas sociales", comentó Benítez.
"Hay un corrimiento del delito hacia Canelones"
Diego Del Valle, coordinador de Vecinos en Alerta en Canelones, dijo a El País que hay un corrimiento del delito hacia localidades canarias debido a que las cámaras han mejorado la prevención en Montevideo.
"Con una mayor cantidad de cámaras de videovigilancia, los delincuentes ven que las unidades de seguridad de acá no están preparadas para repelerlos", comentó el vecino. "Las comisarías están pensadas para otro tipo de ciudad", agregó.
Del Valle, quien tiene conocimiento de la cantidad de delitos debido a su comunicación diaria con decenas de vecinos de diferentes puntos de Canelones, comentó que, en general, han aumentado las rapiñas y los hurtos simples a viviendas. "Existe un aumento de la violencia: hace poco hubo un robo en el que llegó a haber 20 disparos. Te das cuenta que están con un poder de fuego que no es normal", dijo.
Además de diferentes balnearios de la Costa de Oro, esta organización nuclea a habitantes de Suárez, Toledo, Casarino, Carrasco del Sauce, Sauce, San Ramón, Castellanos, Fray Marcos, ciudad de Canelones, Juanicó, Progreso, San Antonio, Las Piedras y la localidad floridense de Chamizo. Su modus operandi es a través de WhatsApp: por intermedio de esta aplicación, se alertan por la ocurrencia de episodios puntuales de inseguridad.
En las últimas semanas, Vecinos en Alerta de Canelones ha tenido el ingreso espontáneo de grupos de comerciantes que ven un crecimiento en los robos y comparten información y estrategias para prevenirse.
En agosto del año pasado, la organización de Canelones y la de Montevideo acordaron su unificación. El objetivo es recolectar más información y que el Ministerio del Interior los escuche. Solo en Parque Batlle, que posee una de las comisiones de "alerta" más organizadas, hay 370 familias incluidas en grupos de WhatsApp, divididas en 46 cuadras. En Canelones, el grupo de la localidad de Suárez posee unos 300 usuarios.
MEDIDA
Vecinos hacen el patrullaje
En la localidad de Toledo, hay vecinos y comerciantes que no portan armas, que decidieron hacer el ejercicio de "autocuidado", indicó Diego Del Valle, coordinador del grupo Vecinos en Alerta de Canelones.
Algunos acompañan a las paradas de ómnibus a estudiantes para evitar que sean robados. Además, dan una vuelta en las plazas o por el centro comercial. "Es un punto de apoyo para comerciantes", indicó. Su intención es disuadir los hurtos y las rapiñas. "Los vecinos tenemos un poco más de consciencia sobre dónde se generan los focos. Podés hacer como mucho un arresto ciudadano, pero en realidad tiene un efecto más disuasivo", agregó Del Valle.
La comisión aseguró que muchos vecinos han tomado la opción de armarse. "Nosotros desestimulamos esto porque entendemos que la solución no pasa por ahí", anotó.
Diego Del Valle, coordinador de Vecinos en Alerta en Canelones, dijo a El País que hay un corrimiento del delito hacia localidades canarias debido a que las cámaras han mejorado la prevención en Montevideo.
"Con una mayor cantidad de cámaras de videovigilancia, los delincuentes ven que las unidades de seguridad de acá no están preparadas para repelerlos", comentó el vecino. "Las comisarías están pensadas para otro tipo de ciudad", agregó.
Del Valle, quien tiene conocimiento de la cantidad de delitos debido a su comunicación diaria con decenas de vecinos de diferentes puntos de Canelones, comentó que, en general, han aumentado las rapiñas y los hurtos simples a viviendas. "Existe un aumento de la violencia: hace poco hubo un robo en el que llegó a haber 20 disparos. Te das cuenta que están con un poder de fuego que no es normal", dijo.
Además de diferentes balnearios de la Costa de Oro, esta organización nuclea a habitantes de Suárez, Toledo, Casarino, Carrasco del Sauce, Sauce, San Ramón, Castellanos, Fray Marcos, ciudad de Canelones, Juanicó, Progreso, San Antonio, Las Piedras y la localidad floridense de Chamizo. Su modus operandi es a través de WhatsApp: por intermedio de esta aplicación, se alertan por la ocurrencia de episodios puntuales de inseguridad.
En las últimas semanas, Vecinos en Alerta de Canelones ha tenido el ingreso espontáneo de grupos de comerciantes que ven un crecimiento en los robos y comparten información y estrategias para prevenirse.
En agosto del año pasado, la organización de Canelones y la de Montevideo acordaron su unificación. El objetivo es recolectar más información y que el Ministerio del Interior los escuche. Solo en Parque Batlle, que posee una de las comisiones de "alerta" más organizadas, hay 370 familias incluidas en grupos de WhatsApp, divididas en 46 cuadras. En Canelones, el grupo de la localidad de Suárez posee unos 300 usuarios.
MEDIDA
Vecinos hacen el patrullaje
En la localidad de Toledo, hay vecinos y comerciantes que no portan armas, que decidieron hacer el ejercicio de "autocuidado", indicó Diego Del Valle, coordinador del grupo Vecinos en Alerta de Canelones.
Algunos acompañan a las paradas de ómnibus a estudiantes para evitar que sean robados. Además, dan una vuelta en las plazas o por el centro comercial. "Es un punto de apoyo para comerciantes", indicó. Su intención es disuadir los hurtos y las rapiñas. "Los vecinos tenemos un poco más de consciencia sobre dónde se generan los focos. Podés hacer como mucho un arresto ciudadano, pero en realidad tiene un efecto más disuasivo", agregó Del Valle.
La comisión aseguró que muchos vecinos han tomado la opción de armarse. "Nosotros desestimulamos esto porque entendemos que la solución no pasa por ahí", anotó.
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