Los hechos se produjeron en la mañana del 9 de diciembre del año 2017. Todo comenzó cuando N.F. transitaba en su auto por la calle Uruguayana, cuando al cruzar Ángel Salvo detuvo la marcha sin encender el señalero.
Detrás venía un camión conducido por M.B.B. quien llevaba como acompañante a su hermano, E.B.B. El chofer clavó los frenos y se detuvo en paralelo y muy cerca al automóvil. En ese instante, el acompañante del camionero se bajó del vehículo para "darle unos cachetazos" a quien manejaba el auto. El conductor se mantuvo en el vehículo con el cinturón de seguridad puesto y cubrió el ataque con sus brazos y moviéndose en ese espacio reducido. Allí aparece en escena la hija del automovilista (F.F., de 22 años), que viajaba en la parte de atrás del auto. Descendió de pronto en procura de que el atacante depusiera su actitud, empujándolo. Lejos de tranquilizarse, E.B.B. le propinó a la joven un "cachetazo".
El conductor del auto bajó entonces y tomó del brazo al agresor para evitar que volviera a pegarle a su hija. El atacante se alejó y su hermano salió del camión. Al mismo tiempo, el padre de la agredida intentó acercarse a E.B.B. pero el sujeto salió caminando hacia atrás. A esa altura, el automovilista advirtió que su hija discutía con el conductor del camión, quien la empujó y rompió el espejo del coche, retornando al camión.
El automovilista interpretó que el incidente había terminado y se quedó al lado del coche junto a su hija. Sin embargo, el conductor del camión dio marcha atrás, apuntó hacia el padre y la hija y los atropelló.
Primero embistió al hombre, y luego a la joven que quiso evitar ser alcanzada pero no pudo hacerlo; las ruedas del pesado vehículo le pasaron por encima de sus miembros inferiores cuando estaba en el piso.
El conductor del coche fue apretado contra su auto por el camión, sufriendo "lesiones de tal magnitud que le impidieron siquiera moverse ante los gritos de su hija", indicó el fiscal.
El camionero recogió a su hermano, junto al que yacían los heridos, y eludió la persecución de otros automovilistas que, atónitos ante lo sucedido, intentaron atraparlos.
En tribunales.
Los camioneros fueron detenidos por la Policía luego de que la empresa para la que trabajaban los identificó. La Fiscalía de Homicidios le imputó al chofer del pesado vehículo "dos delitos de homicidio intencional en grado de tentativa", en calidad de autor. El acompañante recibió la misma imputación pero en calidad de cómplice.
La juez resolvió como medida sustitutiva a la prisión preventiva, la prohibición para el primer hombre de conducir vehículos por el término de 60 días y la prohibición de abandonar el domicilio durante los sábados desde la hora 13:00 a lunes a la hora 7:00 "de modo que no perjudique sus actividades laborales". El cómplice no podrá salir de su casa los fines de semana mientras se sustancia el juicio definitivo.
El caso estuvo en manos de la asistente de la Fiscalía de Homicidios, Mariela Muniz y el propio fiscal de Homicidios, Juan Gómez.
"Esto es una muestra de la violencia cotidiana en la que estamos inmersos. Un simple error de un conductor, en este caso de la víctima, provoca una reacción desmedida de otro conductor que termina en agresiones. Termina atropellando, concientemente, a la otra persona y apretándola contra un vehículo. La víctima anda con un bastón y cambió su vida", reflexionó el fiscal Gómez.
La defensa de los imputados pidió la reconstrucción de los hechos.
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