El informe sostiene que desde 2014 el Inisa abrió 52 expedientes por maltrato de funcionarios. El sistema, además, tiene un ausentismo del 11% y padece la falta de formación de sus trabajadores.
Fulco opinó esta mañana que "la nota genera algunas confusiones porque los informes son del 2012" y que el Inisa ahora "es otra historia y es otro momento".
La jerarca dijo que cuando ingresó a la institución (en mayo de 2015), estaba "en conocimiento de estos hechos" a los que hace referencia el informe de El País. Los casos mencionados en el informe engloban lo peor de un sistema corrompido: abusos sexuales, regalos para los prisioneros “obedientes”, castigos físicos para los “desleales”, entrada de cortes carcelarios a los hogares, funcionarios que se cubren , venganza, muerte y penas no tan drásticas para los probados culpables.
"Nosotros sabíamos que entrábamos a un sistema que tenia signos de violencia institucional, que ha sido el signo de estas instituciones a lo largo de la historia", agregó.
Y dijo que "el principio que expusimos al ingresar fue tolerancia cero a cualquier tipo de violencia física y psicológica".
Fulco dijo que estas situaciones de violencia hacia los internos fueron disminuyendo, aunque "no inmediatamente". En 2015 hubo motines y circunstancias que "determinaron 50 y pico de investigaciones de urgencia y sumarios. Algunos funcionarios no entendieron que ese había acabado, que esto no lo íbamos a permitir más", sostuvo.
"Al día de hoy tenemos otro panorama, tenemos otra historia", insistió. Y detalló que actualmente "le dedicamos mucha capacitación" a los funcionarios, con aliados como Unicef y la Institución de Derechos Humanos".
"Ha sido una capacitación y formación continua que permitió que todo esto, que fue un infierno en otras épocas", ahora "se ha terminado", señaló.
Fulco habló también sobre la situación de los jóvenes reclusos que quieren denunciar ante los directores las situaciones de violencia y abuso, pero no lo hacen por miedo o lo hacen y tienen represalias: dijo que actualmente "hay jóvenes que son portadores de la voz de sus compañeros", que se reúnen "una vez al mes de manera confidencial con los miembros del directorio", de manera que si no pudieron decir algo por presencia de funcionarios en una asamblea se garantice que lo puedan decir en esta otra instancia.
Fulco reconoció que el directorio tiene identificados a los funcionarios que no están en condiciones de tener contacto directo con los internos, pero dijo que en algunos casos no tienen herramientas legales para la destitución de los mismos.
Dijo también que hay ciertos funcionarios que públicamente admiten que quieren que vuelva el otro orden donde podían ejercer la violencia, y que "esto va en línea con muchas cuestiones que tienen que ver con corrupción (...) hay gente que no entiende que hay un cambio de cultura y eso hace que se genere resistencia en distintos focos".
"Hubo funcionarios destituidos, aunque creo que deberían haber sido más", concluyó.
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