El precio del boleto para el transporte urbano de Montevideo aumentó desde el 1º de enero a $ 36, para todos aquellos que pagan en efectivo. De esta forma el valor del viaje en ómnibus dentro de la capital se transformó en una más de las tarifas que subieron su costo al comienzo de 2018.
Desde los $ 24 que valía el boleto cuando asumió el actual intendente de Montevideo, Daniel Martínez, a los $ 36 que vale hoy en día hay un aumento del 50%, cuando durante la campaña electoral en 2015 por el máximo cargo del palacio municipal capitalino, Martínez declaró que “con algunas medidas, el boleto va a bajar”.
Con el objetivo de analizar si es realmente caro el viaje en ómnibus metropolitano en Montevideo, Búsqueda comparó el precio en Uruguay con un grupo de países de la región y de distintas partes del mundo.
Según la información del sitio web preciosmundi.com, que releva precios de distintos bienes y servicios para la mayoría de los países del mundo a setiembre de 2017, el boleto uruguayo a esa fecha fue el segundo más caro de Sudamérica por detrás de Brasil. No se tomó en cuenta a Paraguay y Venezuela, ya que no se cuenta con la información necesaria.
Si se extiende el análisis hacia otros países de Latinoamérica, el resultado no cambia: tanto Costa Rica como México tienen un valor del boleto por debajo del costo en Uruguay a setiembre de 2017, US$ 1,15 ($ 33).
México es incluso, uno de los países estudiados con menor precio en América Latina. Con un costo para el usuario de US$ 0,4, se ubica al mismo nivel de Argentina y solo por encima de Ecuador (US$ 0,29) y Bolivia (US$ 0,25), que cierran la lista de la región.
Al analizar países más desarrollados, se observa un aumento considerable de los precios de transporte urbano. Subirse al mítico metro de Londres o a algunos de sus icónicos ómnibus de doble piso para realizar un viaje de ida, tiene un costo promedio de US$ 3,2, al igual que en las ciudades de Alemania.
En los países nórdicos los precios son aún más elevados: en Dinamarca y Suecia superan los US$ 3,3 por boleto, mientras que en Noruega llega a US$ 4,4.
De todas formas, para poder comparar precios de servicios cuya calidad es tan distinta y con costos y características de la economía local muy diferentes, se tomó como parámetro el ingreso promedio de los distintos países. Entre las variables que presenta el sitio web se incluye un ingreso promedio neto por país; el valor que figura para Uruguay a setiembre de 2017 es de $ 17.600, algo más de US$ 600.
Tomando en cuenta estos valores tanto para Uruguay como para los demás países, surge que las tres naciones donde el boleto es más caro con respecto al salario son sudamericanas: Brasil lidera la lista, seguido por Colombia y Uruguay. En el cuarto lugar aparece Portugal, que con ingresos promedio por debajo de los valores de países como Francia, España o Italia, tiene un precio del boleto similar, de alrededor de US$ 1,8, lo que lo hace el más caro de Europa con respecto al ingreso.
Australia y Nueva Zelanda también son países donde el costo (superior a US$ 2,5) de subirse al transporte colectivo parece elevado para los uruguayos, pero los altos ingresos que se perciben en esos países de Oceanía los posiciona dentro de la media de los casos estudiados. Estados Unidos, con un boleto superior a los US$ 2 dólares y un ingreso promedio de US$ 3.100, ostenta uno de los boletos más baratos comparados con su ingreso. Es solo superado por países de Asia (como Irán, China o Arabia Saudita) y Sudamérica, que parten de la base de un precio del boleto mucho menor. Argentina es el que sale mejor parado en su barrio, ya que tiene junto a Chile los ingresos promedios más elevados de la región, pero a diferencia de su vecino trasandino, el tercer boleto más barato.
Subsidio.
Más de una vez quienes se encargan de llevar adelante el sistema de transporte capitalino en Uruguay argumentan que en países como Argentina el precio del boleto es tan bajo debido a los subsidios que el gobierno vuelca al transporte. El ministro del ramo de ese país, Guillermo Dietrich, dijo a raíz del aumento de tarifas que empezó a regir el 1º de febrero, que el subsidio actual es de 60%.
Ese nivel de subsidio es consonante con los que se observan en Europa. Según el Barómetro de 2015 publicado por la Asociación de Transporte Metropolitano de Europa (ESMA, por su sigla en inglés), la mayoría de las principales urbes del viejo continente tenían entre el 40% y el 60% del precio del boleto subsidiado. En los extremos del análisis se encontraban París con el menor subsidio (19%) y Praga con el mayor (78%).
En Uruguay la discusión sobre el subsidio al boleto se reavivó la semana pasada en el Parlamento ya que en la sesión del miércoles 7, en la cual se aprobaron las medidas paliativas para ayudar a ciertos sectores agropecuarios, el senador colorado Pedro Bordaberry dijo que “el productor se cansó de pagar el gasoil más caro para pagar la fiesta de Ancap, de pagar el subsidio del transporte de Montevideo”.
“En los últimos 10 años llevan transferidos al Fideicomiso (de Transporte Colectivo) US$ 900 millones”, aseguró.
En referencia al mismo fideicomiso, que fue puesto en marcha en 2006, el Partido Nacional hizo públicas el 29 de enero un conjunto de medidas para bajar los costos de producción, de las cuales la primera apuntaba a la modificación de ese fideicomiso. El documento dice que “aunque el objetivo de promover y abaratar el transporte público resulta totalmente compartible, no parece adecuado que la financiación la hagan los consumidores de gasoil, que básicamente es el sector productivo”.
En la actualidad, por cada litro de gasoil consumido se destinan $ 3,7 al fideicomiso, que la intendencia utiliza para subsidiar principalmente el precio de boletos de estudiantes y jubilados, pero también del público en general.
Desde la intendencia no prevén nuevas subas del boleto pagado con la tarjeta del Sistema de Transporte Metropolitano (STM) para 2018, ya que entre otras causas “se prevé el mantenimiento de las condiciones macroeconómicas que posibilitan un escenario de estabilidad tarifaria”, a la vez que cuentan con el “mantenimiento de los subsidios que se reciben por parte del gobierno nacional, en particular el subsidio a los estudiantes y el subsidio al gasoil”, según un comunicado difundido a fines del año pasado.
El boleto pagado con STM no subió de precio con los ajustes de enero de este año. Por lo tanto, de cumplirse la promesa de la comuna, tendría “18 meses de estabilidad en el precio a partir de la rebaja procesada en julio de 2017”, enfatizó el comunicado.
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