La constancia de todo esto se vislumbró en el último partido. Contra el Leganés (1-3), Zidane volvió a optar por dejarlo en el banquillo. En su lugar comparecieron dos jugadores que, en principio, contaban con menos opciones: Marco Asensio y Lucas Vázquez. Y ambos rindieron a muy buen nivel. El primero, porque tras un bache precedido de un gran inicio de temporada, está de vuelta. De nuevo, ha recuperado esa chispa que lo aúpa entre los jugadores llamados a marcar una época en el Madrid. Y el segundo, porque volvió a reclamar un sitio en el once con una actuación superlativa: gol, asistencia, pase previo al penalti que convirtió Sergio Ramos y siete robos de balón.
Mientras, Gareth Bale está siendo relegado al banquillo. El jugador estaría a disgusto por sus suplencias ante Real Sociedad y Leganés, pero, sobre todo, por su ausencia en el partido de la ida de la Champions League frente al PSG. Una situación que deja constancia de la mala situación por la que pasa el galés, que no está entre las prioridades de Zidane por una cuestión de rendimiento. Porque, aunque juega, la mayoría de las veces no aparece… y cuando lo hace, no es determinante.
Esto ha provocado que el agente de Bale le haya puesto precio. Cuesta lo mismo que Neymar, llegó a afirmar. Es decir, 222 millones de euros. Y quizás sea así. Gareth sigue teniendo un gran cartel: fue el fichaje más caro del Real Madrid y se le ha tratado como tal, pero lo cierto es que otros jugadores le han adelantado por la izquierda y por la derecha. El propio Neymar goza de un mejor estatus y es el que se perfila como el próximo Balón de Oro. Y a esta situación hay que sumarle otra circunstancia: desde el club blanco consideran que el galés le está cortando las alas a Marco Asensio. Por todas estas circunstancias, Gareth Bale tiene pie y medio fuera del Real Madrid.
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