Él es el diputado rebelde del Partido Colorado. Ella, la periodista que hasta el año pasado condujo Abrepalabra junto a Gustavo Rey. Fernando Amado y Florencia Querol se encontraron hace dos años y desde entonces, no se separaron más. Él se dejó seducir primero por la belleza física y después por la simpatía y frescura de la joven morocha. Ella se enamoró de "un tipo compañero, entregado y amable con todo el mundo", que según ella, tiene mucho sentido del humor. Desde las primeras salidas, la relación emprendió un camino a rápida velocidad que encontrará su punto más alto el próximo 11 de mayo, cuando digan "sí, acepto" frente al oficial del Registro Civil.
Las bromas y las risas predominan en la pareja y se hacen notar a la hora de realizar las fotos para la portada de Sábado Show. "Parecemos Karina y Gaspar", bromea Florencia fiel a sus ocurrencias. El escenario elegido para la producción es la casa de los padres de la novia, donde también vive ella y suele a quedarse a dormir Fernando. Esa casa tiene un significado especial, porque casualmente es donde se vieron las caras por primera vez, mucho antes de imaginar que algún día se convertirían en marido y mujer.
Ocurrió 20 años atrás. Los padres del mejor amigo de Fernando, Martín Bueno, eran íntimos amigos de los padres de Florencia. Entonces, una noche tras la matiné del boliche Midnight, el padre de Martín llevó a su hijo y a Fernando a un asado que había en la casa de Florencia, que en aquel entonces era apenas una niña. El tiempo pasó pero los conocidos en común y aquella anécdota fueron la excusa ideal cuando el legislador se decidió a escribirle por Facebook a esa chica que trabajaba en Océano FM y había llamado su atención.
Pusieron fecha para el primer encuentro. Ella lo pasó a buscar y apenas Fernando abrió la puerta del auto, supo que se había enamorado. "Es ella", pensó. Fueron a la Plaza Virgilio y se quedaron adentro del auto dialogando y tomando mate hasta la medianoche. Se despidieron sabiendo que el segundo encuentro no tardaría en llegar.
Para ella, dar el paso fue un poco más difícil. Justo terminaba una relación y quería esperar más antes de iniciar otra. Sin embargo, tras un "piquito robado" de Fernando en una de las primeras salidas, se dio cuenta de que no iba a haber marcha atrás. Desde entonces hasta estos días, pasaron casi todos los días juntos.
Tener conocidos en común le sirvió a Amado para romper el hielo, pero sabía que al poco tiempo podría transformarse en un arma de doble filo. Los padres de Florencia lo conocían a Fernando a través de los padres de su amigo, y sabían varias historias y anécdotas sobre su "pasado mujeriego". Él se adelantó a los hechos y antes que alguien de la familia de Florencia le hiciera un comentario al respecto, él mismo le habló de sus relaciones anteriores y del poco compromiso que había tenido. "Yo creía que era una parla para hacerse el winner", recuerda ella. Pero cuando llegaron las historias a oídos de Florencia, ella ya estaba curada de espantos. Fernando le había reconocido que anteriormente "había tenido una vida muy frívola y superficial" y que esta nueva relación "no tiene nada que ver" con aquello. "Yo tenía que demostrar que no era como antes. Yo había sido tremendamente infiel", confiesa.
Con la confianza de su novia ganada finalmente fue invitado a un asado familiar, donde se cruzó cara a cara con sus flamantes suegros. Y el comentario punzante no demoró en llegar. Apenas Fernando entró a la casa, el padre de Florencia lo miró y le dijo medio en broma y medio en serio: "mirá que me saliste atrevidito diputado".
Pero efectivamente el diputado había cambiado. O lo habían cambiado. Su relación con Florencia borró por completo el espanto que le generaba la idea del compromiso amoroso y sobre todo, del matrimonio. "Para mí casarse era igual a estar preso. Iba a los casamientos de mis amigos y pensaba la gente se sigue equivocando. Eso cambió cuando apareció ella", relata el legislador enamorado.
Y así como le perdió el miedo a la idea del matrimonio, la dinámica de la pareja también le hizo cambiar su parecer con respecto a mudarse de la casa de sus padres. Amado dice haber soportado "bullying" y presión social por mucho tiempo debido a no haber abandonado el techo familiar pese a tener más de 30 años. "La decisión de irse a vivir con una pareja y proyectar una familia es algo que hay que sentir, no es prefabricado de acuerdo a los años que uno tiene. Yo no me quería ir obligado", recuerda. No estaba dispuesto a mudarse con ninguna novia hasta que no tuviera un sentimiento genuino que lo invitara a hacerlo. Fue lo que ocurrió con Florencia. "El tiempo me dio la razón y me agradezco haberme quedado dando esa batalla y no haber caído ante la presión social", presume. Y reafirma: "Con Florencia fue apareciendo esa necesidad de querer dar un paso, irme a vivir con ella, casarme y formar una familia".
Política.
Antes de conocerlo personalmente, Florencia lo veía a Fernando como "el diputado rebelde joven". "Me caía bien, le tenía simpatía pero no lo tenía tan calado", admite. Ella asegura que no se siente identificada con ningún partido político, aunque revela que había votado a la agrupación de Amado por los amigos de su familia que acompañan en esa lista.
A nivel político, la noticia no hizo ruido en el entorno de Florencia. Sus compañeros de la radio donde trabajaba tomaron la noticia con naturalidad y lo mismo en su grupo de amigas, donde la figura de Amado no era cuestionada políticamente. La excepción se halla apenas en la mamá de una amiga, que no se cansa de apuntar contra el diputado en las redes sociales. "Pero eso nunca me alejó de mi amiga", asegura Florencia.
La política nunca podría ser un tema de conversación ajeno en un noviazgo entre un legislador y una periodista. La pareja habla mucho de política, y ella le aconseja "con intuición y corazón". "Al principio no entendía por qué está todo el día peleando. Me preguntaba ¿qué le pasa?", reconoce. "Después empecé a entender un poco más, porque veo que se indigna de verdad con lo que pasa. Algunos dicen que él busca prensa con la pelea, pero él llega a casa y está tan indignado como en la tele. Dice lo que piensa, y eso lo admiro. No hace discursitos para caer bien".
Boda.
Detrás del político que se pelea con sus compañeros del Partido Colorado por televisión, existe un caballero romántico, y así lo demostró la noche en la que le propuso matrimonio a Florencia. Fernando invitó a su novia una semana a Buzios para preguntarle si se quería casar con él. Llevó el anillo desde Montevideo y tuvo que hacer malabares para que ella no lo descubriera durante el viaje y que todo fuera una sorpresa. La escena elegida para dar el gran paso fue la siguiente: una noche de las vacaciones, Fernando alquiló un bugui y llevó a su novia a una explanada desde la que se podía ver toda la ciudad de Buzios. Bajo la luz de la luna sacó el anillo y le dijo que se quería casar con ella. Florencia partió en llanto y no lo dudó.
La pareja ahora está dedicada a los preparativos de la boda. "Es toda una industria", se sorprende el diputado que si bien no es quien tiene mayor interés por la fiesta, acompaña en cada cita para tomar decisiones con respecto al catering, decoración, fotografía o cotillón.
La pareja sellará su amor el 11 de mayo en el Registro Civil, y luego habrá un brindis íntimo en la casa de los padres de Florencia. Dos días después será la ceremonia religiosa en la Capilla de Jacksonville, y la fiesta en el complejo Villa Domus cuya decoración estará a cargo de Pablo Bufano. El vestido de la novia será de la diseñadora Graciela Borges, mientras que Amado estará vestido por Pablo Muto.
Está todo encaminado, apenas falta ajustar la lista de invitados y definir el armado de las mesas. Cuando se les pregunta si está invitado Pedro Bordaberry, el exlíder de Amado, ambos ríen y ella bromea: "¡Es testigo del casamiento!".
El dato de que Amado contraerá matrimonio por iglesia no es algo menor. Varios se sorprendieron teniendo en cuenta las duras críticas que el diputado ha disparado contra la Iglesia Católica, pero él no se pudo negar al pedido especial de su pareja. "Es algo importante para ella", explica. Y desarrolla: "Justamente como yo tengo grandes diferencias con la Iglesia por su dogmatismo, yo no concibo ser dogmático. A mí no me genera ninguna 'alergia' estar en un rito católico". Eso sí, hay cuestiones que no se negocian. Amado pidió que la fecha grabada en las alianzas sea la del casamiento por civil y no la de la boda religiosa.
Bajo la mirada de Dios, los unirá en matrimonio un diácono amigo de la familia de Florencia. Cuando le comentaron de la boda, lejos de expresar reparos en las posiciones críticas de Amado hacia la Iglesia dijo a modo de broma que sería "una buena oportunidad para garronearle los libros que escribió".
Antes de la boda hay otra fecha especial: la de las despedidas de soltero. Fernando anticipa que la suya será un asado al mediodía con amigos, ritual que se repite en su grupo entre los que se casan. "Si alguien la ve de afuera piensa que es aburrida, pero nosotros nos divertimos mucho", señala.
A Florencia la esperan despedidas de distintos grupos, y ya fue protagonista de una realizada por compañeras de su nuevo trabajo en un agente comercial de laboratorios.
La novia revela que ese encuentro terminó en el popular boliche Azabache. "Estuvo muy divertido", asegura sonriente. Y Fernando no se la deja pasar: "Yo ahora tengo hándicap para mi despedida", advierte entre risas, y su novia le retruca: "No te hagas el vivo. Mi hermano está invitado a tu
despedida".
“Él es muy romántico. Me manda bombones y flores al trabajo. Es un tipo entregado y muy compañero, me quiere ver todos los días. Además siempre está de buen humor. Al principio me preguntaba por qué se peleaba tanto en política. Después fui entendiendo cuánto lo apasiona”, describe Florencia sobre su novio.
“Él es muy romántico. Me manda bombones y flores al trabajo. Es un tipo entregado y muy compañero, me quiere ver todos los días. Además siempre está de buen humor. Al principio me preguntaba por qué se peleaba tanto en política. Después fui entendiendo cuánto lo apasiona”, describe Florencia sobre su novio.
Fuente:El País
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