El déficit fiscal empeoró en 2016 respecto a
2015 y alcanzó a 4 % del Producto Bruto Interno (PBI), según informó ayer
el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en un comunicado. Eso
equivale a US$ 2.042,6 millones. El registro es el peor para un año calendario desde
1989 (cuando marcó 6,2 % del Producto y al año siguiente el gobierno
debió realizar un ajuste fiscal).
En 2015, el déficit había alcanzado a
3,6 % del PBI y era el peor registro desde el año 2002 (cuando había sido
de 3,7 % del Producto).
Por su parte, previo al pago de deuda hubo déficit (se conoce como primario) de 0,7 % del PBI, es decir US$ 357,5 millones.
El MEF señaló que "este resultado (de déficit de 4 % del
PBI) se encuentra en línea con lo proyectado en la programación
financiera contenida en la última Rendición de Cuentas".
En efecto, allí Economía previó un déficit de 4,3 % del PBI para 2016 y también un rojo primario de 0,9 % del Producto.
Por eso, promovió un ajuste fiscal que se aplica desde
enero de 2017 y que proyecta que disminuirá el déficit en 1 punto del
PBI. La mayor parte del ajuste es por el lado de suba de impuestos
(habría US$ 335 millones más de recaudación) y el resto es por
postergación de gastos (US$ 125 millones).
De cumplirse esa previsión, el déficit de 2017
debería cerrar en 3 % del Producto (en la Rendición el MEF preveía que
sería de 3,3 % del PBI).
Sin embargo, hay datos que marcan que el gobierno
deberá tener sumo cuidado con la situación fiscal más allá del ajuste
fiscal que procesó.
Es que el gobierno ya hizo un ajuste previo de 0,8 %
del PBI (se procesó entre abril de 2015 y octubre de 2016) mediante suba
de tarifas públicas y recorte de inversiones.
Si no se hubiera hecho ese ajuste inicial, el déficit podría rondar el 5% del PIB.
Por otro lado, los egresos en los dos últimos meses
de 2016 empeoraron mucho, lo cual abre un signo de preocupación hacia
adelante.
El MEF señaló que "los ingresos del sector público
no financiero" se ubicaron a fin de 2016 en 29,1 % del PBI, "aumentando
0,1 % del PBI respecto al cierre del año anterior como resultado de
mayores ingresos del gobierno central-Banco de Previsión Social (BPS)
que más que compensaron el menor resultado primario de las empresas
públicas".
El resultado primario de las Empresas Públicas se ubicó al
cierre del año en 1,5 % del PBI.
"UTE mostró un resultado similar al del
año anterior mientras que Ancap registró una caída de 0,2% del PBI
debido a que en 2015 obtuvo una ganancia extraordinaria por la
cancelación anticipada de la deuda con Pdvsa. Por su parte, Antel
registró una caída de 0,1 % del PBI explicado por mayor pago de impuestos
y menores ingresos financieros", explicó el MEF.
Del lado del gasto, "los egresos primarios
corrientes del gobierno central-BPS se ubicaron en 27,2 % del PBI,
aumentado 0,8 % del PBI respecto a diciembre de 2015 debido a incrementos
en remuneraciones, gastos no personales y pasividades de 0,1 % del PBI
en cada caso y de transferencias de 0,5 % del PBI", indicó el MEF.
"El
crecimiento de las transferencias se dio tanto a nivel del gobierno
central como del BPS.
En el primer caso, el aumento se explicó por la
contabilización de un egreso por US$ 71 millones asociado al acuerdo
alcanzado entre el Estado y The Bank of Nova Scotia en el proceso
concursal de Pluna S.A. y por mayores transferencias a los gobiernos
departamentales. En el segundo caso, el principal factor explicativo
fueron las transferencias asociadas a la incorporación del último
colectivo de pasivos y cónyuges al Fonasa", agregó.
Las inversiones fueron por 2,4 % del PBI (0,1 % del
PBI más que en 2015) y los pagos de intereses de deuda de 3,3 % del PBI
(bajaron en 0,3 % del PBI).
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