La ley, adoptada por 380 diputados contra solamente tres votos en contra, debe aún ser votada por los senadores y luego promulgada por el presidente Vladimir Putin, una simple formalidad.
La ley despenaliza las violencia cometida en el seno de una misma familia siempre que no hayan causado secuelas graves ni que tengan antecedentes. Prevé una multa de 30.000 rublos (470 euros, unos US$ 500) mientras que la actual legislación inflige hasta dos años de prisión a los culpables de violencia doméstica.
"Queremos demostrar que los diputados rusos no van a seguir los excesos que vemos en Europa occidental", comentó en los debates el diputado del partido Rusia Unida, Andrei Issayev.
Según el legislador, los niños europeos "denuncian a sus padres" ante las autoridades, para que se les retire la tutela si son demasiado severos.
El proyecto de ley provoca las críticas de militantes rusos de derechos humanos, que consideran que socava la lucha contra la violencia doméstica. Los diputados comunistas también eran opuestos al proyecto.
"Las mujeres no van a menudo a la policía o a los jueces para denunciar a un marido violento. Ahora habrá aún menos casos y el número de asesinatos va a aumentar", declaró el diputado comunista Yuri Sinelchikov.
Según la agencia nacional estadística rusa, 49.579 casos de violencia doméstica han sido registrados en 2015, de los cuales 35.899 implicaron violencia contra mujeres.
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