El economista Hugo Bai, integrante de la representación de los trabajadores en el Banco de Previsión Social (BPS), explicó a El País que de efectivizarse ese cambio las futuras jubilaciones de las mujeres "serán más bajas que la de los hombres, es decir va a caer más (el monto) frente al valor de hoy para las mujeres".
Esto ocurre porque en 1996 cuando se creó el régimen mixto con el ahorro individual en las AFAP, no se tenían datos acerca de la probabilidad de generar pensiones de los trabajadores, entonces se aplicó un guarismo de cálculo para los hombres dependiendo de la edad y para el género femenino "estaba prácticamente valuado en cero". Eso "compensaba" la diferencia que surge entre sexos por otro criterio tomado en cuenta a la hora del cálculo jubilatorio: las tablas de mortalidad.
Es decir: las mujeres viven más que los hombres y por tanto al alargar los años en que se debe repartir el dinero ahorrado, deberían cobrar menos. Lo que no ocurre actualmente porque los guarismos de probabilidad de generar pensiones —mayor en los hombres que en las mujeres— lo neutraliza.
"Ahora el BCU propone por un lado actualizar las tablas de mortalidad para reflejar el aumento de vida (desde 1996 a la fecha), lo que no provoca ninguna diferenciación entre géneros" porque se mantiene la brecha de mayor esperanza de vida para las mujeres, señaló Bai. Pero en el caso de la posibilidad de generar pensiones, donde se plantea utilizar los datos acumulados en los 20 años del sistema, la actualización "provocará que para las mujeres se incremente la probabilidad, porque dejará de ser nula".
El economista detalló que el nuevo criterio mantiene el reconocimiento de que existe más chance de una pensión hereditaria en los hombres que en las mujeres, dado que para obtenerla se debe demostrar la dependencia económica de la jubilación de la persona fallecida.
"Ese efecto de discriminación hacia la mujer que se mitigaba entre la tabla de mortalidad y la probabilidad de generar una pensión, con la actualización queda en evidencia y penaliza a las mujeres por vivir más años", agregó.
El presidente del BCU, Mario Bergara, reconoció esta afectación para las mujeres cuando presentó esta semana los cambios que se analizan en los criterios de la renta vitalicia. Se preguntó si no habría que "revisar la discriminación por sexo exigida por la ley" de AFAP con la incorporación de algún "mecanismo de mayor solidaridad para que las mujeres no se vean afectadas".
Para Bai, la forma de solucionar esta discriminación encubierta hacia las mujeres sería "ir hacia tablas de mortalidad unisex, con un promedio (de la expectativa de vida entre ambos sexos) que establezca indirectamente una transferencia o subsidio de las rentas vitalicias de los hombres hacia las mujeres, dado que los hombres van a vivir menos". Igualmente, subrayó que este cambio "sería para corregir un aspecto de los tantos problemas que vemos en el sistema de ahorro individual", rechazado por el Pit-Cnt.
No hay comentarios:
Publicar un comentario