En su último mes de mandato el presidente de USA, Barack Obama, en un rápido y preciso movimiento político, anunció la prohibición permanente de la explotación de gas y petróleo en amplias zonas de los océanos Ártico y Atlántico, invocando una vieja ley de 1953 denominada Outer Continental Shelf (Ley del suelo de la plataforma continental), que bloquea nuevos contratos de perforación petrolera y gasífera en esas regiones, haciendo que millones de hectáreas marinas queden protegidas antes de su salida del gobierno y fuera de las garras de los amigos del nuevo presidente yanqui.
La medida fue anunciada mientras el presidente electo, Donald Trump se prepara para asumir el gobierno y arma su gabinete con personajes opositores al cambio climático. Durante la campaña electoral el magnate ha prometido revertir muchas de las principales políticas ambientales impulsadas por Obama y amenazó con retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático, a través del cual los países del mundo se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero de manera significativa.
La “jugada” de Obama antes de irse se convierte en un palo en la rueda para las promesas de Trump de revertir las medidas relacionadas al medio ambiente impulsadas por su antecesor, ya que el actual mandatario se amparó en una ley de hace 63 años para adoptar la medida, que el presidente entrante, Donald Trump, probablemente no podrá revertir, para hacerlo tendría que llevar el caso ante la corte federal. La ley utilizada por Obama le permite actuar unilateralmente; es decir, sin necesidad de buscar el apoyo del Congreso, en este caso dominado por un Partido Republicano que no cree en el cambio climático, y lo hace sine die, es decir sin plazo ni fechas. Anteriormente otros presidentes ya utilizaron esa ley pero solo para asegurar sólo pequeños segmentos de las aguas de los Estados Unidos.
La medida fue tomada conjuntamente con el primer ministro canadiense Justin Trudeau: “El presidente Obama y el primer ministro canadiense Trudeau se enorgullecen en lanzar acciones que aseguren una economía y un ecosistema del Ártico fuertes, sostenibles y viables, con un transporte marítimo de bajo impacto, una gestión científica de los recursos marinos y libre de los futuros riesgos de petróleo y gas en altamar“, informaron desde la Casa Blanca.
Un funcionario de la Casa Blanca resaltó el hecho de que Estados Unidos no esté actuando solo en esto y explicó “uno de los principales argumentos que la gente había hecho en contra que Estados Unidos protegiera sus aguas del Ártico era tal vez que toda esa actividad [de petróleo y gas] se movería a las aguas canadienses. Y actuando conjuntamente con Canadá, creo que hemos enviado una señal poderosa”.
Apoyo y rechazo
Los ambientalistas elogiaron y apoyaron la acción de Obama, la cual calificaron como “heroica”.
“Mientras Donald Trump arma su gabinete con grandes amigos petroleros y contaminadores, el presidente Obama ha actuado para proteger nuestros océanos, nuestro aire y nuestro clima para nuestras comunidades costeras y futuras generaciones de estadounidenses”, dijo Tom Steyer, presidente de NextGen Climate.
Y agregó “el impresionante legado de la acción climática del presidente Obama está en marcado contraste con el presidente electo Donald Trump, a quien sólo le preocupa el cambio climático cuando afecta a sus campos de golf”.
Por su parte los opositores a la medida la criticaron por debilitar la seguridad nacional y destruir empleos.
El American Petroleum Institute por ejempló reprendió la acción de Obama. “El bloqueo de la exploración offshore debilita nuestra seguridad nacional, destruye puestos de trabajo bien remunerados y podría llevar a que la energía sea menos accesible para los consumidores”, consideró el director de API Upstream, Erik Milito. Y agregó, esperanzado de que Trump pudiera revocarla: “afortunadamente, no existe una prohibición permanente, y esperamos trabajar con la nueva administración para cumplir la voluntad de los votantes estadounidenses en la producción de energía”.
Donald Trump ha reafirmado su posición frente al trabajo ambiental y el cambió climático designando a a dos escépticos del fenómeno como miembros de su gabinete. Por un lado nombró a Scott Pruitt para dirigir la Agencia de Protección Ambiental, Pruitt es un negador del cambio climático y defensor de los combustibles fósiles, que incluso ha demandado a la Agencia que ahora dirigirá por sus políticas. Mientras que por otro lado designó al jefe ejecutivo de la petrolera ExxonMobil, Rex Tillerson como Secretario de Estado, como una forma de respaldar a la industria petrolera.
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