La noche del 15 de octubre, Karolina Marczewska viajaba en auto junto a su esposo y cuñado. Una camioneta cambió de senda en la rambla de El Pinar y los chocó de frente. El auto volcó sobre el lado donde viajaba Karolina, quien sufrió daños en pulmón, hígado, riñón y lo más grave: una lesión en la arteria aorta. La familia debió reunir 14.000 dólares para intervenirla porque el sistema de salud no cubría los gastos. La comunicadora ya está de alta, aunque en estricto reposo en su casa. “Toda mi recuperación ha sido de milagro”, dice la Polaca. Y cuenta cómo ha sido “nacer de nuevo”.
—¿Cuál es tu desafío de recuperación?
—Sigo teniendo un derrame pequeño en el pulmón izquierdo pero parece que se está absorbiendo solo. También es de milagro. En general, toda mi recuperación ha sido muy rápida y los médicos dicen que mi cuerpo es una caja de sorpresas. Obviamente, tengo un montón de estudios y consultas por delante porque fue un traumatismo grave, con daños también en hígado, bazo y riñones que han ido sanando. De milagro, no tuve traumatismo de cráneo, ni ningún hueso roto. Ahora me siento bien. Estoy haciendo reposo, aunque puedo caminar y hacer una vida tranquila.
—¿Qué recuerdas del accidente?
—Nada. Perdí completamente la memoria. Habíamos ido con mi esposo y con mi cuñado a ver un recital de Retrohead (la banda de Gaspar Valverde) y cuando volvíamos sucedió todo. Era de noche. Recuerdo que iba en el auto y la siguiente imagen que tengo es del CTI, cuando preguntaban si cortaban mi ropa. Tengo un agujero negro. Por lo que me contaron, una camioneta nos chocó y el auto volcó sobre mi lado.
—Al otro día del accidente debiste someterte a una intervención en la arteria aorta, ¿en qué consistió?
—La lesión más grave que tuve fue una rotura en la aorta, algo que tiene muy alta mortalidad. De hecho, la mayoría de las personas que sufren lesiones así mueren en el acto. Tuve la suerte de haber sobrevivido pero debían operarme con urgencia. Me colocaron una endoprótesis que fue el dispositivo que me salvó la vida.
—¿Debieron pagar esa intervención de forma privada?
—Ni el Sistema de Salud ni el Fondo Nacional de Recursos cubre los costos de este tipo de dispositivos. Mi esposo Diego (Vergara), que también fue accidentando aunque no tuvo lesiones graves, tuvo que pedir a familiares y amigos para recolectar el dinero al otro día del accidente. Era domingo y fue un estrés enorme porque además Diego no quería que nuestra hija supiera nada y se hacía tiempo para ir a casa a pasar tiempo con ella.
—¿Cuánto dinero debieron juntar?
—14.000 dólares. Si no lo entregábamos, posponían la operación y yo corría riesgo de muerte.
—¿No había otra opción?
—Sí, una operación a pecho abierto, con un riesgo de mortalidad superior al 50%. En mi caso, además, la lesión estaba en la aorta en la zona del tórax por lo que sí o sí debían abrir. La intervención para la endoprótesis es poco invasiva: dura 40 minutos, me hicieron un corte pequeño en la pierna e introdujeron el dispositivo por la aorta. Al otro día ya me sentía muy bien.
—La mayor parte de tu familia está en Polonia, ¿cómo recibían las noticias?
—Mi esposo Diego se encargó de todo. Los mantenía al tanto. Él vivió un estrés enorme en esas primeras horas. Si bien yo nunca perdí el conocimiento, estaba muy sedada y tengo recuerdo borrosos. Cuando me recuperé me contaron todo y me imagino la situación que vivió él.
—El accidente fue al parecer resultado de una imprudencia del conductor de la camioneta que cambió de senda y los chocó de frente. El hombre fue procesado por omisión de asistencia porque huyó. Se dijo que ustedes no ratificaron la denuncia y por eso no le tipificaron el delito de lesiones graves, ¿por qué no lo hicieron?
—Yo estaba en CTI y del juzgado llamaron a Diego para declarar. Como te puedes imaginar, él estaba completamente en otra. Necesitaba cuidar de mí, juntar el dinero y dedicarse a nuestra hija. En ese momento, él decidió que lo importante era salvar mi vida y presentarse en el juzgado le pareció secundario. Yo lo entiendo y lo apoyo 100% en esa decisión que tomó. Hay personas que bajo las mismas circunstancias reaccionan con rabia y sentido de venganza. Pero en el caso de mi marido, lo más importante era mi salud y el cuidado de nuestra hija. Sé que hubo personas que lo criticaron, pero hay que ponerse en la situación de él en ese momento. Cuando se dio el accidente, Diego rompió con sus manos el parabrisas del auto para sacarme porque estaba atrapada. Imagínate la desesperación que sintió.
—En tu caso y medida que te vas recuperando, ¿qué sentimientos tienes sobre el accidente?, ¿rabia, injusticia?
—Yo comparto con mi esposo. Lo que sentimos es una desesperación por volver a nuestra vida. Yo quiero mi vida de vuelta. Yo era sumamente feliz antes del accidente y de repente me encuentro en esta situación. Todas mis energías están puestas en mi recuperación que gracias a Dios, ya sé que va a ser completa y sin secuelas. Estoy súperagradecida a Dios y al equipo médico de Seguro Americano. Lo que sí vamos a hacer es el juicio civil porque creo que esas personas tienen que pagar por los perjuicios que nos generaron. También nos llama la atención que nadie de parte de esas personas se haya comunicado con nosotros.
—¿Cuáles fueron las primeras sensaciones que tuviste al volver a tu casa?
—Mucha felicidad. Por dos semanas no pude ver a mi nena. Y ahora nos reencontramos. Mi madre vino de Polonia a cuidarme y ayudarme con ella porque yo tengo que hacer reposo. Nací de nuevo. La semana pasada cumplí 30 años pero yo digo que también cumplí tres semanas de mi nueva vida.
—¿En algún momento te deprimió la situación?
—No, siempre tuve la fe de que iba a salir adelante. Nunca caí en el llanto y en el "pobre de mí". Siempre tuve una postura de luchadora porque tenía mi hija esperándome en mi casa, entonces yo no podía perder tiempo en lamentaciones.
—Afortunadamente, ella no estaba en el auto con ustedes...
—Gracias a Dios. Ella estaba en casa de mis suegros. Nosotros casi nunca salimos pero ese día estábamos festejando el quinto aniversario de habernos conocido.
—¿Cómo le han explicado a ella lo que sucedió?
—Ella tiene un año y medio y tratamos de explicarle con naturalidad. Cuando estaba internada nos conectábamos por Skype. Yo tenía la frente bastante lastimada y le decíamos que tenía "nana", como se le habla a los niños. Se notaba que me extrañaba y ahora que volví a casa, no se separa de mí y está muy mimosa conmigo. Por suerte todo vuelve a la normalidad, para ella y para mí.
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